El desafío de la paz en Medio Oriente, según una rabina argentina: “Con la violencia y terrorismo es difícil volver a ganar la confianza”

Una imágen que dice más que mil palabras: un niño palestino lesionado llora mientras rescatistas intentan sacarlo de los escombros de un edificio destruido 
(AP Foto/Mohammed Dahman)
Una imágen que dice más que mil palabras: un niño palestino lesionado llora mientras rescatistas intentan sacarlo de los escombros de un edificio destruido
(AP Foto/Mohammed Dahman) (Mohammed Dahman/)

Pasó ya poco más de un mes del ataque de Hamas en Israel y a Judy Nowominski aún le cuesta encontrar una palabra que sintetice tanta violencia. “Es muy difícil hacer una lectura de algo que nos ha impactado tremendamente”, dice a Infobae esta rabina de 56 años sobre aquel 7 de octubre, el llamado Sábado negro o Sábado trágico, donde el pueblo israelí sufrió una de las peores emboscadas de su historia, cuando cientos de terroristas se infiltraron desde la Franja de Gaza y lanzaron una ofensiva cruenta.

Desde ese momento Israel y Palestina, que llevan un largo derrotero y un conflicto histórico que busca solucionarse con distintos puentes que vienen trazando ambas naciones, quedaron atravesadas por el terrorismo salvaje.

“Ese horror tal vez solamente lo teníamos registrado en imágenes en blanco y negro”, grafica la rabina Judy Nowominski quien nació en Argentina y recibió su ordenación rabínica en el Seminario Rabínico Latinoamericano Marshall T. Meyer en diciembre del 2012, después de finalizar sus estudios en el Machon Schechter en Jerusalén.

Una vista muestra casas y edificios destruidos por los ataques
REUTERS/Mohammed Salem/File Photo
Una vista muestra casas y edificios destruidos por los ataques
REUTERS/Mohammed Salem/File Photo (MOHAMMED SALEM/)

Egresada de la carrera de humanidades, The Open University of Israel, se desempeñó durante más de 25 años como docente de estudios judaicos en instituciones primarias, secundarias y terciarias de la red escolar judía en Buenos Aires. Actualmente es Decana del área de liderazgo religioso y del Instituto A. J. Heschel para la formación rabínica en el Seminario Rabínico Latinoamericano Marshall T. Meyer y presidenta de la Asamblea Rabínica Latinoamericana.

Desde agosto es la rabina de la comunidad Benei Tikva. Judy es rabina del movimiento conservador (la comunidad judía tiene diferentes corrientes: la ortodoxia, la conservadora y la reformista, entre otras más pequeñas, según detalla). “La conservadora pertenece al mundo liberal, pero está más apegada a la tradición y a las costumbres”, explica Judy, quien está casada hace 39 años con Danny kohn y tiene dos hijos.

Se crío en un familia tradicional judía, como resalta, “súper integrada a la sociedad”. Su mamá es uruguaya y su papá, que ya falleció, nació en Polonia. De joven mi papá y antes de casarse, fue violinista y era parte de un cuarteto de tango. ¡Hasta estuvo en el estreno del Canal Siete!”, rememora con emoción.

Las Brigadas de Al Qasam, el brazo armado de Hamás,lanzan cohetes desde la franja costera de Gaza hacia Israel. EFE/EPA/MOHAMMED SABER
Las Brigadas de Al Qasam, el brazo armado de Hamás,lanzan cohetes desde la franja costera de Gaza hacia Israel. EFE/EPA/MOHAMMED SABER
(MOHAMMED SABER/)

Cuando empezó en el seminario rabínico, en esa época, todavía en Estados Unidos no se ordenaban mujeres como rabinos. “En ese momento tuve muchas ganas de poder estudiar lo mismo que los rabinos. Una inconsciencia juvenil digamos, a los 18 años. Marshall me explicó que esto iba a ser posible el día que empiecen estos cambios en Estados Unidos, que eran inminentes. De hecho, en 1985 se ordenó la primer mujer en Estados Unidos”, cuenta.

“Paralelamente yo estaba de novia con mi actual marido y a los 19 me casé. Me dediqué a trabajar en la formación de mi familia. Dejé de lado ese sueño, esa posibilidad de ser rabina. Empecé a trabajar en una escuela como docente de Estudios judaicos. Siempre estuve vinculada y seguí estudiando e investigando”, resalta esta mujer que fue mamá joven. Hoy sus hijos ya son adultos: Tamara tiene 37 años y Uriel, 34.

