El 2018 fue “un año atípico” para el mercado inmobiliario rural

Durante 2018 se gestionaron negocios pequeños y locales de entre US$ 1 millón y US$ 2 millones.
Durante 2018 se gestionaron negocios pequeños y locales de entre US$ 1 millón y US$ 2 millones.

Argentina se destaca por la calidad de sus tierras. En este escenario la compra y venta de campos supone negocios de mediano y largo plazo y, representa un eslabón necesario en la cadena de los negocios agropecuarios del país.

Para conocer lo que dejó el 2018 en el mercado inmobiliario rural y las expectativas para 2019, Infobae consultó a Javier Christensen, presidente de la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR).

Tal como informó este medio, la actividad inmobiliaria rural cayó 14% en un año, según la última medición de CAIR, correspondiente al mes de noviembre.

El 2018 no ha dejado muy buenos resultados en las actividades económicas y, la compra y venta de campos, no es la excepción: “La actividad comenzó el año a un nivel bajo y fue repuntando hasta abril, ya que había más optimismo y se cerraron más operaciones”, así lo expresó Christensen.

Fue durante esos primeros meses del año actual, cuando se notó
una mayor actividad en el sector; se generaron más consultas por parte de
clientes y se pudieron organizar visitas a los campos, concretándose algunas operaciones.

Al referirse al primer cuatrimestre, expresó: “Hasta abril había recuperación y llegamos al 47% de actividad. Pensamos que veníamos muy bien, pero fue un balde de agua fría como se complicó la economía y la política”.

Luego, la compra y venta de campos comenzó a caer: “Cuando comenzaron
una serie de devaluaciones que fueron cuatro en cadena hasta agosto más el
aumento de tasas, fue un freno muy fuerte y terminamos el año con un nivel de actividad cercano a 32,35 puntos, sobre un máximo de 97,5 puntos registrado en septiembre de 2011″, dijo el presidente de CAIR a Infobae.

El golpe ya pasó. De acuerdo a los índices de la cámara se sintió muy fuerte en agosto, septiembre, y octubre, que fueron meses de muy baja actividad. “La economía y la política nos pegó fuertísimo, no hay mal que dure 100 años. Me parece que siempre tarde o temprano hay un rebote en el tiempo, y la economía tendría que recuperarse”, anheló.

Operaciones chicas

Según comentó el presidente de la cámara, se gestionaron negocios pequeños y locales de entre US$ 1 millón y US$ 2 millones, y operaciones grandes por encima de US$ 10 millones que se cuentan con los dedos de la mano. En este sentido, definió el 2018 como un año atípico, y aclaró: “No hay un mercado, sino operaciones aisladas que se van ejecutando”. La compra y venta de campos está resentida como muchas otras actividades.

En relación al perfil de los compradores, comentó que “la gente más alejada de las zonas financieras del país y del sector, es la que más compró”

Según Christensen, es un buen momento para comprar porque los precios bajaron.
Según Christensen, es un buen momento para comprar porque los precios bajaron.

Dentro del balance, Christensen destacó como positivo que fue un buen año a nivel de valores, pero hubo una baja en el segundo semestre de entre el 10 y el 15%. “Con dinero en mano se podían hacer buenos negocios y comprar campos en forma tranquila sin que hubiera cinco personas pujando por un campo”, y alertó: “Es un buen momento para el que quería comprar, porque los precios bajaron a un valor que no se esperaba, se puede comprar tranquilo sin presión, y hay poca competencia”.

Competencia financiera

Durante el 2018, en varias oportunidades, desde CAIR se refirieron a las
diversas opciones que existen para que los inversores se inclinen por el
mercado financiero, lo que afecta seriamente el sector inmobiliario rural y
productivo.

“Este año nos afectó mucho eso. La gente que conoce, accede y no le teme al
negocio financiero de bonos, entre otros”, señaló Christensen. En este sentido, desde la cámara consideran que la tierra es un acertado y sólido refugio de capital, especialmente en momentos de incertidumbre.

Ley de Tierras

Al panorama descripto, hay que sumarle que a la actividad la sigue afectando la dificultad para invertir por parte de extranjeros como consecuencia de la vigencia de la Ley 26.737 de Régimen de Protección al Dominio Nacional sobre la Propiedad, Posesión o Tenencia de las Tierras Rurales.

Al respecto, Christensen explicó: “Hace dos años, el Gobierno aclaró varios
puntos que eran bastantes confusos, pero la Ley sigue igual, por lo cual,
aquellos extranjeros que quieren invertir en Argentina ven limitada sus
posibilidades”.

Para el presidente de CAIR, es absurda la Ley de tierras y argumentó: “Porque ningún extranjero se lleva el campo a su país, el campo queda en Argentina, y los que vienen traen dinero, tecnología, contratan gente y producen. Argentina históricamente se desarrolló con capitales extranjeros en los que es tierra”.

Un 2019 teñido de incertidumbre y esperanza

“En la medida que la inflación no afloje y que las tasas no bajen, no va a ser un año sencillo. Creemos que va a ser más parecido al primer semestre de 2018 que al segundo, lo peor de la sacudida ya lo sufrimos”, reconoció el titular de CAIR.

Si bien el 2019 se presenta como una incógnita para la mayoría de los
argentinos, desde la cámara son optimistas y consideran que si la política no se complica, la actividad debería recuperarse. “A medida que el miedo de los inversores se vaya despejando, creo que las operaciones van a volver”, analizó Christensen.



FUENTE: INFOBAE NOTICIAS

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