Otro cuestionamiento se suma a la larga lista de hechos que ponen en duda su idoneidad como máximo representante del Congreso de la República. Infobae Perú solicitó la tesis de doctorado de Alejandro Soto, titulada “La responsabilidad civil de las autoridades elegidas por voto popular desaforadas por causales de vacancia”, y la filtró por el software académico antiplagios Turnitin, el cual arrojó una impresionante cifra inicial: 67 % de similitudes con otros textos.
Además de errores ortográficos, problemas de sintaxis y poco aporte al conocimiento, nuestro equipo confirmó que el 38% del documento total corresponde a plagios de artículos académicos correspondientes a los abogados Carlos Urquizo Maggia y Julio César Castiglioni Ghiglino, principalmente. Si bien existe referencia a otros documentos sin el citado adecuado, la mayor cantidad de copia es a los especialistas mencionados.
Este medio accedió al documento a través de una solicitud de acceso a la información pública, dado que en el Registro Nacional de Trabajos de Investigación (Renati) se encuentra bloqueado y la universidad no respondió al pedido vía mail.
En la página ocho, donde apenas se adentra en las bases teóricas de su tesis doctoral, el congresista de Alianza por el Progreso (APP) recurre a copiar y pegar sin citar a Urquizo a pie de página ni en la bibliografía. Incluso, como decidió omitir el tercer párrafo sin prestar mayor atención, olvidó colocar el cierre de comillas.
Posteriormente, la exposición de “texto similar” no solo se reduce a párrafos, sino que recae en la copia íntegra de extractos que se traducen en páginas, nuevamente sin mencionar al autor original ni a las personas que el académico cita al interior de su reflexión.
“Además de estar plagada de una serie de errores autográficos, que ninguna investigación seria puede tener, en efecto hubo ahí un tema de plagio, de un trabajo de investigación que yo realicé muchos años atrás sobre responsabilidad civil extracontractual. Qué pena que no cumpla con criterios básicos. Como letrado que es él, conoce bien de que el plagio es un delito que afecta a la persona que hace una investigación, no solo a nivel moral, sino patrimonial”, declaró Carlos Urquizo a Infobae Perú.
“Me sorprende mucho que este señor haya copiado y no haya puesto la referencia del autor, en este caso, mi nombre. Lamento mucho que existan personas que tengan este tipo de actitud, esta conducta debe ser reprochable y sancionable porque el Código Penal tipifica, con toda claridad y a todas luces, que esto es un delito con pena entre cuatro y ocho años, además de 180 días multa”, explicó y adelantó que, si el Ministerio Público no investiga de oficio, interpondrá una acción penal contra el titular del Poder Legislativo.
El abogado Julio Cesar Castiglioni Ghiglino, exdirector de capacitaciones de la Asociación Municipalidades del Perú (AMPE), es otro de los grandes afectados. Alejandro Soto copió la integridad del texto de su artículo “Análisis de las causales de vacancia, suspensión y revocatoria de los cargos de alcalde y regidores”, publicado en la revista electrónica del Centro de Estudios de Derecho Municipal de la Universidad de San Martín de Porres (USMP).
El apepista tomó 28 páginas del documento y las expuso haciendo cambios apenas en dos palabras que tenían errores ortográficos y en la página 58 de su tesis eliminó un párrafo del texto original.
Además, al final del subcapítulo del marco legal, en el ítem “Fundamentos más invocados en las solicitudes de derecho de revocatoria de autoridades”, Soto no llega a responder lo que promete en el subtítulo de su propia tesis, pues no menciona cuáles son estos fundamentos, ya que no incluyó el cuadro de las 212 razones. Dato que Castiglioni sí colocó en su artículo para explicarlo.
Esos son los únicos tres cambios que realizó, según constatamos, tras una revisión y comparativa minuciosa de ambos documentos. Así, el presidente del Congreso tomó el 60 % del trabajo que fue publicado en octubre del 2008 y consta de 47 páginas. Tanto así que incluye las opiniones del autor original.
Toda esta información se puede evidenciar desde la página 37 hasta la 74 de la tesis doctoral del parlamentario, pues las numerosas páginas que copió se convirtieron en buena parte de su marco teórico conceptual. Tal es la magnitud de este ‘copia-pega’, que solo el trabajo de Castiglioni, a quien tampoco menciona a pie de página o en la bibliografía, forma parte del 26% de similitud identificado por Turnitin y verificado por este medio.
