Barcelona, 11 dic (EFE).- Dice Xavi Hernández que el Barcelona es un “equipo en construcción”, pese a que conquistó LaLiga el pasado curso y que dirige desde hace dos años a los azulgrana, cuando llegó en sustitución de Ronald Koeman.
Asegura que en el proceso de crecimiento de un equipo “muchas veces tienes que dar un paso atrás para dar dos hacia delante”, pero los datos y las sensaciones no le dan la razón.
Y, más que un equipo en construcción, Xavi necesitaría deconstruirlo para rehacer el camino y afrontar de la mejor manera el futuro.
En el momento caliente de la temporada, cuando por acumulación de lesiones y otras circunstancias, el Barcelona se la jugaba, especialmente en la Champions, pero también en LaLiga, los azulgrana sacaron lo mejor de sí mismo y dieron un paso al frente.
El equipo azulgrana, que llevaba dos años fuera de los octavos de final de la Champions, falló a la primera ante el Shakhtar y el caprichoso calendario señaló en rojo el partido ante el Oporto, donde el Barça se la jugó y sacó el partido adelante.
Unos días después, ante el Atlético de Madrid, el Barça volvió a creer en sí mismo, Xavi deconstruyó su idea inicial, ajustó las piezas, repitió esquema con una defensa de tres centrales más Cancelo por la izquierda; una tripleta de jugones en la media (Gundogan, De Jong, Pedri) y el desequilibrio delante de Joao Félix, Raphinha y, en menor media, de Lewandowski.
Le funcionaron los cambios a Xavi y decidió no tocar la alineación ante el Girona, pero el partido era otro, el técnico rival tenía más trabajado el partido, de hecho tiene un equipo con muchos automatismos y superó al Barcelona.
Pese a perder y encajar cuatro goles en casa, Xavi hizo una lectura muy particular de lo ocurrido: “El cómo no ha sido malo, hemos tenido el partido en nuestras manos, pero no hemos aprovechado nuestros momentos y el Girona, sí”.
Al Barça le pierden las dudas, los problemas en defensa, como se evidenció en todos los goles encajados; las dificultades cuando el equipo no tiene el balón y también la intervención del entrenador en los cambios, como también se vio ante el Girona.
El paradigma es la actuación de Èric Garcia, que en el Barcelona su participación era testimonal y ahora es uno de los puntales del Girona, o el caso contrario, la llegada del exjugador del Girona Oriol Romeu, que fue protemedora en sus inicios y que ahora ya no juega.
Lo cierto es que el Barcelona no lo tiene todo perdido y puede rehacer su camino, deconstruir su estructura, aunque todo pasa por otro tipo de lecturas. El equipo, que la pasada temporada ganó el título, cimentado en buena parte en las porterías a cero y en sus buenas actuaciones defensivas, no encuentra el rumbo.
De hecho, Xavi, que había tomado aire después de las victorias ante el Oporto y el Atlético, vuelve a estar señalado por algunos sectores del barcelonismo, aunque desde la zona noble el mensaje es de total confianza hacia el técnico.
Y es que en la comparativa de porcentajes de entrenadores barcelonistas con más victorias, Xavi sale mal parado, según un estudio de Besoccer para EFE, teniendo en cuenta un mínimo de 20 partidos y sin contar a entrenadores temporales como Sergi Barjuan o Jordi Roura.
En esta lista, en función de los resultados en las últimas quince temporadas, solo Ronald Koeman con el 58,21% de victorias, estaría por debajo.
El Barça de Xavi gana el 62,16% de sus partidos, por detrás de los porcentajes de Quique Setién (64%), Ernesto Valverde (66,90%) o Tata Martino (69,09%). En el ‘top 3’ están Luis Enrique (76,24%), Tito Vilanova (75,56%) y Pep Guardiola (72,47%).
Francisco Ávila
Barcelona, 11 dic (EFE).- El Barcelona ha encajado 18 goles en las 16 primeras jornadas de LaLiga 2023-24, el triple de los que recibió la pasada temporada en los 16 primeros partidos de la competición.
A estas alturas del campeonato, el equipo azulgrana llevaba 12 porterías a 0 y solo había encajado de cuatro equipos: uno de la Real Sociedad (jornada 2), tres del Real Madrid (jornada 9), uno del Osasuna (jornada 14) y otro del Espanyol (jornada 15).
Además, había marcado 35 goles, lo que le daba un balance de +29 en esas 16 primeras jornadas de una campaña en la que acabaría alzando el título.
Esta temporada, en cambio, el Barça ya lleva encajados 18 tantos, con solo siete porterías a 0. Y ha sufrido la mayor goleada en LaLiga desde que Xavi Hernández se sienta en el banquillo (el 2-4 ante el Girona de la última fecha).
Hasta esta última derrota en el Estadio Lluís Companys, el equipo había encajado tres goles en tres ocasiones, todas ellas como visitante: en el Clásico del curso pasado (3-1), en Valladolid (3-1) en la antepenúltimo jornada y cuando el Barcelona ya había campeonado, y esta temporada contra el Villarreal (3-4).
El balance del equipo azulgrana este curso, con 30 goles a favor y 18 en contra, es solo de +12, menos de la mitad de que acumulaba el curso pasado.
Pero comparando la efectividad de cara a puerta, es fácil concluir que el problema no está en el ataque, sino en la solidez defensiva que ha perdido de un año a otro.
Y es que a estas alturas del curso pasado, el Barcelona había rematado 251 veces, con un porcentaje de acierto de cara a gol del 13,94%. Y esta temporada lleva 240 remates, con un porcentaje de acierto del 12,5%, una diferencia poco significativa.
El caso más paradigmático es el del polaco Robert Lewandowski, el último ‘Pichichi’ de la competición con 23 goles y que, la pasada campaña llevaba 13 goles en estas primeras 16 jornadas. Esta temporada, en cambio, el delantero del Barcelona solo lleva 8 tantos en competición doméstica.
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