El pueblo de Salvador Illa donde también fue alcalde: tiene un impresionante castillo y una ruta prehistórica

Siga en directo la última hora sobre las elecciones en Cataluña 2024

Salvador Illa es el gran triunfador de las elecciones catalanas que se han celebrado este 12 de mayo. El candidato del PSOE ha logrado 42 escaños, siendo la fuerza más votada, y se abre la puerta a poder gobernar en Cataluña con un tripartito de izquierdas. Eso sí, los eventuales pactos serán complicados, ya que Puigdemont ha animado a ERC a buscar una mayoría independentistas con Junts y otros partidos.

Tras los resultados de los comicios, ¿quién será finalmente el presidente de Cataluña? El desenlace lo conoceremos en los próximos días, pero si algo está claro a esta hora es que Illa es el mejor posicionado para gobernar en la comunidad.

Te puede interesar: Salvador Illa gana las elecciones en Cataluña y lleva al PSC a resultados de la época del tripartito

El político es natural de La Roca del Vallés, un municipio de la provincia de Barcelona que roza los 11.000 habitantes. Illa fue alcalde de su pueblo entre 1999 y 2005, una localidad con grandes atractivos turísticos.

Un pueblo histórico de Cataluña

El castillo de La Roca del Vallés, el pueblo de Salvador Illa (Wikimedia Commons y EFE, montaje Infobae).
El castillo de La Roca del Vallés, el pueblo de Salvador Illa (Wikimedia Commons y EFE, montaje Infobae).

La Roca del Vallés ha sido un punto estratégico crucial en la defensa e historia de Cataluña, dada su ubicación entre la llanura y la montaña. Los hallazgos arqueológicos revelan una presencia humana desde tiempos inmemoriales, con restos que datan del 2500 a.C., evidenciando la transición de comunidades neolíticas de cazadores-recolectores a agricultores y ganaderos. La zona destaca por tener uno de los conjuntos megalíticos más importantes de Cataluña, formando parte de la Ruta Prehistórica con dólmenes y pinturas rupestres de gran relevancia, como las de la Piedra de las Golondrinas.

Con la llegada de la Edad del Bronce y más tarde la del Hierro, se evidenció un desarrollo tecnológico y cultural significativo. La civilización ibérica se asentó en la región, destacando por su estructura defensiva en poblados. El impacto de la romanización transformó profundamente la zona, con la construcción de villas y una red de comunicaciones. Este periodo dio paso a estructuras sociales y económicas que definirían la región hasta la llegada de los visigodos y más adelante los árabes, marcando un proceso de reorganización que culminó con la repoblación y defensa frente a los musulmanes durante la era medieval. En esta época, la importancia de La Roca se consolidó gracias a su castillo y parroquia, elementos centrales en la vida comunitaria, lo que llevó a un notable crecimiento urbano alrededor de la iglesia y el mercado, tal y como explican desde la web del Ayuntamiento.

Un castillo espectacular

El castillo de la Roca, ubicado en la zona norte del pueblo sobre una colina, destaca por su rica historia. Desde sus inicios documentados en el año 936, cuando Lluís Ultramarí lo donó al Monasterio de Sant Cugat del Vallés, hasta su adquisición por Joaquim Alomar i Font en 1880, la fortaleza ha tenido diversos propietarios que han marcado episodios significativos en su evolución.

Te puede interesar: El pueblo de Puigdemont: un municipio con un increíble monasterio y una de las rutas de senderismo más bonitas de España

La edificación, que sirvió de fortificación en la vía romana que conectaba Granollers y Mataró, vivió diversos periodos de asedio, reconstrucciones y transacciones que marcaron su legado hasta la fecha. La incidencia de la desamortización de Mendizábal en 1836 marcó otro punto de inflexión en su historia, desvinculándolo de las posesiones eclesiásticas.

Historiadores como Mons. Josep Rius y Pasqual Ferrer han contribuido a profundizar en la cronología y propiedad del castillo, destacando la importancia de las familias Mir de Santmartí, Muntanyola, Bell-lloc, Lleïr de Vilanova, y Torrelles-Sentmenat en su conservación y evolución arquitectónica. También ha sido escenario de importantes eventos sociales y económicos, como la autorización real para celebrar mercados y ferias anuales, lo que impulsó el incremento demográfico y económico de la zona. En la actualidad, su propietario es Antonio Rivière y Manén.

Qué otras cosas ver y hacer en La Roca del Vallés

Uno de los monumentos más importantes es la iglesia de Santa Inés de Malanyanes, situada en La Roca del Vallés, ha sido destacada como Bien Cultural de Interés Local. Este edificio religioso se caracteriza por su estructura de nave única y cubierta de bóveda apuntada, destacando su rica decoración y su importancia histórica y cultural en la región.

El templo alberga valiosas obras de arte, entre ellas, el retablo mayor de Santa Inés, obra de Jaume Roig finalizada en 1681 y posteriormente dorada por Joan Colubran. Además, en su interior se encuentra un sagrario del siglo XVII y el retablo de San Bartolomé, datado en 1705, aumentando su valor no solo espiritual sino también artístico.

Por otro lado, para los amantes de la naturaleza y el senderismo, se recomienda visitar el parque de la Creu de la Torreta y recorrer los senderos de la espectacular Ruta Prehistórica de la Roca.

En la región del Parque de la Cordillera Litoral, situada entre los municipios de La Roca del Vallès y Òrrius, se encuentra una serie de yacimientos arqueológicos que muestran evidencias de una antigua ocupación humana que se remonta a miles de años. Estos sitios, agrupados en la llamada Ruta Prehistórica de La Roca, siguen el antiguo camino que unía el Vallès Oriental con el Maresme, pasando por puntos clave como la ermita de Sant Bartomeu de Cabanyes y el asentamiento ibero de Céllecs. Entre los principales yacimientos destacan el Dolmen de Can Gol I, el Dolmen de Can Gol II, la Roca Foradada de Can Planes (una cueva artificial), la Pedra de les Orenetes (que alberga un conjunto de pinturas rupestres), la Pedra de les Creus (con insculturas grabadas), el Plat del Molí y el Dolmen de Céllecs.

La importancia de estos hallazgos reside no sólo en su valor histórico y cultural, sino también en cómo ofrecen una ventana a las prácticas y modos de vida de las sociedades que habitaron estas tierras en tiempos prehistóricos. El trayecto, dividido en dos secciones principales, incluye en su segundo tramo otros lugares de interés arqueológico ubicados en el sector noreste del municipio, cerca de la masía de Can Planes. Ahí se halla otro Dolmen de Can Planes, la Pedra de l´Escorpí y otra Roca Foradada de Can Planes. Estos sitios son testimonios de la rica historia y el patrimonio que pervive en esta región, reflejando la diversidad y complejidad de las comunidades prehistóricas que las habitaron.

La ruta prehistórica no solo es un atractivo turístico para aquellos interesados en la historia y la arqueología, sino que también funge como un recurso educativo importante para entender las dinámicas de asentamiento, las prácticas rituales y la relación de las comunidades antiguas con su entorno. La preservación de estos yacimientos es fundamental para futuras investigaciones que puedan arrojar más luz sobre períodos clave de la prehistoria en la región. Su estudio y mantenimiento continúan siendo un desafío y objetivo compartido tanto por las autoridades locales como por especialistas en patrimonio cultural.


Sé el primero en comentar en"El pueblo de Salvador Illa donde también fue alcalde: tiene un impresionante castillo y una ruta prehistórica"

Dejá un comentario

Tu dirección de Correo Electrónico no será compartida


*