“¿Cómo es posible que un abogado, el presidente del Congreso, incurra en estas prácticas? Es un plagio burdo, yo estaría dispuesto a esclarecer públicamente y debatir con él sobre los alcances de la investigación que copia textualmente y, que yo sé, es mía. No hay mayor duda de que no existe ápice de su opinión, de un análisis propio”, mencionó Castiglioni en conversación con Infobae Perú.
En ese sentido, instó al Ministerio Público a actuar de oficio ante la afectación del derecho intelectual al no mencionarlo. “O sea, ¿se metió a mi cabeza y accedió a todos los conocimientos que tengo por estudiar y participar de la elaboración de la ley orgánica de municipalidades como representante del ilustre colegio de abogados de Lima? Espero que el Parlamento también considere este tema como uno más para su sanción”, señaló.
Otra copia que Turnitin identificó fue el de una monografía correspondiente a la abogada Diana Capillo, llamada Vacancia y suspensión. En este caso, la tesis de Soto se apropia de parte de su texto que va desde la página 83 hasta la 85 dentro de su tesis e incluso coloca una cita que la autora había realizado dentro del texto, pero olvida consignarla en la bibliografía. Luego, hay similitudes de párrafos pequeños sin parafrasear, de sitios dudosa credibilidad como significados.com e inclusive de monografías.com, donde recoge hasta los errores de uso de mayúsculas para su marco conceptual.
¿Qué dijo la Unsaac sobre la tesis doctoral de Alejandro Soto?
En el artículo 8, del capítulo 6 del Código de Ética para la Investigación de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco (Unsaac) se señala que el centro de estudios exige a docentes y estudiantes el respeto al derecho autoral, recomendando el uso de normas de citación bibliográfica; además, que cada unidad regula la verificación de la originalidad del documento. Este rige desde 2016, antes de que la tesis de Soto fuese publicada, sin embargo, tal como se ha demostrado, hay ausencia de ello en el trabajo académico.
Consultados por Infobae Perú, el jefe de imagen institucional de la universidad, Julio Montejo, sostuvo que quienes deberían hacer un descargo son el asesor y los miembros del jurado que evaluaron la tesis, dado que, en ese momento, no era una obligatoriedad el empleo de programas antiplagios. “Se supone que el asesor y el jurado han debido verificar, son los responsables de escuchar la tesis, evaluarla y dar el visto bueno, por lo que la responsabilidad recaería en ellos”, mencionó.
Asimismo, al consultar sobre el asesor del trabajo académico, Julio Ricardo Chávez Bellido, no supieron dar respuesta e indicaron que tal vez fue un profesor invitado, pese a que ha sido parte de varias tesis de derecho en su repositorio.
El abogado y docente universitario de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), César Higa, explicó que si bien Turnitin permite conocer los niveles de coincidencia, es responsabilidad de las universidades revisar la validez y originalidad de las investigaciones presentadas.
“Si hay plagio no solo es un problema del alumno, sino también del profesor y de la universidad. Ante la detección de un caso, la unidad donde se ha presentado la investigación debe iniciar un procedimiento disciplinar, para evaluar si hay fallas en el trabajo. Y va a depender del tipo de fallo que se detecta para ver qué sanción se le aplicará”, detalló a este medio.
También explicó que los autores afectados por las copias de sus trabajos pueden acudir ante las universidades de los autores que los plagiaron para pedir que el centro de estudios ejecute las sanciones pertinentes. “Dependiendo del tipo de falta, habría que ver si puede ir por la vía de Indecopi, por infracción a los derechos de autor, o incluso una denuncia penal. Todo tipo de falta académica lleva a una reacción y a la posible anulación de los grados que se hayan otorgado producto de ese trabajo”, detalló.
Alejandro Soto responde a Infobae Perú
Intentamos contactarnos con el presidente del Congreso para obtener su descargo antes de publicar el informe, pero el presidente del Congreso no respondió a los mensajes de WhatsApp ni a las llamadas. Solo, al hacerse pública nuestra investigación, Alejandro Soto hizo uso de sus redes sociales para enviar un comunicado.
A través de su cuenta en X (antes Twitter), el presidente del Parlamento “reconoció que su trabajo académico no pasó por el software antiplagio Turnitin”, debido a que la institución “aún no contaba” con el programa Turnitin.
