En una nueva inquietante estrategia, el Gobierno ruso estaría contratando a presos para luchar en Ucrania, una tarea anteriormente encomendada a la milicia privada del Grupo Wagner, según revelaron varios convictos a la cadena estadounidense CNN.
Durante meses, Rusia utilizó al Grupo Wagner, los mercenarios del empresario Yevgeny Prigozhin, para reclutar presos a cambio de la promesa de indultos. Según la ONG Rusia entre Rejas, que vela por los derechos de los presidiarios, los convictos enviados al frente fueron unos 50.000.
El jueves, Prigozhin, un férreo aliado del presidente Vladimir Putin, anunció que Wagner había dejado de reclutar presos para luchar en Ucrania, afirmando que “los que trabajan ahora para nosotros están cumpliendo todas sus obligaciones”.
Pero el anuncio escondería un simple cambio de estrategia: ahora, los presos serían contratados directamente por el Ministerio de Defensa.
CNN publicó testimonios de varios convictos que trabajaron para una unidad conocida por su número “08807″. Todos ellos afirmaron haber sido contratados directamente por el ministerio liderado por Serguéi Shoigu.
Algunos tenían documentos que sugieren que en última instancia fueron destinados a un elemento del ejército separatista de Lughansk, que ha sido subrogado en el Ministerio de Defensa ruso. La unidad 08807 fue desplegada en octubre en los frentes en torno a Soledar, conocida como brigada “Shtrum” -para asaltar las líneas ucranianas- y sufrió bajas catastróficas.
Los convictos también denunciaron malos tratos dentro y fuera del campo de batalla.
En particular citaron el caso de Viktor Sevalnev, supuestamente ejecutado después de que la mayoría de sus compañeros murieran en un asalto a una fábrica a las afueras de Soledar.
“Me llevan para fusilarme. He perdido a mucha gente allí. Recuerden esto: no envíen más gente aquí. Ya es suficiente, quieren matarnos a todos”, dijo en un audio obtenido por CNN.
Otros tres supervivientes de la unidad hablaron con CNN desde el hospital y bajo condición de anonimato por seguridad. Uno de ellos, también ex preso, dijo que Sevalnev había sido herido una vez, pero enviado de nuevo a luchar en el frente, donde fue herido de nuevo.
“Aquí no se opera a nadie, no se opera a nadie”, dijo. “La gente se pasea [por el hospital] con heridas de bala, con metralla clavada en las piernas”.
El soldado describió pérdidas catastróficas. “Nuestro batallón era de 130 personas, pero también tenemos muchos amputados, y probablemente nos queden 40 personas”, dijo. Con el tiempo se agregaron a su unidad muchos grupos diferentes de prisioneros. Dijo que su unidad sólo tenía 15 supervivientes y que el 08807 se llamaba ahora 40321, o “unidad Tormenta”.
“En resumen, la picadora de carne”, añadió. Contó a CNN que en los últimos días le habían enviado de vuelta al frente, con las heridas sin curar.
Los relatos sobre las bajas de los presos enviados al frente coinciden con las estimaciones de la ONG independiente Rusia entre Rejas, según la cual el 80% de los presos reclutados para luchar en Ucrania están muertos o desaparecidos.
Otro preso contó que cumplía condena por homicidio involuntario cuando fue reclutado directamente por el ministerio de Defensa. Se lamentó de que no recibieran el tratamiento médico ni las prestaciones que Wagner se jactaba de prodigar a sus reclutas.
Describió cómo una batalla dejó a la mitad de su unidad como bajas. “Nos enviaron al frente. Les dije por radio que nos estaban disparando con morteros, que apuntaran un poco a la derecha. Y seguían disparándonos desde ambos lados. Entonces comprendí que nos disparaban deliberadamente”.
Vladimir Osechkin, del grupo de defensa de los derechos de los presos Gulagu.net, dijo a CNN que el Ministerio de Defensa parecía estar atrayendo a reclutas y convictos de Wagner utilizando “condiciones más favorables” en un intento de limitar la creciente influencia de Prigozhin, considerado cada vez más como un competidor por sectores de las fuerzas armadas.
“Muchos en Moscú temen de verdad a Prigozhin”, dijo Osechkin. “Entienden que comanda una enorme banda -un grupo criminal organizado de mercenarios y asesinos- que en cualquier momento puede organizar Dios sabe qué en Moscú”.
Un funcionario de los servicios de inteligencia ucranianos confirmó a la CNN que los prisioneros capturados recientemente por las fuerzas ucranianas habían dicho que eran empleados directos del ministerio.
“Nos recalcan que no son Wagner, que fueron contratados oficialmente por el Ministerio de Defensa”, declaró a CNN Andriy Usov, representante de la inteligencia de defensa en el Ministerio de Defensa ucraniano.
Usov dijo que el cambio de estrategia estaba vinculado a “disputas internas entre la cúpula militar rusa” y que la jerarquía de defensa rusa, el ministro de defensa Shoigu y el nuevo jefe de la operación militar de Ucrania, Valery Gerasimov, estaban creando unidades de convictos que, a diferencia del Grupo Wagner, pudieran controlar directamente.
Aún así, dijo, el Ministerio planea utilizarlos de la misma manera: “como carne de cañón”.
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