Madrid, 6 ago. Huyó de la Venezuela de Nicolás Maduro en febrero de 2019 y en abril fue detenido al aterrizar en Madrid. Desde entonces, el exgeneral chavista Hugo Armando Carvajal, conocido como El Pollo Carvajal, ha tratado por todos los medios -incluso la fuga- de evitar su extradición a Estados Unidos.
Los recursos a las resoluciones desfavorables -que ya han llegado hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH)-, sus confesiones sobre una supuesta financiación ilegal en el partido Podemos en España, y, sobre todo, el haber permanecido casi dos años oculto para impedir su entrega a Estados Unidos -donde está reclamado por delitos de narcotráfico- no han hecho más que dilatar un procedimiento que se prolonga ya tres años y medio.
Pese a estos antecedentes, quien fuese jefe de contrainteligencia militar en los gobiernos de los presidentes Hugo Chávez y Nicolás Maduro no dudaba en pedir esta misma semana a la Audiencia Nacional de España su libertad tras llevar ya casi un año en prisión provisional.
“MÁS QUE EVIDENTE RIESGO DE FUGA”
Una pretensión que los magistrados rechazaron de forma tajante: su estancia en prisión es “imprescindible” para garantizar su entrega, ante el “más que evidente” riesgo de fuga, como acreditan los dos años que estuvo en paradero desconocido hasta que fue arrestado en septiembre pasado en un piso en Madrid tras detectarlo la DEA estadounidense.
Aunque la entrega a Estados Unidos esté ahora en suspenso, añaden los jueces, la decisión de entregarle es “definitiva” al haberse rechazado sus peticiones de asilo y protección internacional. Solo queda que el TEDH resuelva y eso precisamente les lleva también a considerar que el riesgo de fuga se ha “incrementado”.
Tras una huida rocambolesca en barco desde Venezuela hasta República Dominicana con pasaporte falso, Carvajal fue detenido en Madrid el 12 de abril de 2019 y un juez de la Audiencia Nacional le envió a prisión dando inicio a los trámites de la extradición.
Estados Unidos le reclama al considerar que habría integrado una organización dedicada al narcotráfico y relacionada con las FARC, tanto en Venezuela como en Colombia y también con destino a Estados Unidos.
En septiembre de 2019 la Audiencia rechazaba su extradición en contra del criterio de la Fiscalía y a mediados de mes Carvajal salía de la cárcel para reunirse con su mujer y sus cinco hijos, que se instalaron en Madrid antes de que él huyera de Venezuela tras manifestar su apoyo al opositor Juan Guaidó y llamar a la rebelión contra Maduro.
La Fiscalía Antidroga recurrió y en noviembre la Audiencia revocó la decisión, dio luz verde a la entrega y ordenó su ingresó en prisión.
Pero cuando la Policía fue a detenerle, ya no estaba y no fue posible dar con su paradero hasta casi dos años después. El 9 de septiembre de 2021 era localizado en un piso en Madrid.
Ingresaba así por segunda vez en prisión provisional y volvía a retomar una batalla judicial que dejó en suspenso mientras estuvo huido.
TRES ENTREGAS SUSPENDIDAS
Cuando parecía que su extradición era inminente, el 14 de septiembre se volvía a paralizar al estar pendiente la petición de asilo ante el Ministerio del Interior en España.
Entretanto, Carvajal pidió declarar y comenzó a hacer confesiones sobre una presunta financiación ilegal de Podemos a través de fondos del chavismo en la que dijo que estarían implicados fundadores de este partido de izquierda, que forma parte del Gobierno de coalición en España.
Un súbito interés en colaborar que no fue suficiente para que en octubre la Audiencia acordara materializar la entrega una vez le fue rechazado el asilo.
Todo parecía preparado para el traslado, pero en un nuevo giro de los acontecimientos la Audiencia volvió a paralizar la entrega a petición de la defensa de Carvajal para subsanar un defecto de forma: no haberle pedido a Estados Unidos garantías sobre la cadena perpetua.
Esta segunda paralización se producía un día después de que el tribunal advirtiese de las dudas que suscita el testimonio de Carvajal y señalase que no cabía suspender o posponer la extradición para permitirle declarar en una causa de 2016 sobre financiación de Podemos.
Mientras tanto, su abogada continuaba poniendo palos en las ruedas de la extradición: hacía una segunda petición de asilo y dirigía su vista hacia el TEDH. La primera volvió a ser rechazada, pero el recurso ante Europa ha motivado una tercera paralización de la entrega.
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