El impactante pase sin mirar de Luka Doncic que disparó las comparaciones con uno de Carlos Menem en 1989

 Luka Doncic, el esloveno es uno de los mejores jugadores de la NBA
Luka Doncic, el esloveno es uno de los mejores jugadores de la NBA (Kevin Jairaj/)

Luka Doncic atacó a Ben Simmons y cuando se dio cuenta de que el pivote Nic Claxton lo estaba esperando para cerrarle el camino al aro, frenó la marcha y se dio vuelta. Ya rodeado por tres rivales, todos los mortales pensamos que volvería al perímetro o pasaría la pelota hacia afuera para un compañero. Pero no, el esloveno no es un mortal más. Es un distinto de este deporte. Por eso hizo un pase de magia, más que un pase de básquet… Como ya había visto a Maxi Kleber cortando por debajo del aro, lanzó igual un pase por encima de su cabeza, de espaldas, sin mirar, que terminó en las manos del alemán y luego dentro del aro. Sin dudas, pese a que la campaña recién comienza, será uno de los mejores pases de la temporada. Algo que muy pocos pueden hacer, sólo los elegidos. Un pase a lo Magic Johnson y si hablamos de Argentina, de un Miguel Cortijo, de un Marcelo Milanesio, un Pepe Sánchez, un Pablo Prigioni o incluso un Facundo Campazzo -metió uno similar cuando estaba en Denver-, algunos de los impresionantes bases que ha tenido el básquet albiceleste en su historia.

Sin embargo, un solo pase se le vino a la mente a muchos amantes argentinos del básquet. Y no lo dio ningún jugador profesional sino un ex presidente, hace 33 años. Fue en un evento benéfico que se hizo en el Luna Park, el 30 de agosto de 1989, con gran concurrencia. Estuvieron presentes los más importantes basquetbolistas argentinos y Carlos Saúl Menem se dio el gusto de su vida: jugar con profesionales al deporte que había practicado en La Rioja y Córdoba, cuando estudiaba abogacía. Lo mismo que había hecho con otros deportes que amaba. Lo más impactante es que lo hizo muy bien, demostrando que conocía del juego, anotando tiros lejanos y, además, metiendo un pase que quedó en la memoria colectiva de los amantes del básquet. Robó una pelota en mitad de cancha, tras una salida apurada del rival, y cuando se acercó al aro, giró y metió un pase de espaldas, sin mirar, para la anotación de Orlando Tourn que generó el estallido del estadio. Sí, como Doncic, aunque no se pueda creer, salvando las distancias entre un partido al máximo nivel mundial y otro, casi de diversión, en un evento a beneficio, claro. Por eso, con tono de broma, el Carlos Saúl Doncic inundó las redes…

Todos se sorprendieron aquella noche de 1989 cuando vieron jugar a Menem. Incluso los jugadores profesionales. Porque demostró que entendía un juego que no es tan simple como parece y que tenía cualidades técnicas para pasar y tirar. De hecho, jugando como más de escolta que de base, anotó tres triples para terminar con 13 puntos y repartió varios pases gol, entre ellos aquel lujo que mereció la felicitación de Sebastián Uranga, pivote de la Selección, cuando bajaban a defender. El presidente jugó para el seleccionado y del otro lado estuvo un combinado porteño. El partido terminó 105-102 para el equipo de Menem y se recaudaron 14 millones de pesos, según se informó entonces.

Estuvieron todas las figuras del básquet nacional. Incluso, algunos viajaron desde el exterior, como Carlos Romano, quien jugaba en Brasil. No faltó Jorge González, el Gigante de 2m29, que era la figura del momento. Hacía un año había sido elegido en el draft de la NBA -primer argentino, junto a Hernán Montenegro- y, por aquellos meses, estaba definiendo si se concretaba su desembarco o no a Atlanta Hawks. La inevitable foto entre Menem y González se viralizó mundialmente por la diferencia de altura (65 centímetros) entre ambos. Jorge admitió haberle pedido un autógrafo y, en los micrófonos de ATC, hoy la TV Pública, expresó su emoción por estar en un evento así junto al primer mandatario. “Venir de un pueblo tan chiquito como el mío (El Colorado, Formosa) y estar acá no me lo imaginaba ni en los sueños. Menos estar jugando en el mismo equipo con el presidente de la Nación”, admitió quien en ese momento, con 23 años, jugaba en Sport Club de Cañada de Gómez y era buscado por la NBA, tras destacarse en la Liga Nacional y en el seleccionado, entre 1987 y 1988.

