El bronce, un aliento a la resurrección del voleibol argentino

Llegaron a Tokio-2020 sin despertar muchas ilusiones entre los argentinos que apostaban a celebrar una medalla en hockey, básquet o fútbol, pero la selección masculina de voley entusiasmó hasta lograr este sábado la medalla de bronce, emulando al recordado equipo de Hugo Conte en Seúl-1988.

Hubo que esperar 33 años para que en su octava participación olímpica el voley albiceleste vuelva a subirse a un podio, con una presea de bronce que sabe a oro luego de derrotar al poderoso Brasil. Su otro mejor resultado histórico había sido el tercer puesto en el Mundial de 1982 disputado en Buenos Aires.

El equipo dirigido ahora por Marcelo Méndez fue de menos a más en la competencia, e iba conquistando adeptos entre los argentinos cada vez más dispuestos a levantarse en las madrugadas para seguir las hazañas olímpicas por televisión.

En paralelo crecía la ilusión de alcanzar a competir por la medalla dorada pero en la semifinal se cruzaron con Francia y cayeron 3-0.

“Nunca es fácil superar una derrota en esta instancia, pero hay que seguir empujando, tenemos que aprender. Todo lo malo se transforma en motivación. Tenemos rápidamente otra final y nos enfocaremos en ese partido contra Brasil”, decía el capitán Luciano De Cecco tras quedar a las puertas de la final.

– Bronca y revancha –

Hace poco más de un mes, Argentina terminaba novena en el torneo de la Liga de Naciones FIVB en Italia, con siete victorias en 15 presentaciones, previo a encarar los preparativos para los Juegos Olímpicos.

El seleccionado llegaba así a Tokio ilusionado pero consciente de que enfrentaba una parada más que difícil, al enfrentar una fase de grupos repleta de favoritos.

Dos caídas ante Rusia (1-3) y Brasil (2-3) y tres triunfos frente a Francia (3-2), Túnez (3-2) y Estados Unidos (3-0) posicionaron a Argentina en los cuartos de final, donde lograron un histórico triunfo ante la poderosa Italia por 3-2, un camino arduo que lo llevó a la semifinal contra Francia.

“A este equipo muchas veces, estas derrotas lo motivan para ir por la revancha. En eso debemos pensar una vez que se nos pase la bronca”, declaró tras la semifinal Bruno Lima, hasta entonces máximo anotador del equipo argentino y del torneo.

– Herencia –

Por la calidad del rival, ganar un bronce ante Brasil “es un platino”, afirmó el exjugador Hugo Conte, emblema histórico de la selección argentina, cuyo nombre marcó a fuego el voleibol argentino a finales del siglo pasado.

Conte, de 58 años y entrenador en Italia, conquistó la medalla de bronce en Seúl-1988 y dos diplomas olímpicos, al salir sexto Los Ángeles-1984 y cuarto en Sídney-2000.

Su hijo Facundo, de 31 años y de gran parecido físico, es otro Conte transformado ahora en pilar del equipo, con tres juegos olímpicos disputados, Londres-2012, Rio-2016 y Tokio-2020.

Entre estas dos generaciones, el camino no estuvo exento de espinas. Tras el impulso que le dio la generación de Conte padre, el voley argentino sufrió los embates de las crisis económicas del país y las dificultades de una federación que se vio envuelta en denuncias de corrupción.

Sin embargo, este sábado conquista la medalla de bronce un equipo que combina la experiencia de jugadores tres veces olímpicos como Luciano De Cecco, Sebastián Solé, Cristian Poglajen y Facundo Conte, con los que participan por segunda vez como Bruno Lima, Federico Pereyra, Martín Ramos y Ezequiel Palacios, y los novatos olímpicos Agustín Loser, Santiago Danani, Matías Sánchez y Nicolás Méndez.

El voley se abrió paso y vuelve a ilusionar a los argentinos.

ls/ol/psr

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