Asimismo, reconoció las copias y aseguró que “las omisiones en algunos pies de página fueron involuntarias e inadvertidas”, pese a que se trata de páginas íntegras pertenecientes a los autores mencionados.
Tipos de plagio
De acuerdo a lo explicado por Alex Sosa, docente de la facultad de Derecho de la Universidad Privada de Ciencias Aplicadas (UPC), a este medio, en este caso existirían dos tipos de plagios: el deliberado e inteligente.
“El plagio deliberado, también denominado como servil, es aquel en el que intencionalmente uno se apropia de las creaciones intelectuales o de barreras intelectuales de terceros y las hace pasar como propias, mientras que el plagio inteligente es, por ejemplo, cuando yo parafraseo las ideas de un tercero y no las cito adecuadamente. Esto, para el ojo humano, en realidad es muy difícil de determinar, por lo que ayuda mucho el utilizar sistemas como el Turnitin, el cual arroja similitudes que deben constatarse manualmente”, declaró.
Sobre los reiterados casos de plagio a nivel nacional, advirtió que no solo es preocupante la falta de decencia y ética intelectual de quien incurre en este delito, sino “que nuestro país no sancione duramente, desde un punto de vista social y profesional, a quienes lo hacen. Por ejemplo, a nivel europeo o norteamericano, el hecho es visto como algo terrible, que tiene un duro impacto porque lo que se ha cometido no solo es un acto ilícito, también es inmoral”.
Una práctica reiterada
Esta modalidad parece ser cada vez más recurrente al interior de nuestra clase política e incluso entre las más altas esferas, tal como ocurrió con el expresidente Pedro Castillo y la ex primera dama Lilia Paredes, así como el de la actual mandataria Dina Boluarte y el ministro de Trabajo y Promoción del Empleo, Fernando Varela, quienes fueron acusados por tener más del 50% de similitudes con otras obras académicas en sus contenidos, de acuerdo al software Turnitin. Para el profesor cajamarquino, incluso, este fue uno de los puntos consignados en una moción de vacancia presidencial presentada en su contra desde el Congreso, por Edward Málaga.
Dentro del partido político de Alejandro Soto, Alianza para el Progreso, su propio líder César Acuña fue, incluso, sancionado por Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) con una multa de 39,500 soles, equivalente a 10 UIT, por infringir las normas del derecho de autor al plagiar un libro y una tesis doctoral.
Ante estas situaciones, el politólogo y docente de Ciencias Políticas de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, Alonso Cárdenas, explica que esta es una muestra más de un problema estructural arraigado, sobre todo, a los pocos filtros que aplican los partidos políticos, que terminan siendo vehículos de cuestionables personajes para acceder a cargos de poder.
“El sistema de partidos en el Perú, como se sabe, es uno de los más inestables, más débiles. Y estos vientres de alquiler, estos cascarones vacíos, son totalmente porosos, no tienen ningún filtro riguroso acerca de los que postulan a estos. Esta debilidad de los partidos genera que este tipo de personas, sin el perfil académico, sin el perfil profesional, sin la trayectoria necesaria, con antecedentes policiales, penales, judiciales puedan llegar a un cargo público”, explica el profesor universitario.
“Como el plagio está tan generalizado, prácticamente ningún miembro del Congreso de la República, del Poder Ejecutivo, del Ministerio Público o del Poder Judicial puede levantar el dedo acusador. Porque si tú levantas el dedo… imagínate, la fiscal de la Nación [Patricia Benavides] acusando de plagio al presidente del Congreso, pues es una burla. ¿El señor Acuña va a sancionar al señor Soto por una práctica de plagio académico? O sea, ya Macondo se queda corto, sería una broma de mal gusto. Una tragicomedia”, añadió.
¿Qué es el Turnitin y para qué sirve?
El software antiplagios Turnitin creado en 1997, y perfeccionado con el paso del tiempo, es uno de los más utilizados al interior de universidades e institutos técnicos al momento de obtener el porcentaje de textos similitudes en un documento y origen de ello.
Lo importante es no tomar el resultado como un plagio infalible, ya que debe ser analizado posteriormente de forma manual para corroborar la existencia o no del delito. Como se recuerda, en el país el plagio está tipificado en el Código Penal. En este caso, el equipo de Infobae Perú corroboró la existencia de un 38% de plagio correspondiente a los autores mencionados.
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