Néstor Perlongher, quizás uno de los grandes poetas argentinos, pero cuya voz no es masiva, que se lee en reductos académicos o de reviente, que es grácil como la lengua misma pero político, que en cada verso también planteaba una afirmación concreta, escribía en algún momento: “¿Por qué seremos tan disparatadas y brillantes/ abordaremos con tocado de plumas el latrocinio/ desparramando gráciles sentencias/ que no retrasarán la salva, no/ pero que al menos permitirán guiñarle el ojo al fusilero?”.
Es su poema Por qué seremos tan hermosas. Pido disculpas al lector por esta intromisión de lo personal, pero quiero contar que yo pensaba: ¿Por qué votan por Ramal y Bregman todos estos referentes del campo cultural, político, social, de género? ¿Qué los lleva a señalar públicamente que votarán por esta minoría política, pero de gran afirmación de ideas como no se ve en estos días?
Desde hace muchos años no hay una solicitada política en apoyo a una candidatura política y que sea además de izquierda, es decir, que propugne la transformación social más radical.
En estas elecciones en la Ciudad de Buenos Aires, un grupo de referentes del campo cultural, político, de género, social, artístico, literario se ha unido para manifestar su intención de votar a Marcelo Ramal como diputado nacional y Myriam Bregman como legisladora porteña. Es un fenómeno inédito que se puede ver aquí.
Es inédito también porque, en términos mayoritarios, quienes señalan y se posicionan por el voto a Ramal y Bregman no irán a realizar actos de campaña ni poner en juego una militancia intensa alrededor de esta postura. Su voto, que manifiestan públicamente, quizás se deba a una decepción. La de las alternativas patronales, expresadas por el oficialismo macrista demencial de Elisa Carrió, el oposicionismo kirchnerista lánguido de Daniel Filmus y las variantes del macrismo expresadas por el massismo de Matías Tombolini o el macrismo light de Martín Losteau.
Esto no quita el valor enorme de estos posicionamientos públicos. Desde Beatriz Sarlo, que había apostado a Carrió y Margarita Stolbizer antes de darse cuenta del macrismo abierto o solapado que las impregnaba; hasta Claudio Lozano y Alcira Argumedo, políticos que decidieron apoyar al Frente de Izquierda más allá de sus propias posturas personales; pasando por Gabriela Massuh, que escribió el libro El robo de Buenos Aires, que da cuenta de cómo la ciudad se convirtió en un campo de disputa de capitalistas que están dispuestos a arrasar el patrimonio cultural y los espacios verdes porteños, o Elsa Schvartzman, dirigente del movimiento de la mujer. Todos están a favor de una alternativa transformadora que se corra del statu quo determinado por las encuestas y los focus group, sino que se mueva con base en principios políticos fundamentales.
Hay más: los escritores Selva Almada, Julián López, Martín Kohan, Gabriela Cabezón Cámara, María Sonia Cristoff, el constitucionalista Pablo Gargarella, la actriz Soledad Villamil, el escritor y cantante Pablo Marchetti, el legislador Pablo Bergel, la directora de cine Lita Stantic, la filósofa feminista Diana Maffía, Pablo Alabarces, los periodistas Diego Genoud, Natalia Gelós, Adriana Meyer, Diego Rojas —sí, perdón, yo mismo—, el guionista Alejandro Turner, el cineasta Rodrigo Moreno. Y más, muchos más.
Hace mucho tiempo que el campo cultural no se pronunciaba de este modo por una candidatura, por meter a Marcelo Ramal en el Congreso nacional, a Myriam Bregman en la legislatura. Este respaldo quizás no sea político, pero nadie vaciló en apoyar al Frente de Izquierda. Tal vez haya un reconocimiento a las acciones personales, pero quien quiera leer estas firmas debe reconocer un apoyo a una coherencia. Se trata de la intención de ver, entre otras virtudes, a Ramal batallando en el Congreso como lo hizo en el debate de los candidatos en Capital.
¿Este desplazamiento de miembros del campo cultural, de la política, de la lucha por la mujer, implica un corrimiento más general del electorado de la ciudad?
Queda una semana. Es un buen signo. En el debate porteño, Ramal venció a todas luces a todos los demás candidatos. Es un dato. Una fuerza minoritaria venció al resto de los partidos en existencia en esta disputa política. Es apoyado por toda esta gente. “¿Por qué seremos tan hermosas?”, decía Néstor Perlongher, que había militado en la organización que luego se llamó Partido Obrero y que nunca renegó de esa militancia, a pesar de haber adquirido otros caminos. Somos tan hermosas porque es la única posibilidad de transitar un camino político a un Estado que derrote a la barbarie que vivimos.
FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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