Son cerca de sesenta. Contables, estudiantes, veterinarios o agricultores. Llegados desde Uruguay, Namibia, Tonga o Rusia. Son los amateurs o semiprofesionales que participan en el Mundial de Rugby.
Obrero de la construcción, Siua Maile es sin duda la historia más llamativa en el torneo organizado por Japón. El jugador de Tonga fue descubierto por azar, gracias a Facebook. “Puede parecer divertido pero verdaderamente es lo que pasó. Teníamos un problema con los hookers y nos hacía falta encontrar uno”, contó el entrenador adjunto del seleccionado isleño, Dan Cron.
“Lo encontramos al llegar al aeropuerto de Auckland, pero nadie sabía cómo era su cara”, reconoció. Su debut no fue precisamente el mejor regalo para su presentación: derrota 92 a 7 ante los All Blacks. A pesar de la aplastante caída ante los Hombres de Negro, el cuerpo técnico confió en él. incluso su club en Nueva Zelanda lanzó una colecta para ayudar al jugador que fue padre por primera vez unas semanas antes de despegar hacia Tokio.
– Falta de dinero –
“Entre quince y veinte jugadores tonganos rechazaron ir a la selección nacional ya que no podían permitírselo financieramente“, explicó el entrenador Toutai Kefu. La falta de dinero es a menudo un problema fuera de los diez equipos del Top 10 mundial. Incluso Argentina, semifinalista en 2007 y en 2015, ha convocado a un jugador amateur: el centro Lucas Mensa.
“Hay que estar loco para jugar al rugby en Uruguay. Hay que tener de verdad muchas ganas”, analizó el apertura de los Teros, Felipe Berchesi. En Uruguay tiene compañeros como Felipe Etcheverry (estudiante y entrenador de rugby), Diego Arbelo (chofer) o Juan Manuel Gaminara (consultor financiero).
“Se entrenan por la mañana o por la noche antes o después de su trabajo. Somos enfermos de este deporte, porque en Uruguay casi todo es fútbol“, señaló Berchesi, quien se desempeña en el Dax de Francia (Fédérale 1 – tercera división).
“Nuestra federación no tiene demasiado dinero. Nos arreglamos con los medios que tenemos. Las primas de los partidos permiten también reducir las horas de trabajo a algunos, que pueden dedicar de este modo más tiempo al rugby“, agregó Berchesi.
Algunos no tienen esa suerte. Los namibios, por ejemplo, solo cuentan con un puñado de profesionales. Considerada como la mejor selección africana, detrás de la intocable Sudáfrica, no tiene el mismo peso cuando desembarca en la escena mundial.
“Todos el mundo no puede comprender lo que han pasado hasta llegar aquí. Han jugado en Marruecos, Nigeria y Uganda“, explicó Dale McIntosh, entrenador de la defensa Namibia.
“Uno de los partidos lo jugamos con cables eléctricos que pasaban por encima del terreno. El árbitro nos explicó que si el balón tocaba uno de los cables, la jugada terminaba en scrum. Nunca había visto algo parecido. Estos chicos merecen estar aquí por las travesías en la niebla que han tenido”, continuó McIntosh, de origen neozelandés, pero ex representante de Gales. “Estos chicos son increíbles. Tengo gran respeto por ellos. No he escuchado a uno solo quejarse. Trabajan duro y están muy orgullosos de representar a su país”, concluyó.
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FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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