El ex candidato presidencial Bernie Sanders, la congresista por Minnesota originaria de Somalia, Ilhan Omar y una docena de activistas musulmanes junto a otros miembros del partido demócrata del congreso estadounidense solicitaron al presidente Donald Trump que suspenda de inmediato cualquier medida contra Irán y que deje sin efecto las sanciones económicas impuestas al régimen khomeinista.
La ofensiva para el levantamiento de las sanciones comenzó la segunda semana de abril cuando Teherán envió una carta oficial a la Union Europea (UE), en ella el presidente Hassan Rouhani afirmó que en el marco de las sanciones impuestas por el presidente Donald Trump, Irán no tiene ninguna posibilidad de importar medicamentos, insumos o equipos médicos adecuados para hacer frente a la pandemia generada por el Covid-19.
Sin embargo, Irán rechazo en dos oportunidades a principios de año la asistencia humanitaria de EE.UU. ofrecida por el secretario de Estado Mike Pompeo y respondió a Washignton impulsando y ratificando su teoría conspirativa en la que los niveles mas altos del régimen, incluido el líder supremo, ayatollah Ali Khamenei, declaró que el Covid-19 es una enfermedad artificial fabricada por los estadounidenses de forma premeditada para atacar a Irán utilizando datos genéticos de los iraníes. No obstante y a pesar de que esa teoria fue descartada científicamente, los khomeinistas continúan pregonando una conspiración en su contra con lo que fundamentan su pedido urgente de ayuda económica a la Union UE y al Fondo Monetario Internacional (FMI).
En ese escenario, la encargada de convocar a los congresistas demócratas y a militantes pro-islamistas después de conseguir la firma de Sanders encabezando la petición, ha sido Ilhan Omar, quien declaró al New York Times, que cuenta con el apoyo del ex-presidente Barak Obama en el proyecto. Sin embargo, fue la señora Omar la primera en rechazar el ofrecimiento de ayuda humanitaria estadounidense y se manifestó en los medios de prensa encabezando el movimiento por el levantamiento sin condiciones de sanciones a Teherán.
Omar, junto a Linda Sarsour, otra conocida militante árabe-estadounidense de Nueva York, que organizo la marcha de las mujeres contra el presidente Donald Trump en 2017, y cercana a grupos terroristas como Hamas y la Yihad Islamica Palestina, han denunciado que son investigadas de forma subrepticia e ilegal por agencias de seguridad en Washington. Esas denuncias han sido negadas por las autoridades aunque sí se ha reconocido que las dos mujeres son sospechadas por actividades contra los EE.UU., y de comprobarse tales sospechas, los cargos en un tribunal estadounidense podrian ser muy graves contra ellas en los próximos dias.
La sospecha existente es que la petición de levantar las sanciones por parte de los miembros del Congreso de los EE. UU. puede tener muy poco que ver con lo humanitario y con las preocupaciones en materia de derechos humanos con la población afectada de Irán, y mucho más con otorgar y asegurar al régimen khomeinista oportunidades políticas y militares durante la pandemia global.
Un gran número de la poblacion de Irán está muy fastidiada con su gobierno desde mediados del año pasado, cuando las movilizaciones civiles se hicieron masivas por la gravedad de la crisis económica en el país y contra el gasto discrecional que el régimen lleva a cabo en apoyo al terror regional. Esa situación es percibida por los grupos disidentes como la causa del deterioro de la economía y los problemas inflacionarios en Irán.
Washington ha sancionado al régimen por su financiamiento y soporte a grupos terroristas aliados en la region, según los grupos opositores los gastos del regimen en favorecer el terrorismo derrumbaron la economía disparando altos indices de inflacion y la consecuente devaluacion de la moneda local sumiendo al pais y a los ciudadanos en las calamidades actuales.
Al día de hoy, a pesar de la estricta censura impuesta por el regimen, se sabe que el virus chino esta totalmente fuera de control en Irán, donde la sumatoria de mala gestión en salud, el fanatismo religioso y la malversación de las arcas publicas ha generado el escenario propicio para que el Covid-19 encuentre en el régimen islámico su mejor aliado para propagarse de forma devastadora entre la población. Así, para obtener rentabilidad a tal situación, tanto el líder supremo Ali Khamenei como el presidente Rouhani creen que una efectiva respuesta a la pandemia es sensibilizar a la opinión pública mundial y golpear a los estadounidenses con una campaña de denuncias sobre Washington para obtener rédito político y económico con el “levantamiento humanitario de las sanciones que pesan contra ellos”.
Sin embargo, la campaña de firmas que acompañan el proyecto de petición en el Senado encabezada por Sanders, ha dejado expuesto un importante interrogante. Muchas personas se preguntan como es que en tiempos de pandemia y crisis económica mundial la iniciativa de congresistas demócratas y activistas favorables a los khomeinistas se une en un proyecto en el que no se repara que buscan ayudar a Irán y sus grupos terroristas aliados como Hezbollah y Hamas, enemigos declarados de los EE.UU., particularmente por el hecho de que el proyecto expresa una cosmovisión profundamente anti-americana y aboga por una alianza yihadista chiíta-sunita contra Occidente.
Al mismo tiempo, el régimen iraní parece darse cuenta por estos días que tiene más apoyo fuera de Irán que dentro de Irán. En el exterior, los resultados de su ideología y gobierno se ha fortalecido por lo que es probable que sus redes en EE.UU. y America Latina sean vistan como redes de seguridad crítica y opciones para que el régimen sobreviva si se ve amenazado e incluso se recupere si implosiona.
Hoy, el futuro de la revolución islámica de Khomeini no está dentro de Irán. Está dentro de Estados Unidos, América Latina y vastas zonas de Occidente, en lugares donde la ignorancia o la inestabilidad le han permitido propagarse y establecer una infraestructura para la supervivencia de la ideología khomeinista. Y estos elementos se tornan más peligrosos aun cuando dirigentes políticos occidentales como Sanders y otros líderes europeos y latinoamericanos apoyan de manera directa o indirecta los planes militares, económicos y políticos del régimen de Irán.
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FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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