Las llamas son el resultado de la domesticación de los guanacos por las comunidades incas hace más de 500 años en América del Sur. Así empezaron a ser utilizadas para trasladar carga, como alimento o por su lana en los actuales territorios de Perú, Bolivia, Chile, Ecuador, Argentina y Colombia.
Hoy, a partir de Wally, un ejemplar que fue vive en los Estados Unidos, se desarrolla una herramienta farmacológica para dar respuesta a la pandemia por el coronavirus. Científicos de los Estados Unidos e Israel ya dieron los primeros pasos en el desarrollo de un potencial tratamiento contra el COVID-19 que sería más barato y fácil para producir a gran escala. Claro que aún falta que se demuestre su eficacia y seguridad en ensayos clínicos con seres humanos.
En diálogo con Infobae, el doctor Yi Shi, líder de la investigación, profesor asociado de ciencias farmacológicas y director del Centro de Ingeniería de Proteínas y Terapéutica de la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai de los Estados Unidos, contó los detalles sobre cómo funcionaría el tratamiento a partir de partículas derivadas de la llama y por qué con su equipo confían en qué tendrían ventajas especialmente para los países en desarrollo en el contexto de una pandemia que está produciendo nuevas olas en diferentes países por el predominio de los sublinajes de la variante Ómicron del coronavirus, llamados BA.4 y BA.5.
Con colaboradores de la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad de Tel Aviv, en Israel y de la Universidad de Pittsburgh, la Universidad de Case Western Reserve y la institución Scripps Research de los Estados Unidos, el doctor Shi publicó los resultados en la revista especializada Cell Reports.
Los científicos desarrollaron móleculas con una “superinmunidad” que se conocen como “nanocuerpos” y podrían ser precursoras de un tratamiento o de un aerosol antiviral de acción rápida e inhalable que podría ser empleado contra el virus que causa el COVID-19 y otros coronavirus que ya se han detectado o que den lugar a otras enfermedades emergentes.
Varios equipos de investigadores en diferentes países, incluyendo del INTA en la Argentina, habían puesto su foco en las llamas en 2020 cuando aún no había vacunas seguras y eficaces ni tratamientos como hay ahora. Se sabe que las llamas -como los camellos y las alpacas- tienen un sistema inmune muy particular. Producen anticuerpos con una sola cadena polipeptídica en lugar de dos. Esa construcción da lugar a anticuerpos que tienen aproximadamente una décima parte del tamaño de los normales y son excepcionalmente estables. Gracias a esas propiedades, los investigadores pueden enlazar fácilmente varios “nanocuerpos” y posibilita que si un virus intenta escapar mutando, otro nanocuerpo puede estar listo para mantenerlo a raya.
El equipo del doctor Shi inmunizó a la llama Wally con el dominio de unión al receptor (RBD) del coronavirus SARS-CoV-2, que es un fragmento del virus que se adhiere a la proteína de la superficie de las células humanas para entrar y propagar la infección. Descubrieron que la inmunización repetida hacía que el animal produjera nanocuerpos que reconocían no sólo al virus que causa el COVID-19 sino a otros coronavirus. Es decir, se conseguía una “superinmunidad”. A partir de ese resultado, se aisló y validó un amplio repertorio de nanocuerpos antivirales muy potentes y eficaces contra diferentes coronavirus.
“Los nanocuerpos que hemos descubierto puede ser inhalables y extremadamente potentes. Podrían llegar a ser producidos a nivel global, especialmente en los países en desarrollo, donde falta más terapias para COVID-19″, afirmó el doctor Shi. Si bien ya hay diferentes tratamientos para COVID-19 que han demostrado eficacia y seguridad y han sido autorizados, el científico dijo a Infobae que hay “varios beneficios potenciales de la terapia basada en los nanoanticuerpos”.
En comparación con los grandes anticuerpos monoclonales, “los nanocuerpos son baratos de fabricar y pueden producirse fácilmente a partir de células de la bacteria Escherichia coli y de levadura debido a su pequeño tamaño. Además, los nanocuerpos son muy estables a temperatura ambiente y pueden evitar los problemas de cadena de frío que actualmente se asocian a las vacunas de ARN mensajero. Por tanto, los nanocuerpos podrían distribuirse de forma más equitativa en todo el mundo, especialmente en los países menos desarrollados”, afirmó Shi.
