Fue un día de victoria, pero el enemigo más grande sigue en pie y derribando economías

Banco Central

Fue un día de celebración, pero no llegó a ser de euforia. Si bien se renovaron la totalidad de las Lebac y se colocaron $5 mil millones adicionales a una tasa del 40% anual a 30 días, cuando el mercado se conformaba con que se renovara el 80%, a las 15 se supo que Morgan Stanley duda en sacar a la Argentina de la calificación de país “Fronterizo” para ascenderlo a “Emergente”.

En ese instante, hubo un golpe de realidad. La Bolsa comenzó a tomar ganancias y el índice Merval de las acciones líderes, que había tocado un máximo de 4,46% cerró con una leve suba de 0,77%. “Ganamos menos de uno por ciento en pesos, pero tres por ciento en dólares”, destacó José Nápoli, de Nápoli Inversiones SA.

Y para calmar las aguas, cabe recordar que lo que sucedió en el mercado se puede considerar un triunfo sobre el “enemigo” interno, o sea el pánico del público y de algunas manos grandes que apostaron por el dólar, que ahora deberán revertir posiciones. Pero queda en pie el peor de los contrincantes: el mercado norteamericano que tuvo un día de fortaleza del dólar en el mundo porque la tasa del Bono del Tesoro norteamericano llegó a 3,08%, el nivel más alto de los últimos siete años.

La aspiradora de dólares está funcionando a pleno y derribó a todas las divisas del mundo. La canasta de las principales monedas del planeta perdió 0,60% promedio, pero en Brasil el dólar subió 1,5%; en Uruguay, 1,12%, en Chile, 1,14% y en México 0,50%. Pero, además, volteó a Wall Street donde el Dow Jones perdió 0,98% y el S&P; 500, 0,66%. Es un rival incómodo porque las medidas de ajuste no afectan a su economía y golpea a los países emergentes. Es como boxear contra un gigante de puños demoledores a quien no le duelen los golpes. El cálculo más serio dice que por la suba de tasas, los emergentes perderán casi 5% de las inversiones programadas este año, esto es alrededor de USD 50 mil millones.

Si bien la Argentina, aparentemente, después del FMI no necesitará financiamiento externo, deberá enfrentar un mundo con menor actividad económica e inversores hostiles que no asumirán riesgos. Mucho menos cuando el país siga calificado como “Fronterizo”. El verdadero problema está allí, más allá de la fragilidad de esta paz interna lograda con tanto costo político y económico.

(Martín Rosenzveig)

Por mucho tiempo se hablará de la carta sorpresa que tenía el Gobierno -algo que había anticipado este medio el día anterior-: la licitación de Bote 2023 y 2026 por algo más de $73 mil millones y la llegada de dos fondos extranjeros junto a otros inversores. Algunos piensan que para que vinieran a esta licitación estos fondos que tienen fama de comprar bonos de alto riesgo, algo se habrán asegurado.

Lo cierto es que el dólar después de que el Banco Central interviniera con USD 791 millones en el mercado de contado y USD 100 millones en el de futuros, bajó en el mercado mayorista a $24,10. En el mejor momento tocó $23,75. El día anterior había cerrado en $24,97. Es decir bajó 80 centavos (-3,20%).

En bancos y casas de cambio, cerró a $24,68, lo que equivale a 83 centavos por debajo del cierre del lunes.

Las reservas perdieron USD 698 millones, y quedaron en 52.724 millones. En parte se explica porque en el exterior por la caída del euro, la libra, el oro y otras monedas, se perdieron USD 124 millones. Se pagaron USD 44 millones a organismos internacionales y 6 millones a Brasil. Además se vendieron USD 791 millones para controlar al dólar.

Los Bonos de la deuda negociaron casi $32 mil millones, un volumen que está entre los más elevados de 2018. A medida que fue cayendo el dólar, mejoró la paridad de los bonos que, obviamente, perdieron valor y disminuyeron su tasa de retorno. Por eso el Bonar 2024, el bono de referencia, perdió 2,67% contra una caída de 3,20% del dólar mayorista. Su tasa de retorno ahora es de 6,43%. El Discount con ley argentina que nació con el canje de la deuda y vence en 2033, perdió 1,07%, pero ahora tiene un rendimiento de 8,07%.

Estas rentas hacen ver lo caro que le costaría a la Argentina salir a los mercados externos a buscar financiamiento. Esto explica por qué hubo que golpear la puerta del FMI.

En la Bolsa, donde el monto de negocios llegó a nada menos que $1.673 millones, los inversores salieron a buscar los papeles más atrasados en el año. Distribuidora de Gas Cuyana aumentó 11,02%. Después de esta suba en lo que va del año aumentó 16%, es decir subió menos que el dólar. Metrogas avanzó 8,07%, pero en el año pierde 21%. Comercial del Plata (+6,82%) es un papel que se parece a una lotería por su volatilidad y que en lo que va de 2018 está 13% abajo.

El congelamiento de precio de los combustibles castigó muy duro a YPF que cedió 6,29% y aunque en el año está ganando 21%, su performance contrasta con la de Petrobras que cedió 1,95% pero acumula ganancias de 118% en menos de seis meses.

Los ADR argentinos (certificados de tenencia de acciones) tuvieron altibajos en Wall Street. Cabe aclarar que en esta plaza las cotizaciones son en dólares. Telecom (+6,89%) fue lo más destacado junto a Banco Francés (+6,32%) y Central Puerto (+5,37%).

Lo que se puede decir de la Bolsa es que habrá subas selectivas. Las petroleras, por las predicciones de aumento del crudo en el mundo, seguirán siendo las preferidas. Pero hay que prestar atención porque muchos papeles están en valores máximos y el dólar ayudó a que se ajusten a la realidad. Por eso este cambio de orientación va a provocar un reacomodamiento de carteras.

Comienza una época de cautela y de guardia alta, porque se ganó un round, no la pelea.

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FUENTE: INFOBAE NOTICIAS

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