* Desde Qatar
“Es verdad que hay algunos que no jugaron por precaución y porque tenían alguna molestia y a esos no los arriesgamos. Hay posibilidad de cambiar la lista de 26. Depende de la evolución de los lesionados. El resto ha jugado y no se les dice mucho más. Ellos son bastante grandecitos como para decir si están en condiciones de seguir o no”.
No sonó a casual la declaración de Lionel Scaloni luego del triunfo de la selección argentina por 5 a 0 ante Emiratos Árabes en el último amistoso antes del Mundial de Qatar. Justo él, que había subrayado que quería a todos los jugadores al 100% de sus posibilidades para la Copa del Mundo, tenía a varios tocados. Pasaron apenas 24 horas para que modificara la nómina confirmada el viernes 11: dio de baja a Nicolás González y Joaquín Correa para hacerles lugar a Ángel Correa y Thiago Almada. Pero, además, su fibrón podría propiciar más borrones, dependiendo de la evolución física de otros jugadores, como Marcos Acuña.
¿Qué provocó el evidente malestar en el Gringo, que derivó en las modificaciones? ¿Cómo impactó en el grupo tamaño sismo a apenas cinco días de la presentación en la competencia frente a Arabia Saudita, el martes 22? Al ex Argentinos, de 24 años, se le abrió la cicatriz de un desgarro que había sufrido en el bíceps femoral izquierdo con la casaca de la Fiorentina. A ello se le sumó que tenía dificultades en uno de los talones. En Abu Dhabi se había entrenado diferenciado junto al resto de los “tocados”, incluso dentro del campo de juego.
Y yendo al caso Correa, a Scaloni no le gustó, directamente, el segundo tiempo frente al combinado que dirige Rodolfo Arruabarrena. En consecuencia, habló con algunos jugadores. Y uno de ellos fue el ex Estudiantes, al que le preguntó si le había pasado algo, más allá de que había firmado la quinta conquista del equipo. El atacante del Inter le reconoció que no se sentía 10 puntos. Hoy lo vieron los médicos de nuevo y el parte dictaminó que sufre una “tendinitis aquiliana en la pierna izquierda”. Acarrea la lesión desde el 5 de octubre; le permitió volver a calzarse la camiseta del Neroazzurro, pero no con continuidad. Y las causas quedaron en evidencia en los trabajos con la Selección.
En el caso Correa, además, se tomó cerca de una hora para definir el nombre del reemplazo. Reunió a su cuerpo técnico en la madrugada de Doga para evaluar opciones. Si bien Almada era la primera en la lista (y la que eligió), contempló las variantes de Gio Simeone (más 9 e área) y Alejandro Garnacho (un extremo). Más atrás quedó Lucas Alario.
Posteriormente, se desarrolló el primer asado en Qatar University, que pretendía convertirse en la primera gran cena de camaradería de la delegación, pero transcurrió con mucha tristeza para el plantel. Los jugadores comieron rápido, pasaron por las habitaciones que comparten Nico González con Alexis Mac Allister y Joaquín Correa con Paulo Dybala. Todos se propusieron estar cerca de los compañeros que se quedaron afuera de la gran cita, consolarlos. Los vieron abatidos porque se pierden el Mundial.
“Es un grupo muy unido, representó un golpe. Es una noche muy triste, estamos todos golpeados, hay que levantarse rápido porque el martes debutamos”, dijo una voz que conoce a la perfección la intimidad de la plantilla que se consagró en la Copa América 2021 y en la Finalissima. El mensaje interno: pasar el duelo este jueves y a partir del viernes pensar de lleno en Arabia Saudita.
El problema es que el sonido de las alarmas no cesó. El estado de alerta se sostiene, sobre todo, por la situación de Marcos Acuña, quien arrastra una pubalgia del Sevilla, más allá de que disputó 45 minutos (en buen nivel) contra Emiratos Árabes. En la próxima práctica lo seguirán evaluando, más allá de que en la intimidad del búnker esperan superar las malas noticias para enfocarse en el sueño de levantar la Copa del Mundo que gambetea a la Argentina desde México 86.
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