
La enfermedad de Legg-Calvé-Perthes (LEG-kahl-VAY-PER-tuz) es un trastorno de la niñez que ocurre cuando se interrumpe temporariamente la irrigación sanguínea a la parte esférica (cabeza femoral) de la articulación de la cadera y el hueso comienza a morir.
Este hueso debilitado se rompe progresivamente y puede perder su forma esférica. Con el tiempo, el cuerpo restaura la irrigación sanguínea a la esfera y esta se cura. Pero si la esfera no adquiere una forma esférica al curarse, puede provocar dolor y rigidez. El proceso completo de muerte ósea, fractura y renovación puede llevar varios años.
Para mantener la esfera de la articulación lo más redonda posible, los médicos pueden usar una variedad de tratamientos para mantenerla ajustada en la cavidad de la articulación. La cavidad, o acetábulo, actúa como un molde para la cabeza del fémur fracturada a medida que esta sana.
Síntomas
Entre los signos y los síntomas de la enfermedad de Legg-Calvé-Perthes, se incluyen los siguientes:
Cojera
Dolor o rigidez en la cadera, ingle, muslo o rodilla
Amplitud de movimiento limitada de la articulación de la cadera
Dolor que empeora con la actividad y mejora con el reposo
Por lo general, la enfermedad de Legg-Calvé-Perthes afecta solo a una cadera. En algunos niños, la enfermedad afecta ambos lados de la cadera, generalmente en momentos diferentes.
Cuándo debes consultar a un médico
Programa una cita con el médico si tu hijo comienza a cojear o se queja de dolor en la cadera, la ingle o la rodilla. Si tu hijo tiene fiebre o no puede soportar peso en la pierna, busca atención médica de emergencia.

Factores de riesgo
Entre los factores de riesgo para la enfermedad de Legg-Calvé-Perthes se pueden incluir los siguientes:
Edad. Aunque la enfermedad de Legg-Calvé-Perthes puede afectar a los niños de casi cualquier edad, es más frecuente que comience entre las edades de 4 y 10 años.
El sexo de tu hijo. La enfermedad de Legg-Calvé-Perthes es cuatro veces más común en los niños que en las niñas.
Raza. Los niños de raza blanca son más propensos a manifestar esta alteración que los afroamericanos.
Mutaciones genéticas. En una pequeña cantidad de personas, la enfermedad de Legg-Calvé-Perthes parece estar relacionada con mutaciones en ciertos genes, pero se necesitan más estudios.
Diagnóstico
Durante la exploración física, el médico podría mover las piernas de tu hijo en varias posiciones para controlar la amplitud de movimiento y determinar si alguna de las posiciones le causa dolor.
Estudios de diagnóstico por imágenes
Estos tipos de pruebas, que son vitales para el diagnóstico de la enfermedad de Legg-Calvé-Perthes, podrían incluir las siguientes:
Radiografías. Las radiografías iniciales pueden parecer normales porque puede tomar uno o dos meses después del comienzo de los síntomas para que los cambios asociados con la enfermedad de Legg-Calvé-Perthes se hagan evidentes en las radiografías. Es probable que el médico recomiende varias radiografías con el transcurso del tiempo, para seguir el avance de la enfermedad.
Imágenes por resonancia magnética . Esta tecnología utiliza ondas de radio y un campo magnético potente para producir imágenes muy detalladas de los huesos y tejidos blandos en el interior del cuerpo. Las imágenes por resonancia magnética con frecuencia pueden mostrar el daño óseo provocado por la enfermedad de Legg-Calvé-Perthes con más claridad que una radiografía, pero no siempre son necesarias.
Tratamiento
En la enfermedad de Legg-Calvé-Perthes, el proceso completo de muerte ósea, fractura y renovación puede llevar varios años. Los tipos de tratamientos recomendados dependerán de lo siguiente:
La edad a la que comenzaron los síntomas
La etapa de la enfermedad
El grado de daño en la cadera
A medida que la enfermedad de Legg-Calvé-Perthes avanza, la parte esférica de la articulación (cabeza del fémur) se debilita y se fractura. Durante la recuperación, la cavidad de la articulación puede servir como un molde para ayudar a conservar la forma esférica de la cabeza del fémur fracturada.
Para que este molde funcione, la cabeza del fémur debe ajustarse perfectamente dentro de la cavidad. A veces, esto puede lograrse mediante un tipo especial de yeso que mantiene las piernas bien separadas durante cuatro a seis semanas.
Algunos niños necesitan cirugía para ayudar a mantener la esfera de la articulación ajustada dentro de la cavidad. Este procedimiento puede implicar la realización de cortes con forma de cuña en el fémur o en la pelvis para realinear la articulación.
Generalmente, la cirugía no es necesaria en niños menores de 6 años. En este grupo etario, la cavidad de la cadera es naturalmente más dúctil, por lo que la cabeza y la cavidad generalmente siguen encajando bien sin necesidad de una cirugía.
Otros tratamientos
Algunos niños, especialmente los muy pequeños, pueden necesitar solamente tratamientos tradicionales u observación. Los tratamientos tradicionales pueden incluir:
Restricciones en las actividades. Nada de correr, saltar ni otras actividades de alto impacto que puedan acelerar el daño de la cadera.
Muletas. En algunos casos, es posible que tu hijo deba evitar apoyar el peso del cuerpo sobre la cadera afectada. El uso de muletas puede ayudar a proteger la articulación.
Fisioterapia. A medida que la cadera se endurece, los músculos y los ligamentos a su alrededor se pueden acortar. Los ejercicios de estiramiento pueden ser útiles para mantener la cadera más flexible.
Medicamentos antiinflamatorios. El médico podría recomendarte ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros) o naproxeno sódico (Aleve) para aliviar el dolor de tu hijo.
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