Fue precisamente cuando su hija se fue a estudiar afuera, que se animó a volver a retomar el sueño de ser rabina. Hoy está desde hace tres meses en esta nueva comunidad (Benei Tikva) y se desempeña como presidente de la Asamblea Rabínica Latinoamericana, que es la asociación que nuclea a los rabinos del Movimiento Conservador de Latinoamérica.

“Es la primera vez que hay una mujer como presidenta. Soy un poco como la mamá de todos los rabinos”, suelta con calidez y una sonrisa.

La gente asiste a la manifestación "¡Contra el terrorismo y el antisemitismo! Solidaridad con Israel", organizada por el Consejo Central de Judíos, partidos políticos, sindicatos y la sociedad civil de Alemania, en la Puerta de Brandenburgo, en medio del actual conflicto entre Israel y el grupo islamista palestino Hamas, en Berlín. Alemania
REUTERS/Annegret Hilse
La gente asiste a la manifestación “¡Contra el terrorismo y el antisemitismo! Solidaridad con Israel”, organizada por el Consejo Central de Judíos, partidos políticos, sindicatos y la sociedad civil de Alemania, en la Puerta de Brandenburgo, en medio del actual conflicto entre Israel y el grupo islamista palestino Hamas, en Berlín. Alemania
REUTERS/Annegret Hilse (ANNEGRET HILSE/)

– ¿Hay muchas mujeres rabinas?

– El Seminario Rabínico Latinoamericano es el lugar que ordena, o sea que forma a los hombres y a las mujeres. Somos 13 rabinas ordenadas hasta ahora, de un total de 100 rabinos. Yo soy la número diez. Algunas vivimos en Buenos Aires, otras en diferentes lugares del mundo.

-¿Hay alguna tarea que lleven adelante las rabinas en particular?

-Estudiamos lo mismo que los hombres y tenemos amplias facultades, derechos y obligaciones, todas iguales que los hombres. Participamos en funerales acompañando a las familias, haciendo la ceremonia a la hora del entierro. Hacemos bodas, ceremonias de Bar Mitzvah… Lo mismo. Esto es algo que está creciendo mucho. Estuve en Estados Unidos y sin lugar a dudas están como más preparados. En Latinoamérica es más difícil. Y ojo, yo no creo que tengamos un plus por el género. Creo en la igualdad de oportunidades frente al esfuerzo, el estudio y el trabajo.

El horror que más duele

Para Judy el conflicto de Israel es impensable y habla de una crueldad, un salvajismo que no tiene límites. “Son crímenes de Lesa humanidad. Todo esto en vez de despertar la denuncia del horror o la no aceptación de vivir una vida, despertó de alguna manera un antisemitismo dormido”, razona.

Rabina Judy
Judy Nowominski nació en Argentina y recibió su ordenación rabínica en el Seminario Rabínico Latinoamericano Marshall T. Meyer en diciembre del 2012

Judy, confiesa, se le viene el llanto a la garganta. “Mis íntimas convicciones que todos los seres humanos fuimos creados a imagen y semejanza divina, como decía mi maestro Marshall Meyer, esa chispa divina, es como que todo eso se derrumbó”, dice. Y suma: “El consulado en Israel se está conteniendo de no publicar todas las imágenes, son tan horrorosas. Esto es el terror contra el mundo civilizado. Son cosas injustificables. ¿Hay alguien que puede justificar que un avión se estrelle contra las Torres Gemelas? Hay quienes dicen que Israel está perdiendo la guerra mediática”.

-¿Y qué piensa de esto último?

– Es que por ahí no estuvo tan preocupado de mostrar todo lo que hacía, o en demonizar al enemigo. El grave problema son las dictaduras. Israel no se está ocupando de tener una intención de destruir o hacer mal a otro, y en cambio sí en crecer como una nación. Te mencionaba recién el Holocausto y el Shoá, y quería hacer una aclaración. La Segunda Guerra Mundial, que comenzó en 1939 y terminó en 1945, ese periodo, fue una catástrofe donde murieron asesinadas alrededor de 12 millones de personas, entre ellas 6 millones de judíos. Esa catástrofe la llamaron Holocausto, y en hebreo la llamamos Shoá, que es una palabra bíblica que alude a catástrofe, a una calamidad terrible. La palabra “Holocausto” es una ofrenda. Tenemos como una misión de cambiar el término.