Otra ventaja sería que los nanocuerpos estables “pueden resistir la aerosolización, que tiende a agregar las proteínas grandes. Por lo tanto, podrían administrarse directa y eficazmente en el pulmón por inhalación para la prevención y el tratamiento de la infección por COVID”, añadió. Es decir, que los nanocuerpos podrían formar parte de herramientas que sirvieran tanto para la prevención de la infección como para su tratamiento.
Si se desarrollara como tratamiento por inhalación “disminuirá drásticamente la dosis para reducir el coste de la terapia. Además, en un estudio preclínico, hemos demostrado que nuestro nanocuerpo (llamado PiN-21) puede proteger tanto el pulmón como el tracto respiratorio superior de la infección. Así que, en conjunto, estos datos indican que la terapia de inhalación basada en nanoanticuerpos puede minimizar la transmisión y probablemente sea complementaria a las vacunas existentes”, explicó.
Detrás de los resultados publicados en la revista especializada, hubo un esfuerzo constante de los colaboradores. “Dentro del laboratorio de investigación, ha ido increíblemente bien. Se han dedicado tremendos esfuerzos, incluyendo el desarrollo de tecnología, para que todo esto suceda”, contó. A pesar de que ya existen 12 vacunas autorizadas en el mundo y hay varias recomendaciones de fármacos relacionados con tratamientos avaladas por la Organización Mundial de la Salud, el investigador considera que apostar a los nanoanticuerpos tiene futuro.
“El desarrollo de agentes potentes, robustos y ampliamente neutralizantes contra el SARS-CoV-2 en evolución y otros virus similares al coronavirus sigue siendo muy necesario. Esto es especialmente importante cuando el virus evoluciona y produce variantes altamente transmisibles como Ómicron que puede evadir la inmunidad de la vacuna. Es importante desarrollar estrategias costo-efectivas para proteger tanto la infección pulmonar como las vías respiratorias superiores que ayuden a reducir la transmisión”, argumentó.
Ante ese contexto, el científico consideró que “la terapia de inhalación con nano-cuerpos potentes y ampliamente neutralizantes es prometedora”. Aunque aclaró: “El desarrollo exitoso de esta terapia, o de cualquier otra, requiere grandes inversiones y esfuerzos colectivos no sólo de la comunidad científica, que incluye quizás algunas de las mentes más creativas y gente más trabajadora, sino también de la industria, los financiadores y las administraciones nacionales”.
Para el doctor Shi y sus colaboradores, el potencial tratamiento “beneficiará enormemente a nuestra sociedad. Normalmente se necesita mucho tiempo para llevar una investigación nueva y sólida del laboratorio al uso clínico”. Lo comparó como el exitoso desarrollo de las vacunas de ARN mensajero para COVID-19. “Las vacunas de ARN mensajero actuales tienen importantes innovaciones que se realizaron en los años noventa. Sin embargo, hemos aprendido mucho durante la pandemia y nuestro futuro es luminoso”, expresó.
Todo suena muy esperanzador, pero aún faltan los ensayos clínicos con voluntarios que corresponden para llevar un producto desde el laboratorio hasta los pacientes. El doctor Shi contó a Infobae que “llevarán a cabo más estudios preclínicos para evaluar estos nanocuerpos pan-sarbecovirus”, es decir, contra diferentes coronavirus.
“Nuestro equipo ha estado trabajando en el laboratorio para hacer nuevos descubrimientos y desarrollar una terapia innovadora. Sin embargo, llevar un candidato a fármaco a la clínica no es en absoluto sencillo y requiere esfuerzos e inversiones considerables. Como ya existen terapias con nanocuerpos para el tratamiento de trastornos sanguíneos y del cáncer que han sido aprobadas recientemente por la autoridad regulatoria de medicamentos, la FDA, espero que eso ayude al desarrollo clínico de los nanocuerpos para COVID-19″, señaló.
SEGUIR LEYENDO:
Cinco revelaciones sobre una complicación del COVID-19 en niños y adolescentes de América Latina
Sé el primero en comentar en"El secreto de la llama Wally: por qué puede ser la llave de la superinmunidad contra el COVID"