Aquella noche también estuvieron los campeones mundiales de 1950, justamente quienes se habían consagrado hacía 39 años en ese mismo estadio, el mítico Luna Park. Jorge Canavesi, DT de aquel equipo, justamente hizo de entrenador del seleccionado nacional en el evento. “La adhesión de un presidente a un partido así habla de la importancia que tiene y debería tener cada deporte dentro de un país, porque el deporte nos mejora la vida”, reflexionó Canavesi. Menem asintió a metros suyos. “Yo me formé en la escuela del deporte y por eso estoy convencido de que detrás de un hombre que hace deportes hay un hombre bueno. Por eso, siempre les digo a los padres que enseñen a sus hijos a hacer deportes”, aseguró quien practicó, además, fútbol, golf, tenis y, automovilismo, entre otros.

Menem, con 59 años, hizo su entrada triunfal rompiendo un redondel de papel, que funcionó como puerta de ingreso a la cancha, picando la pelota, con una sonrisa y enfundado en la camiseta N° 10. Fue titular junto a Miguel Cortijo (armador), Esteban Camissasa (alero), Uranga (ala pivote) y Diego Maggi (pivote). Eduardo Cadillac, Fabián Sacchi, Carlos Raffaelli, Sergio Aispurúa y Gabriel Milovich iniciaron para Capital Federal. “Esto que estamos viviendo es algo muy importante, no sólo por la ayuda a la gente carenciada, sino por la respuesta de la gente, a meses de lo que será un evento muy importante para el país y el básquet argentino”, aseguró Cadillac, en referencia al Mundial de básquet, que se realizaría en Argentina durante mediados de 1990.

Doncic-y-Menem
Carlos Menem en su partido con las estrellas de básquet de Argentina

“El presidente está muy bien físicamente. Ya lo demostró en otros deportes y si bien el básquet es distinto al fútbol, ya le dijo a Canavesi que no quiere salir, que quiere jugar todo el partido. Si no se va…”, adelantó Néstor Lentini, quien era el médico de la Selección por aquel entonces. Desde la entrada en calor, Menem mostró sus condiciones. El primer lanzamiento, a una mano, como era su estilo, lo metió desde cinco metros y estalló el estadio. Cuando repitió, al siguiente tiro, ya se acercaron los jugadores, sonrientes, a chocar sus manos. Ya en el partido ratificaría que no era ningún improvisado. Menem jugó en el club Facundo de La Rioja durante su adolescencia y, cuando se fue a Córdoba, para estudiar Abogacía, integró el equipo de General Paz Juniors. Incluso fue parte del seleccionado de la provincia que disputó el campeonato nacional universitario, siendo campeón, nada menos que en la final disputada en el Luna Park.

En su regreso, décadas después, sorprendió a todos y tiró magia. Este jueves, con el lujo de Doncic, lo recordamos, pareció inevitable… Fue una noche brillante para Luka, quien consiguió su 47° triple doble (41 puntos, 14 asistencias y 11 rebotes), metiéndose en el Top 10 histórico cuando apenas está comenzando su cuarta temporada en la NBA. Pero, a la vez, una velada con más reminiscencias argentinas. Primero, lógico, porque Doncic juega con su amigo Campazzo -sólo entró tres minutos por el regreso al equipo de Tim Hardaway Jr- y, aunque sea en una jugada, reeditaron aquella dupla que brillara en el Real Madrid: un contraataque que Facu lideró y terminó con anotación del esloveno a toda velocidad. Antes, en la previa, como viene pasando desde que el cordobés llegó al equipo, estuvieron calentando juntos y se escuchó un insultó bien argentino que tiró Luka (b…..) mientras se reía con Facu. Otra prueba de lo cercano a nuestras costumbres que está Doncic, desde aquella época en el Madrid, cuando Andrés Nocioni también hizo lo suyo. “Es verdad que está un poco argentinizado y hasta escucha Andrés Calamaro”, admitió Chapu. ¿También habrá mirado en Youtube el pase de Carlos Saúl?

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