NUEVA YORK (AP) — Los alcaldes demócratas de Nueva York y Washington solicitan ayuda al gobierno del presidente Joe Biden con lo que dicen es un aumento en sus ciudades de migrantes solicitantes de asilo provenientes de estados fronterizos, lo que ha desatado reacciones de satisfacción entre republicanos que consideran que dichas peticiones son evidencia de que Estados Unidos atraviesa una crisis de inmigración.
Muriel Bowser, de Washington, y Eric Adams, de Nueva York, se han adentrado en el debate nacional sobre el manejo de los migrantes que llegan a la frontera entre Estados Unidos y México, algunos de los cuales aprovechan los viajes en autobús que pagan los estados de Texas y Arizona para enviar a los migrantes migrantes a la capital del país después de ser puestos en libertad por las autoridades migratorias federales en la frontera.
Adams había afirmado erróneamente que también se había enviado a migrantes a Nueva York en autobús. El jueves restó importancia a esas declaraciones, pero se mantuvo firme en sus críticas a la estrategia promovida por los gobernadores Greg Abbott, de Texas, y Doug Ducey, de Arizona, ambos republicanos.
“El simple hecho de que enviaron personas fuera de sus estados, gente que buscaba refugio en nuestro país, y luego los enviaron a otro lado… ¿ellos negaron eso?”, preguntó Adams. “Vinieron a dar acá porque no recibieron apoyo allá”.
Abbott y Ducey se han jactado de los viajes en autobús, una práctica que se lleva a cabo desde hace varios meses y que es un viejo truco político, pero con un impacto práctico mínimo. Su objetivo es poner a Biden sobre aviso de las consecuencias de las políticas fronterizas.
Unos 5.200 migrantes han sido transportados en autobús desde Texas a partir de abril, y más de 1.100 desde Arizona a partir de mayo. Los gobernadores dicen que la medida es un viaje gratuito voluntario que les permite a los migrantes estar más cerca de sus familiares o de redes de apoyo.
Pero Bowser dijo que los solicitantes de asilo están siendo “engañados”, ya que muchos no se acercan lo suficiente a su destino final y algunos se quedan varados en Union Station, cerca del Capitolio federal y la Casa Blanca.
“Este es un tema muy importante”, declaró Bowser el domingo en el programa “Face the Nation” de CBS.
Ante la presión de brindarles apoyo financiero, Bowser dice que quiere que el gobierno federal contribuya. El ayuntamiento le informó a la alcaldesa la semana pasada que los grupos de voluntarios están “agotados y abrumados”.
“Ahora que la frontera ha llegado a la capital del país, nuestra responsabilidad es estar a la altura”, escribieron los miembros del ayuntamiento, al tiempo que reprendieron a Abbott y a Ducey por no mostrar “consideración por las personas que están ejerciendo su derecho humano a solicitar asilo”.
Los republicanos que han criticado fuertemente a la Casa Blanca apenas han podido contener su satisfacción.
“Parece que la alcaldesa Bowser está empezando a sentir un poco lo que es ser una comunidad fronteriza” bajo la crisis migratoria de Biden, escribieron los integrantes republicanos de la Comisión de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes. “No se siente muy bien, ¿o sí?”
Ducey aprovechó la declaración errónea de Adams de que Arizona enviaba migrantes a Nueva York en autobús, y resaltó que únicamente los estaba mandando a Washington.
“El alcalde Adams necesita tener bien sus datos y poner más atención a lo que realmente está ocurriendo, porque la seguridad de nuestra nación depende de ello”, escribió en Twitter.
El jueves, Adams hizo aún más énfasis en la magnitud del flujo de migrantes que están llegando a Nueva York y la obligación jurídica y moral de la ciudad de proporcionarles albergue, al tiempo que censuró a Texas y Arizona.
“Necesitamos ayuda del gobierno federal, a través de la FEMA, para que nos apoye. Esta ciudad ya enfrentaba una población en albergues, y vamos a necesitar ayuda para manejar esta ola sin precedentes”, manifestó Adams, refiriéndose a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, por sus siglas en inglés.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, señaló hace unos días que el gobierno analiza las preocupaciones de los alcaldes. Dijo que era “vergonzoso que algunos gobernadores estén usando a los migrantes como una herramienta política, como una estrategia política”.
En Texas, Abbott se ha proyectado como un contrapeso a Biden en materia migratoria, insistiendo que “toda comunidad estadounidense es una comunidad fronteriza”.
Los traslados en autobús ordenados por Abbott son tan sólo un elemento de una expansión cada vez más enérgica de sus medidas para contener la inmigración en un ámbito que tradicionalmente le corresponde al gobierno federal. Este mes, Abbott autorizó a las fuerzas estatales a detener migrantes y devolverlos a la frontera entre Estados Unidos y México, donde Texas ha gastado más de 3.000 millones de dólares de fondos estatales en un enorme sistema de seguridad, sin lograr frenar el flujo migratorio.
Arizona dice que ha enviado en autobús a 1.151 migrantes a Washington desde mayo. Aproximadamente el 25% dijeron que su destino final era Nueva York, alrededor del 20% señalaron que iban a Nueva Jersey, y muchos de los restantes se dirigían a Georgia o permanecerían en Washington, dijo C.J. Karamargin, portavoz de Ducey.
La Patrulla Fronteriza detuvo a migrantes en casi 193.000 ocasiones durante junio, el primer declive luego de cuatro meses consecutivos de incrementos. Esas cifras, que se aproximan a los niveles más altos en dos décadas, muestran el poco impacto que han tenido los traslados en autobús en los flujos migratorios generales.
Estados Unidos ha sido el principal destino del mundo para los solicitantes de asilo desde 2017, según la agencia de las Naciones Unidas para los derechos humanos, un enorme desafío que ha asediado a Biden y a sus predecesores inmediatos, Donald Trump y Barack Obama.
Un mandato relacionado con la pandemia les niega a muchos de los migrantes la posibilidad de solicitar asilo bajo el argumento de evitar la propagación del COVID-19, pero el Título 42, el nombre con el que se conoce a la medida, se ha aplicado de forma dispareja. Decenas de miles de personas son liberadas cada mes con permisos condicionales humanitarios o con avisos para comparecer ante un tribunal de inmigración.
Adams asegura que Nueva York ha experimentado un “agudo aumento” de solicitantes de asilo. Calculó que fue de unas 2.800 personas en las últimas semanas, pero reconoció que la ciudad no tiene información específica sobre el estatus migratorio de las personas porque no se los pregunta.
Ha solicitado que se efectúe una investigación para determinar si otros estados están enviando a solicitantes de asilo a Nueva York.
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Este despacho fue corregido para mostrar que Texas ha transportado en autobús a cuando menos 5.200 migrantes a Washington, no a 6.000.
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Lee reportó desde Santa Fe, Nuevo México. Los periodistas de The Associated Press Elliot Spagat en San Diego; Paul Weber en Austin, Texas; y Bobby Caina Calvan en Nueva York, contribuyeron a este despacho.
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