Perú se encuentra situado en una región geológicamente activa y dinámica, el llamado “Cinturón de fuego del Pacífico”. Esta área es reconocida mundialmente por ser un punto de encuentro de placas tectónicas, lo que resulta en una actividad sísmica y volcánica intensa. Por ello, nuestro país cuenta con 16 volcanes activos y potencialmente activos, distribuidos en las regiones de Ayacucho, Cusco, Arequipa, Moquegua y Tacna, según datos proporcionados por el Instituto Geofísico del Perú (IGP).
Sin embargo, entre estos volcanes, hay uno que se destaca no solo por su actividad, sino también por su historia y su impactante presencia visual: el Misti. Con una antigüedad aproximada de 112 mil años, este coloso natural es un símbolo de la región de Arequipa. Al visitar esta ciudad, es imposible no quedar cautivado por la imponente silueta de dicho volcán.
Testigo silencioso del pasar de los años y activo desde hace 19 años
La provincia de Arequipa, hogar de más de 1′080.635 personas, según el último censo del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) en 2017, alberga una población considerablemente densa en sus distritos que colindan directamente con el imponente volcán Misti. Entre estos distritos se cuentan Alto Selva Alegre, Miraflores, Mariano Melgar, Paucarpata y Chiguata, donde residen actualmente más de 340 mil personas, según datos oficiales.
La cercanía de esta población con el volcán, junto con la presencia de infraestructuras críticas como energía, agua y transporte, destaca la consideración de este coloso como un volcán de alto riesgo. El Dr. Marco Rivera, investigador científico del IGP, mostró esta preocupación: “Debido a que el Misti es un volcán activo, tiene una larga vida eruptiva por delante. Una futura erupción podría generar impactos significativos en la ciudad de Arequipa”.
Cada día, el Misti experimenta entre 40 y 60 sismos que pasan desapercibidos para la población arequipeña. Desde 2005, el Centro Vulcanológico Nacional (CENVUL) monitorea de manera continua y en tiempo real la actividad del Misti mediante una red geofísica compuesta por 6 sismómetros, 1 estación GPS y 2 cámaras científicas.
“Conocemos el nivel base de actividad del Misti, lo que nos permite detectar posibles anomalías o cambios en su comportamiento dinámico para alertar sobre una futura reactivación”, destaca el Ing. José Del Carpio, coordinador del CENVUL.
Además de la sismicidad, otro indicio claro de la actividad del coloso natural es la emanación esporádica de fumarolas desde su cráter. Estas emisiones, que en ocasiones superan la cima del volcán y son visibles desde la ciudad, son principalmente vapor de agua producto de la evaporación de agua meteórica calentada por la influencia del sistema volcánico, según explica el especialista.
Las historia detrás del Misti
El Misti es un imponente coloso de aproximadamente 112 mil años, es un estratovolcán formado por la acumulación progresiva de flujos de lava y secuencias piroclásticas a lo largo del tiempo. Durante los últimos 50 mil años, fue testigo de al menos una docena de erupciones volcánicas, cuyos productos como cenizas quedaron registrados en gran parte del área que hoy ocupa la ciudad de Arequipa.
En este lapso, se suscitaron poderosas con intervalos que oscilan entre 2 mil y 4 mil años. La más reciente de estas erupciones de gran magnitud, catalogada como pliniana, ocurrió hace aproximadamente 2050 años. Esta explosión habría lanzado materiales volcánicos a alturas de 20 a 25 kilómetros, cuyas cenizas se posaron sobre Arequipa, formando capas de varios centímetros de espesor. Al concluir, la columna colapsó sobre sí misma, desencadenando flujos piroclásticos que se encauzaron hacia las quebradas del sur del volcán hasta alcanzar los alrededores de la ciudad. Posteriormente, grandes volúmenes de lodo arrasaron las zonas cercanas a las quebradas y al río Chili.
Una de estas erupciones, acontecida hace unos dos mil años, se considera una de las más significativas en el sur del Perú, alcanzando un Índice de Explosividad Volcánica de 5 en una escala del 0 al 8. Los materiales emitidos en esta ocasión se depositaron mayormente en el sector suroeste del volcán, donde ahora se asienta Arequipa. Además, se generaron flujos piroclásticos que recorrieron las quebradas de diferentes sectores del Misti.
La última actividad eruptiva documentada del Misti se remonta al siglo XV, durante el reinado del inca Pachacútec, entre los años 1438 y 1471 d.C. Según crónicas históricas y el estudio de los depósitos volcánicos, esta erupción se caracterizó por su actividad explosiva moderada, acompañada de emisiones de cenizas.
Otros episodios de actividad volcánica han sido registrados en años posteriores, como en 1542, 1599, 1826, 1830, 1831, 1869 y 1870, aunque en su mayoría parecen relacionarse con fuertes actividades fumarólicas o emisiones leves de cenizas.
En mayo de 1677 se documentó un evento explosivo moderado; mientras que en julio de 1784 y entre julio y octubre de 1787 se produjeron dos eventos freáticos que alcanzaron un Índice de Explosividad Volcánica de 2. La actividad actual se manifiesta con emisiones continuas de fumarolas desde el “domo tapón” del cráter interno, así como desde fisuras localizadas hacia el sector noreste de la cima.
¿Qué volcanes activos hay en Perú?
Según el IGP, en nuestro país se ha identificado 16 volcanes activos y potencialmente activos. Estos se encuentran en las regiones de Ayacucho, Cusco, Arequipa, Moquegua y Tacna. De dicha lista, 12 representan un mayor riesgo para la población, por eso son vigilados de manera permanente y en tiempo real por la entidad encargada. Los en mención presentan niveles de actividad diferentes y, en consecuencia, distintos niveles de alerta volcánica.
- Quimsachata
- Centro Auquihuato
- Sara Sara
- Andahua
- Coropuna
- Sabancaya
- Huambo
- Chachani
- Misti
- Ubinas
- Huaynaputina
- Ticsani
- Tutupaca
- Yucamane
- Cerro Purupuruni
- Casiri
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