Aunque algo más baja que la de mayo, la inflación de junio (que hoy será difundida por el Indec) se ubicó igualmente por encima del 3% y permitió así que el semestre cierre con un alza de precios acumulada en torno al 25%, apenas cuatro puntos porcentuales menos que la pauta del 29% que el Gobierno había establecido en el Presupuesto para todo el año. Varias fuentes oficiales aseguraron que la cifra que se informará esta tarde oscilará entre 3,1% y 3,2 por ciento, frente al 3,3% del mes previo.
Si bien se trata de una cifra alta, en los despachos oficiales festejan el camino descendente que empezó a tener la inflación a partir de abril, luego del pico de 4,8% registrado en marzo. La contención del tipo de cambio fue clave, sumado a que los precios de los servicios siguen fuertemente controlados. Hacia adelante, en el equipo económico se ilusionan con llegar a fin de año con cifras más cercanas a 2% que a 3%, que permitan que -en el marco de paritarias en torno al 45%- los últimos meses de 2021 sean para los trabajadores mejores en términos de poder adquisitivo. Este logro será clave, afirman los funcionarios, de cara al proceso electoral.
En declaraciones ante empresarios en el Instituto Balseiro de Bariloche semanas atrás, el ministro de Economía, Martín Guzmán, había anticipado que el número de junio sería similar al de mayo y que avizoraba una tendencia inflacionaria decreciente. “Es prioridad poder ir abordando el tema de la inflación e ir bajándola de forma consistente, generando un ambiente más adecuado y propicio para el funcionamiento del sistema económico”, dijo el titular del Palacio de Hacienda en esa oportunidad. Agregó que se está reduciendo el déficit fiscal al mismo tiempo que la política de gasto es expansiva, ya que los ingresos crecen más que las erogaciones. Y eso se produce, según Guzmán, porque la economía está creciendo.
Al respecto, fuentes del Banco Central afirmaron que la expectativa es que la inflación continúe su proceso descendente en los próximos meses, ya que el organismo mantendrá su política de administración del tipo de cambio con miras a lograr este objetivo. En cuanto a la política monetaria, el BCRA insiste en la esterilización de los posibles excedentes de liquidez que pudieran originarse y busca que existan instrumentos de ahorro en pesos que cubran al ahorrista de la inflación y el tipo de cambio.
Las estimaciones de los analistas privados ya preveían una cifra entre 3% y 3,5% para el mes pasado. En el caso de la consultora Equilibra, proyectaban 3%, compatible con un acumulado de 24,8% en el primer semestre. Pero lo más importante, remarcó la economista de la firma Lorena Giorgio, será el dato del segmento alimentos y bebidas, que hasta mayo se movió por encima del promedio general y afecta principalmente a los sectores de menores ingresos. “No esperamos que esta tendencia se modifique en junio, con alimentos y bebidas trepando en torno a 3,3%. Es indispensable para las aspiraciones del Gobierno de cara a las elecciones no sólo bajar la inflación general, sino los componentes de mayor sensibilidad social, como alimentos, para lograr incrementar el poder de compra de las familias”, dijo.
Para Ecolatina, por ejemplo, alimentos trepó por encima de la inflación general. Según sus cifras, mientras que el IPC general trepó 3,6%, alimentos subió 4%. Según manifestó a Infobae el economista jefe de la consultora Matías Rajnerman, “después de un muy mal arranque de año, por encima de 4%, los números de ahora son positivos, pero todavía falta mucho y aún están lejos de ser compatibles con una economía que crece sostenidamente”. Para el año, proyectan poco menos de 50%. “Y el tema será 2022. Con el dólar y las tarifas atrasadas, el arranque del año que viene podría ser complejo”, precisó.
Hacia adelante, Giorgio planteó que esperan una inflación mensual promedio que perfore el piso del 3%, con precios regulados congelados y el tipo de cambio oficial avanzando a un ritmo promedio mensual entre 1% y 1,2%. De esta manera, tras un primer semestre de paridad entre precios y salarios formales, para la segunda mitad del año prevén una mejora de 2 puntos porcentuales de poder adquisitivo de los trabajadores gracias a la combinación de menor inflación y reapertura de paritarias y bonos especiales.
En tanto, el relevamiento de precios de la consultora CyT para la Ciudad de Buenos Aires arrojó un alza mensual de 3,5% en junio y una variación interanual de 49,3%. Según la firma, “esparcimiento” fue el rubro de mayor incremento, impulsado por el turismo (en parte debido al fin de semana largo); seguido de “equipamiento y mantenimiento del hogar”, motorizado por el primer tramo del ajuste en el salario del servicio doméstico. En transporte, a su vez, volvieron a destacarse los aumentos en los precios de los autos y los combustibles, mientras que los alimentos y bebidas subieron en torno al promedio y a un ritmo similar al de mayo, nuevamente contenidos por bajas en frutas y verduras.
El dato de la consultora Seido fue de 3,2%, en línea con el dato que dará a conocer hoy el Indec. De acuerdo con su informe, los precios estacionales treparon 2,7% -se aceleraron respecto de mayo-, mientras que los regulados subieron 1%, versus 3,8% del mes anterior. La inflación núcleo, en tanto, fue de 3,8% en junio. Para julio, la firma espera una leve desaceleración -3%-, teniendo en cuenta que el arrastre estadístico se mantiene bajo, los aumentos de los regulados serán mínimos y el Gobierno seguirá usando el tipo de cambio como ancla antiinflacionaria. También incidirían para reforzar esta tendencia a la baja los acuerdos de precios.
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