Las dudas asaltaban a Franco dal Farra. Tenía dos pasiones. Por un lado el remo y por otro el esquí de fondo, una especialidad en la que su madre, Inés Alder, había sido olímpica en Albertville-92.
Con 19 años, en 2019, tomó una decisión entre aquellos dos amores. Ganó el esquí de fondo.
Tres años más tarde, esa apuesta le ha servido para ser uno de los seis argentinos que disputarán los Juegos de Invierno de Pekín-2022. El sueño olímpico llega treinta años después que su madre.
“Yo esquiaba y competía esquí nórdico pero en los inviernos unicamente. A los 15 años comencé a practicar remo durante el verano y el resto del año, y en ese deporte rápidamente me destaque a nivel local y nacional. Y comencé a entrenar de manera seria. Al ser deportes físicamente complementarios continué durante algunos años entrenando y compitiendo en ambos a la vez”, explica Franco dal Farra a la AFP.
“A los 19 años tuve que decidir en qué deporte me quería especializar, y mi corazón y mi pasión me llevó a elegir el esquí, que lo disfruto mucho mas al entrenar. Así que con toda la experiencia y conocimientos que gané durante el periodo que competí en remo, me decidí volcarme por completo al esquí y tratar de llegar a competir al mas alto nivel internacional”, añade.
– Pasado en el remo –
Para Franco dal Farra, que vive en la ciudad de Bariloche, la llegada al esquí era algo natural, teniendo además una madre que fue competidora olímpica también en esquí nórdico.
“Durante los últimos tres años tuve un crecimiento constante en mi nivel competitivo. Yo considero esto recién el arranque de mi carrera deportiva y espero poder cumplir algunos ciclos olímpicos mas”, afirma Dal Farra, que competirá en Pekín en skiatlon, en sprint y en clásico.
Pero durante algún tiempo apostó por el remo, donde fue integrante del programa de proyección olímpica, entre el 2015 y el 2018. En ese periodo fue integrante de la selección nacional junior y quedó subcampeón sudamericano en 2017 y 2018 en el bote cuádruple junior (JM4x).
En los Juegos Sudamericanos de la Juventud de Santiago-2017 fue cuarto en single junior (JM1x), siendo además subcampeón argentino en 2016 y 2017 y campeón argentino en 2018.
Pero el esquí no desapareció de su vida cotidiana, después de que su madre, Inés Alder, fuera la primera mujer argentina en competir en esquí de fondo en unos Juegos, y la única hasta 2018.
– Disfrutar sin presión –
“En la temporada 19-20 mis mejores resultados fueron un Top30 en la Alpen Cup Junior y dos Top60 en el Mundial junior. La temporada pasada, 20-21, mis mejores resultados fueron tres podios en la Balkan Cup y la posición 68 en los 15 km individual del Mundial. Este año mi mejor resultado fue un Top20 en Alpen Cup y la clasificación olímpica”, explica sobre su progresión.
“En Pekín mis objetivos son tratar de lograr mi mejor perfomance deportiva y tratar de ser el mejor sudamericano. Tengo muchas expectativas y ansias pero no quiero ponerme un objetivo muy puntual para poder disfrutar de las competencias sin mucha presión”, añade.
El joven esquiador de 21 años espera que el esquí de fondo vaya haciéndose un hueco en el deporte argentino.
“Obviamente un buen resultado haría muy visible al deporte en Argentina y nos haría populares. Pero yo creo que lo que más falta nos hace para desarrollar el deporte es accesibilidad de material e infraestructura para que las personas que quieran aprender no les sea muy difícil económicamente”, señala el joven deportista.
En Pekín, Franco dal Farra cumplirá su primer su sueño. En Bariloche, a casi 20.000 km, su familia seguirá emocionada la segunda experiencia olímpica familiar.
psr/iga
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