La junta directiva de la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC, sigla en inglés) ha aprobado este jueves, un año después de las turbulencias que sacudieron a la banca regional estadounidense, una propuesta para rebajar el límite del volumen de activos tomado como referencia para realizar un escrutinio más exigente de las fusiones entre bancos.
La propuesta del regulador, que propone reducir el umbral hasta 100.000 millones de dólares (91.973 millones de euros) para la entidad resultante de la fusión, frente a los actuales 250.000 millones de dólares (229.933 millones de euros) y que será sometida a consulta durante los próximos 60 días, supondría en caso de salir adelante la primera actualización del marco de actuación del FDIC desde 2008, en la crisis financiera mundial.
En su planteamiento, la FDIC recuerda que el número de grandes entidades de depósito aseguradas, especialmente aquellas con activos totales de 100.000 millones de dólares o más, ha aumentado considerablemente en las últimas décadas como consecuencia de la consolidación del sector, la flexibilización de las restricciones interestatales y el crecimiento orgánico.
De este modo, mientras a 31 de diciembre de 2004, sólo había 12 entidades con activos totales superiores a dicho umbral; sin embargo, ese número aumentó a 33 entidades a 31 de diciembre de 2023, de las que nueve eran propiedad de ocho sociedades holding bancarias estadounidenses designadas como de importancia sistémica global de EE.UU. (GSIB) y cuatro eran propiedad de organizaciones bancarias extranjeras designadas como GSIB extranjeras.
Asimismo, a pesar de que las entidades de depósito aseguradas con activos totales de más de 100.000 millones de dólares a 31 de diciembre de 2023 representaban menos del 1% del número total entidades, estas eran poseedoras de aproximadamente el 71% de los activos totales del sector y aproximadamente el 68% de los depósitos nacionales.
Si bien el texto reconoce que el volumen de activos de la institución de depósito asegurada resultante “no debería servir como única base para la evaluación”, el regulador apunta que el tamaño “es sólo una de varias consideraciones importantes que deben evaluarse” en el contexto de otros criterios, aunque señala que “es más probable que las transacciones que resultan en una entidad grande presenten posibles preocupaciones de estabilidad financiera” y estén sujetas a mayores riesgos.
En este sentido, la FDIC admite que la potencial quiebra de una entidad de depósito más grande con un modelo de negocio de banco comunitario tradicional puede plantear riesgos de resolubilidad y estabilidad significativamente diferentes a los de una más pequeña con una o más líneas de negocios complejas, grandes exposiciones a derivados u operaciones transfronterizas extensas.
“Esta propuesta actualizaría, reforzaría y aclararía el enfoque de la FDIC para evaluar fusiones bajo la Ley de Fusiones Bancarias”, dijo el presidente del regulador, Martin Gruenberg, para quien, dado el rápido ritmo de cambio y consolidación en la industria bancaria, “es vital que la FDIC brinde orientación sobre cómo aplicaría los factores legales críticos relacionados con la competencia, los recursos financieros, la estabilidad financiera y el lavado de dinero”.
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