Carmen Martín
Madrid, 12 mar La tercera jornada de Madrid Fashion Week estuvo marcada este sábado por el minimalismo, que asomó a la pasarela entre luces y sombras con las propuestas de Angel Schlesser y Fely Campo, firmas que defienden el menos en más, la austeridad y la comodidad, en definitiva las líneas puras.
Mujeres como Carolyn Bessette, Christy Turlington o Gwyneth Paltrow pusieron de moda el minimalismo, abrazaron la sencillez y entraron en la lista de las más elegantes.
Salvando las distancias (que son grandes), tres décadas después, el minimalismo regresó hoy a la pasarela según la propuesta del dúo creativo Cristina Munuera y Jaime Beltrán, ahora al frente de la firma Angel Schlesser, tras el paso de Juan Carlos Mesa, Daniel Rabaneda y Carmen González.
“Queríamos volver a la esencia de la firma y poner en valor la sostenibilidad”, señaló Beltrán, que recordó que Angel Schlesser “es el minimalismo de España”.
Así, sobre la pasarela se vio un estilo sobrio, serio, y atemporal en prendas versátiles que pueden combinar con facilidad mujeres de edades diferentes para el día a día. Solo cuatro propuestas de noche.
Como novedad en las 32 salidas fueron las dos propuestas para hombre que lució Manuel Romo, Míster Internacional España 2020. “Queremos jugar y probar un poco, rejuvenecer la firma”, añadió Munuero, quien matizó que “queremos volver a los orígenes”. Y precisamente Angel Schlesser empezó haciendo moda masculina.
A Schlesser le siguió Claro Couture, con una colección nocturna, barroca, excesiva, opulenta y pecando de transparencias.
El minimalismo volvió a la pasarela con la diseñadora Fely Campo (1959), que tras cuarenta años de profesión debutó en la pasarela de Madrid con un colección que tiene patronaje.
Presentó “Diafonía”, un prêt-à-porter para la temporada de otoño-invierno 2022-2023, inspirada en el paisaje de los Arribes del Duero, en la provincia de Salamanca (oeste de España).
“Presento una colección de abrigos en contraste con vestidos vaporoso, puro minimalismo”, explicó la diseñadora, a quien le gusta trabajar los patrones para que se puedan adaptar a todas las tallas, a cualquier mujer.
“En percha toda mi ropa parece sencilla, pero puesta tiene otro movimiento”, señaló la creadora, que quiso hacer prendas para “vestir a diario, ropa muy fácil”.
Por su experiencia, dice que ahora la mujer demanda ropa que se aleje de la frivolidad, buscan piezas con personalidad, cómoda pero a la vez que tenga sello de identidad, “que te pongas algo, te mires al espejo y te reconozcas”.
Considera que unas de las cosas más importantes en moda femenina es que “la mujer de vida al traje, no el traje a ti”.
Cree que es muy antiguo adornarse con cantidad de cosas, los complementos en exceso, “los adornos los tenemos dentro, me gusta la ropa femenina, que dé libertad”, dice Campo, que recuerda que “la personalidad la tiene la mujer, no la da la ropa”.
Ante los acontecimientos que están ocurriendo en Ucrania, Fely Campo ve el mundo de la moda complicado: “Tras dos años de pandemia, la gente se ha vuelto loca comprando trajes de fiestas, pero las cosas ya ha cambiado”.
Es una convencida de que la moda tiene que ser sostenible y no porque los tejidos sean reciclados, “sino porque las prendas pasen de armario en armario”.
Campo cerró el desfile con propuestas de noche ligera, no hay líneas exageradas ni prendas ostentosas de las que te puedas cansar. EFE
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