Tras un primer regreso en marzo en Doha, poniendo fin a una ausencia del circuito ATP de más de un año, Roger Federer ha estado apartado de la competición desde esa cita catarí e inicia en el torneo de Ginebra (16-22 mayo) su cuenta atrás hacia sus dos grandes objetivos de 2021: Wimbledon y el oro olímpico.
En Doha jugó apenas dos partidos, pero pudo reencontrarse con las sensaciones de la pista por primera vez desde su eliminación en semifinales del Abierto de Australia de 2020.
Fue eliminado por el georgiano Nikoloz Basilashvili en Catar. En su programa tenía luego previsto disputar el Masters 1000 de Madrid sobre tierra batida (2-9 de mayo), pero finalmente cambió sus planes, renunció a acudir a la capital española y su vuelta se produce ahora en el torneo de Ginebra, un ATP 250 de menos relumbrón.
“¡Buenos días a todos! Me complace anunciaros que voy a jugar en Ginebra y en París (en Roland Garros)”, escribió en Twitter el pasado 18 de abril.
En Ginebra será sin duda el gran protagonista, aunque la incertidumbre persiste sobre su estado físico.
¿Podrá volver a un nivel de primera línea? ¿O sin embargo la tierra batida, una superficie que no es su favorita, será demasiado hostil para un jugador tan veterano y con tan poca continuidad? Las respuestas no tardarán en llegar.
“No viene para decirnos buenos días. Viene para ganar partidos antes de su gran objetivo, Wimbledon”, declaró Thierry Grin, director del torneo de Ginebra, a la revista suiza L’Illustré.
– Wimbledon y Tokio –
A orillas del lago Leman, donde el viernes dio sus primeros peloteos de entrenamiento, el actual número ocho mundial debutará contra el australiano Jordan Thompson (62º) o el español Pablo Andújar (76º).
Más adelante en el torneo podría medirse a jugadores como el chileno Cristian Garín (22º), el noruego Casper Ruud (16º) o el canadiense Denis Shapovalov (14º), entre otros.
La competición marcará en cualquier caso un indicador de cara a Roland Garros, donde Federer jugó por última vez en 2019, llegando hasta semifinales, donde le derrotó Rafa Nadal.
“Creo que todo el mundo echa de menos a Federer cuando no está en el circuito, por su estilo y su forma de jugar. Espero con impaciencia Roland Garros y Wimbledon para verle jugar de nuevo”, afirmó el austríaco Dominic Thiem (4º) en Roma.
El austríaco, dos veces subcampeón en Roland Garros y campeón el año pasado en el Abierto de Estados Unidos, está convencido de que Federer tiene todavía mucho que decir.
“Es tan bueno y tiene unas capacidad tan irreales que no creo que vaya a ser un problema para él no haber jugado durante tanto tiempo. Si está al 100% físicamente creo que podrá avanzar bastante lejos en los cuadros”, estimó Thiem.
El jugador suizo, operado dos veces de la rodilla derecha en 2020 y ganador de 20 títulos del Grand Slam, cumplirá 40 años el 8 de agosto, día de la clausura de los Juegos de Tokio.
Su esperada reaparición de marzo dejó a los aficionados con ganas de más, ya que apenas pudieron verle en acción.
Venció en el partido de su regreso al británico Daniel Evans, pero la eliminación ante Basilashvili dejó muchas dudas flotando en el ambiente. No haber jugado desde entonces hace que persistan.
Federer, sin embargo, ha intentado enviar mensajes tranquilizadores y ha explicado que el diseño de su programa está orientado a llegar en el mejor momento a Wimbledon (28 junio-11 julio) y a los Juegos de Tokio (23 julio-8 agosto).
Una medalla de oro en categoría individual completaría su impresionante colección de logros.
“Lo importante es jugar partidos (…) Todo lo que me ayude a llegar al 100% a la hierba, lo haré”, afirmó.
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