El presidente del BCRA afirmó que no hay atraso cambiario y que hay fondos extranjeros que “presionan” sobre el dólar

Sandleris y Pesce
Miguel Pesce, Juan José Cruces y Guido Sandleris, en un debate
UTDT

Mientras la música de fondo comenzaba a sonar cada vez más fuerte en la noche del jueves, dos presidentes del Banco Central no se pusieron de acuerdo sobre las medidas para reducir la inflación y eliminar el cepo cambiario.

En un debate entre el presidente Miguel Pesce y su predecesor, Guido Sandleris, organizado por la Universidad Torcuato Di Tella, hubo un tono amable, alguna “chicana” política cruzada, sonrisas y pocos elementos en común entre ambos diagnósticos pese a la cordialidad del encuentro.

El civilizado cruce de ideas entre ambos economistas, inusual en la Argentina actual, se produjo en el marco del Día del Graduado de la UTDT, ante la atenta mirada de profesores y ex alumnos, a medida que se preparaba al aire libre el set para los festejos con una pista de baile incluida.

Pesce hizo foco en el crecimiento económico como el motor para combatir los problemas del país, mientras que Sandleris acentuó la importancia de reducir el déficit fiscal. Moderados por el rector Juan José Cruces, tuvieron algunos minutos de exposición y luego se sometieron a algunas preguntas de los invitados.

Para el actual presidente del Central –relajado por poder hablar tranquilo en un ambiente académico, lejos de sus cruces con Economía– no hay atraso cambiario “como lo demuestra el crecimiento de las exportaciones agroindustriales” y el cepo se deberá desarmar en forma gradual: primero para los insumos clave del comercio exterior y luego “para el resto”, con el horizonte colocado en el próximo período presidencial. “Las restricciones no nos gustan pero ya estaban cuando llegamos en diciembre del 2019″, dijo Pesce mientras Sandleris aceptaba el dardo con una leve sonrisa.

Pesce y Sandleris coincidieron en señalar que no es posible desarmar el cepo en forma inmediata, aunque difirieron sobre la receta para lograrlo

A su turno, Sandleris le respondió que el gobierno de Macri tuvo que colocar los controles “porque después de las PASO había miedo por el discurso de Alberto Fernández y la historia de Cristina Kirchner”.

Pesce admitió que no es sencillo levantar las restricciones cambiarias “mientras hay fondos extranjeros con deuda en pesos que presionan sobre el tipo de cambio”, en referencia a Templeton y Pimpco. Al respecto, consideró necesario darles “opciones” para que esos inversores, que están esperando el precio adecuado para vender todas sus posiciones, “se queden en el mercado local”.

Sandleris y Pesce
Pesce y Sandleris en el debate de la Di Tella

Por otra parte, afirmó que el BCRA debe abandonar su rol de emisor de instrumentos de deuda para la regulación monetaria, que “como todo en la Argentina, nacieron en 2002 como una herramienta provisoria y quedaron”. De todos modos, enfatizó que el fuerte crecimiento de las Leliqs, “no deben ser motivo de preocupación mientras ese crecimiento no sea en términos reales”. Más aún, indicó que debe ser el Tesoro quien emita deuda, pero admitió que “el mercado de deuda pública actualmente no es líquido”.

“En Argentina tenemos dos problemas económicos muy graves: la pobreza y la desigualdad. Tiene que haber un compromiso de la política económica para resolver estos dos problemas. El modo de resolverlo virtuosamente es con crecimiento económico y lo que ha mostrado la Argentina en los últimos años son serias dificultades para el crecimiento. Creo que ahí también radica un elemento fundamental para el proceso inflacionario”, sostuvo el funcionario, que optó por hablar sentado, a diferencia de Sandleris.

En Argentina tenemos dos problemas económicos muy graves: la pobreza y la desigualdad (Miguel Pesce)

“Si buscamos las razones de las dificultades de la Argentina para crecer, nos vamos a encontrar con dos grandes cuestiones: una es el sector energético y la otra es el sector externo. La tercera es la ausencia de un mercado de capitales: hay capacidad de ahorro como lo demuestra la formación de activos externos pero hay que trabajar para que esos dólares se transformen en inversión”.

“En Argentina tenemos un tejido social frágil y niveles de pobreza que están en el orden del 36%, pero la mitad de los chicos son pobres. Entonces, aplicar medidas recesivas que contraen la demanda para equilibrar oferta y demanda tiene un riesgo social muy importante, que se debe medir a la hora de tomar decisiones”, señaló Pesce. Por lo tanto, expresó, “el camino que queda es difícil, pero es encontrar el crecimiento económico ampliando la oferta, no contrayendo la demanda para poder moderar la inflación”.

“Si bien tenemos una restricción energética y una restricción externa, la buena noticia es que la Argentina ha descubierto su extraordinario potencial en la oferta de hidrocarburos, que augura que esas restricciones pueden ser vencidas y que podamos autoabastecernos y exportar energía”.

