Un alto funcionario de defensa de Estados Unidos informó este viernes que Washington está fortaleciendo el uso de aviones de combate en el Estrecho de Ormuz para proteger a los barcos que navegan la zona de las incautaciones del régimen iraní. Expresó, además, la creciente preocupación de la Administración Biden por las estrechas relaciones entre Irán, Rusia y Siria en el Medio Oriente.
El funcionario, quien prefirió mantener el anonimato al proporcionar detalles sobre las operaciones militares en la región, anunció que Estados Unidos enviará aviones de combate F-16 al Golfo durante el próximo fin de semana para reforzar la presencia de los cazas A-10 que han estado patrullando la zona durante más de una semana. Esta decisión se produce en respuesta al intento de Irán de apoderarse de dos petroleros la semana pasada y al disparo contra uno de ellos.
La Marina de los Estados Unidos informó que en ambos incidentes los buques de guerra iraníes se retiraron cuando el USS McFaul, un destructor de misiles guiados, llegó a la escena.
El objetivo de desplegar los aviones F-16 es proporcionar cobertura aérea a los barcos que transitan por el estrecho y aumentar la visibilidad militar en la zona como medida disuasoria contra Irán.
Además, el funcionario de defensa indicó que el Pentágono está evaluando diversas opciones militares para abordar la creciente agresión rusa en los cielos de Siria. Esta arremetida de Moscú complicó los esfuerzos para atacar a un líder del Estado Islámico el pasado fin de semana. Aunque el funcionario no proporcionó detalles específicos sobre las opciones consideradas, afirmó que su país no cederá territorio y continuará llevando a cabo misiones contra este grupo terrorista en la parte occidental de Siria.
Agregó que la actividad militar rusa ha aumentado su frecuencia y agresión desde marzo debido a una mayor cooperación y coordinación entre Moscú, Teherán y el régimen sirio. Su objetivo principal es presionar a Estados Unidos para que abandone Siria.
Explicó que Rusia está en deuda con Irán por su apoyo en la invasión a Ucrania, y Teherán desea que Estados Unidos salga de Siria para facilitar el flujo de ayuda letal al grupo Hezbollah en Líbano y amenazar a Israel. Además, mencionó que ha habido un mayor nivel de cooperación, colaboración, planificación e intercambio de inteligencia entre los líderes de las fuerzas Quds de Rusia e Irán en Siria.
Actualmente, hay aproximadamente 900 fuerzas estadounidenses en el país y otras que entran y salen para llevar a cabo misiones contra los militantes del Estado Islámico.
La Casa Blanca no cree que los aviones rusos planeen bombardear a las tropas estadounidenses o derribar aviones tripulados. Sin embargo, existe la preocupación de que los pilotos rusos puedan derribar drones Reaper y que Moscú no espere una respuesta militar contundente por parte de Estados Unidos ante tal acción, según afirmó el funcionario.
Como ejemplo, en marzo se produjo un incidente en el que un avión de combate ruso arrojó combustible sobre un dron de vigilancia estadounidense y luego golpeó su hélice, lo que llevó al ejército estadounidense a arrojar el MQ-9 Reaper al Mar Negro. Esta acción aumentó las tensiones y provocó una llamada entre los jefes de defensa de ambas partes, pero no condujo a una respuesta militar directa.
La semana pasada, el contralmirante Oleg Gurinov, jefe del Centro Ruso de Reconciliación para Siria, informó que los ejércitos ruso y sirio han estado llevando a cabo entrenamientos conjuntos. En declaraciones publicadas por los medios estatales sirios, expresó la preocupación de Moscú por los vuelos de drones de la coalición liderada por Estados Unidos sobre el norte de Siria, calificándolos como “violaciones sistemáticas de los protocolos” diseñados para evitar enfrentamientos entre los dos ejércitos.
Los comandantes militares de Estados Unidos y Rusia se comunican regularmente a través de una línea telefónica de prevención de conflictos que ha estado en funcionamiento durante varios años para evitar enfrentamientos no deseados en Siria, donde ambos países tienen tropas terrestres y aéreas.
Según el funcionario estadounidense, estas comunicaciones a menudo resultan en amenazas furiosas cuando los comandantes discuten sobre una operación en curso. Por ejemplo, los rusos suelen declarar un área del espacio aéreo como una zona operativa restringida debido a ejercicios militares, mientras que Estados Unidos, al realizar misiones antiterroristas contra el Estado Islámico, asegura que volará en esa área. Esto provoca tensiones y desacuerdos verbales entre ambas partes, aunque no ha habido una respuesta militar directa.
El incidente más reciente ocurrió este viernes por la mañana, cuando un avión ruso voló repetidamente sobre la guarnición de at-Tanf en el este de Siria, donde las fuerzas estadounidenses entrenan a aliados sirios y monitorean la actividad militante del Estado Islámico. El funcionario señaló que el avión ruso An-30 estaba recopilando información de inteligencia en la base.
Estados Unidos no tenía aviones de combate en la zona y no tomó medidas directas contra esta aproximación rusa
(AP)
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