-Ambas naciones, Israel y Palestina, vienen fomentando puentes de entendimiento para lograr la paz. ¿Cómo se hace para mantener esto cuando se cuela el terrorismo?

-Es muy difícil. Obviamente estoy a favor de los dos Estados y de la paz en la región. Y sería fantástico que el pueblo palestino pueda tener una buena vida. Ahora, con la violencia, se retrocede muchos pasos. Es difícil volver a ganar la confianza. Va a ser muy complejo, hay tanto dolor. Han entrado a las camas de las habitaciones, a los jardines de los niños. Israel tiene que recuperar a todos los secuestrados que son muchísimos, más de 200. Y a rescatar a sus muertos, darles una sepultura digna, porque eso es algo muy importante en nuestra tradición. También en la gente de Palestina.

La gente reacciona en el lugar donde aterrizó un cohete lanzado desde la Franja de Gaza en Tel Aviv
REUTERS
La gente reacciona en el lugar donde aterrizó un cohete lanzado desde la Franja de Gaza en Tel Aviv
REUTERS (ITAI RON/)

– Pareciera un conflicto de nunca acabar. ¿Por dónde se tendría que empezar?

– Hay que volver a a sanar, a tomar la confianza. Y desde lo político también. Tienen que involucrarse nuevamente a los diferentes países y tomar la problemática realmente en serio. Va a llevar un tiempo. Los líderes mundiales tienen un peso muy fuerte, como el Papa por ejemplo. Cuando tuvo que decir algo, habló de paz entre los dos pueblos y de que se resuelva el conflicto entre Palestina e Israel. Pero no ví una condena.

-¿Qué tan importante es trabajar con hechos concretos para estos puentes de entendimiento y paz entre ambas naciones?

-Es muy importante. En lo personal, siempre estuve a favor y en más de una oportunidad cuando se me convocó, trabajé para esas uniones, para llevar adelante todos los proyectos que hubo en Israel. Hablo de muchísimos trabajos en conjunto, pero concretos, no de diálogo solamente. Sino también de puesta en común, de trabajar en alguna empresa que estén asociados palestinos e israelíes. Creo que debería seguir haciéndose. Es muy importante porque tiene que ver con conocer al otro y eliminar el prejuicio que nos separa, que nos confronta. El terrorismo interviene de una manera muy poderosa, agresiva y despiadada.

– ¿Qué le produce ver las imágenes de niños y mujeres tan violentados?

-Soy mamá y soy abuela de cuatro nietos. Mira… niños, mujeres violadas, ancianos con alzheimer… (se queda en silencio) O sea, gente en silla de ruedas. Todo esto es realmente increíble. Representa mucho sadismo. Y hay un mensaje que las izquierdas del mundo no lo están viendo. No entiendo dónde están los que luchan por los derechos de las mujeres, por la no violencia. Yo también soy feminista. Ojo, no es que no, pero no puedo entender al que no alza la voz.

Kfar Azza
“Niños, mujeres violadas, ancianos con alzheimer… (se queda en silencio) O sea, gente en silla de ruedas. Todo esto es realmente increíble. Representa mucho sadismo”, dice la rabina

-¿Cuál es el camino? ¿Hay una forma de encauzar semejante conflicto desde los valores?

-Siempre la educación está en el primer lugar. Y la cultura. Con aquellas cosas que creemos que son las que sostienen una humanidad sana y un mundo sano. Desde lo personal es importante que las coyunturas no nos cansen, porque cuando estás golpeado, dolido y herido, muchas veces uno pierde la esperanza. Poder reforzarnos, no importa si es fe en Dios. Yo trabajo mucho con gente que por ahí no es creyente, no es judía necesariamente, por fuera de la comunidad. El mundo es más que un individuo y nosotros solitos. Somos parte de algo más grande. Y cuando entendes que sos parte de algo más grande, pasan dos cosas: primero, tomas una responsabilidad y te comprometes con el mundo y la vida. Y por otro lado, es algo hermoso. Es como cuando por ejemplo vas a un recital, es tan copado estar ahí, con toda la gente, cantando. Sos parte de algo y esa energía es tan linda como poderosa.


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