LA HABANA (AP) — Un cubano-estadounidense que sirvió como soldado en Irak y caminó 2.000 kilómetros desde Miami hasta Washington para exigir al presidente Joe Biden que cumpla su promesa electoral de mejorar las relaciones entre los dos países llegó a Cuba y se reunió con directivos de varias instituciones y atletas.
Carlos Lazo, un maestro de Seattle de 56 años y quien dirige el proyecto “Puentes de Amor” en Estados Unidos —cuyo eje es lograr que una normalización de los nexos binacionales— se entrevistó este lunes con varios de los deportistas de alto rendimiento de la isla que ganaron medallas de oro en Tokio.
“Él prometió que iba a levantar la sanciones contra la familia cubana y creo que quizá era honesto”, dijo Lazo a The Associated Press luego de la cita con deportistas como Serguey Torres y Fernando Dayán Jorge, que integran un dúo de canotaje; la yudoka Idalys Ortiz y el luchador Luis Alberto Orta. “Cuando llega al poder se rodea de una serie de asesores que de manera errónea están creyendo que complacer al sector más conservador de la comunidad cubana le va a generar apoyo electoral en el sur de La Florida”.
Lazo llegó a la isla el 17 de agosto y volverá a Estados Unidos el 26. En estas semanas visitó instituciones como orfanatorios o centros religiosos a los que entregó donaciones, así como a su familia.
A finales de junio y en julio, Lazo levantó polémica por realizar su caminata de 2.000 kilómetros desde Miami hacia Washington para entregar un petitorio a Biden a fin de que “cumpla” con sus promesas, como la reapertura del consulado, la posibilidad de que los cubanos envíen remesas a sus parientes en la isla o el programa de reunificación familiar, que hasta ahora sigue paralizado.
Estados Unidos endureció durante la gestión de Donald Trump las sanciones contra la isla que habían sido flexibilizadas por su predecesor Barack Obama –del cual Biden fue vicepresidente– a fin de presionar mediante la asfixia económica un cambio de modelo político en la isla.
“Cuba puede hacer los cambios o no hacerlos, pero estas medidas tomadas por Trump fueron unilaterales… mi deber como ciudadano norteamericano es pedir a donde tengo la oportunidad de que mis oficiales me oigan”, dijo Lazo. “Soy ciudadano (estadounidense) y yo voto”.
Lazo nació en Cuba pero a finales de los 80 –luego de que su madre y hermano emigraron y él tenía 15 años– intentó una salida ilegal por balsa por la que fue condenado a la cárcel. A comienzo de los 90 otra vez comenzó una travesía, esta vez con éxito.
Unos años después se alistó en la Guardia Nacional de Estados Unidos y fue enviado como paramédico en 2004 a Irak. En esa década comenzó su labor de lobby para el acercamiento binacional en esa década, luego de que el presidente George Bush limitara los viajes de cubano-estadounidenses a la isla —donde vivían sus dos hijos– para visitar familiares.
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