Sobre la cuestión fiscal –eje de la presentación de Sandleris, quien “jugaba” de local por ser profesor de la Di Tella- Pesce destacó que “el Gobierno, en el Presupuesto que ha presentado, plantea una reducción del déficit fiscal y del financiamiento monetario. La Argentina hoy presenta un déficit primario que no desentona con los déficits primarios de otros países del mundo”.

Por otra parte, señaló que “por la falta de crédito externo la Argentina no puede abrir su economía como manera para reducir la inflación, por lo que el camino que le queda es aumentar la oferta para que se acelere el crecimiento, que en los últimos años se perdió”.

Inflación acelerada

En tanto, el último presidente del Central durante la gestión de Macri expresó: “Estamos en un contexto en el que la inflación se ha acelerado y es alta. Tenemos inflación récord en los últimos 30 años: la inflación anualizada en el último trimestre superó el 100% y llevamos dos meses con inflación arriba del 7 por ciento”.

Foto de archivo: peatones pasan frente al edificio del Banco Central de Argentina en Buenos Aires. REUTERS/Enrique Marcarian
Foto de archivo: peatones pasan frente al edificio del Banco Central de Argentina en Buenos Aires. REUTERS/Enrique Marcarian (Enrique Marcarian/)

“Me tocó asumir el Banco Central en septiembre de 2018, en medio de una corrida cambiaria. La inflación ese mes había subido a 6,5% mensual. Para controlar esa corrida cambiaria y bajar la inflación armamos un plan integral”, recordó Sandleris, actual asesor de los candidatos de Cambiemos y de la Bolsa de Comercio de Córdoba.

Con las medidas adoptadas, afirmó, “se logró parar la corrida cambiaria y bajar la inflación de 6,5% en septiembre de 2018 a 2,6% en cuatro meses. Luego, a inicios de 2019, la suba de tarifas generó un rebote en la inflación de 4,5% aproximadamente, pero persistimos en el sendero del orden fiscal y las tasas reales positivas, y la inflación volvió a bajar”, aunque terminó en torno del 54% ese año.

“En Argentina, para los que hacemos economía, las cosas tienden a salir mucho peor de lo que uno querría. Otro gran aprendizaje es que hay diferencias enormes entre los modelos económicos y la realidad. La tercera lección es que ese período nos dijo cosas sobre las causas de la inflación en Argentina y cómo controlarla”, indicó.

“La causa fundamental de la inflación en la Argentina tiene que ver con el gasto público excesivo, que genera déficits fiscales recurrentes. En Argentina hubo déficit en 44 de los últimos 50 años. No es un tema de un gobierno, es un problema de Argentina”, dijo Sandleris ante la atenta mirada de Pesce.

La causa fundamental de la inflación en la Argentina tiene que ver con el gasto público excesivo, que genera déficits fiscales recurrentes (Guido Sandleris)

“La consecuencia de ese aumento del gasto público es el déficit fiscal, que aumentó fuertemente entre 2003 y 2015, se redujo a casi cero durante el gobierno de Juntos por el Cambio y volvió a crecer a niveles récord, pandemia y cuarentena mediante, durante el gobierno de Alberto Fernández”, indicó.

“El gobierno de Alberto Fernández usó tres herramientas para controlar la inflación: controles de precios, atraso del tipo de cambio y tarifas, y absorción de los pesos emitidos con pasivos remunerados, pero con tasas reales muy bajas”.

La principal consecuencia de este combo es la creciente brecha cambiaria, que “hace que el Banco Central empiece a estar más expuesto a corridas. Otra consecuencia tiene que ver con la pérdida de reservas internacionales. En tercer lugar, para controlar esa pérdida de reservas y evitar las corridas, se empieza a complejizar más la maraña regulatoria del cepo: tenemos tipos de cambios financieros y, después, impuestos de distinto tipo, como el turista, el ahorro, el dólar soja, el dólar Qatar, etcétera”.

“La cuarta consecuencia de este déficit fiscal tan grande es que, cuando contamos toda la deuda, vemos que el endeudamiento anual promedio del sector público ha sido récord., superó al de Cristina Kirchner y al de Macri. Y, a pesar de todas las medidas y sus consecuencias preocupantes para la economía, la inflación está en niveles récord”, se lamentó.

Por esta razón, dijo Sandleris, “la situación es muy preocupante por un esquema de excesivo gasto público y, en consecuencia, mucho déficit fiscal y financiamiento monetario que genera cada vez más distorsiones. Sin poner algo de control a lo fiscal y asegurar cierto rendimiento positivo en términos de tasas de interés reales, es muy difícil que la inflación baje. Son dos ingredientes necesarios”. Cerca de las 21, se dieron la mano, se sacaron unas fotos juntos y mientras Pesce caminó hacia la avenida Figueroa Alcorta para retirarse con su taller, Sandleris se mezcló entre los graduados que ya comenzaban a disfrutar de la comida y los tragos que intentaban amortiguar el impacto de la fría noche primaveral.

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