Los dos últimos domingos, 5 y 12 de noviembre, fueron distintos para los alumnos secundarios que piensan ingresar a la universidad el año próximo en Brasil y en nuestro país. El domingo 5 más de seis millones de estudiantes secundarios estaban inscriptos para rendir en Brasil el examen nacional de enseñanza media (ENEM), una prueba escrita de cinco horas y media de duración, en la cual se examina ciencias sociales, lenguaje y redacción. La segunda prueba, rendida el domingo 12, tuvo una duración de cuatro horas y media y se concentró en matemática y ciencias naturales. Los resultados de esta prueba serán difundidos el 19 de enero y servirán no sólo para el ingreso a la Universidad en Brasil, sino también para la obtención de becas para aquellos estudiantes de origen humilde que hayan logrado buenas notas.
En nuestro país los estudiantes fueron aliviados de esta carga, ya que el régimen vigente consagra el derecho al ingreso irrestricto a la universidad, regla aprobada a fines del 2015 mediante la Ley 27204. Por esta razón, no tienen ninguna necesidad de realizar el esfuerzo de prepararse para ingresar a la universidad. Este tipo de ingreso irrestricto que rige en nuestro país no es común en el resto del mundo, donde es larga la lista de naciones que exigen aprobar un examen de graduación universitaria. Esta lista cubre todo el aspecto político, ya que incluye países con gobiernos comunistas (China, Cuba, Vietnam), naciones asiáticas (Japón, Corea, India, Filipinas), todos los países europeos, naciones africanas y del Medio Oriente como Israel y Siria. En América Latina, la lista de naciones con este tipo de exámenes obligatorios al finalizar el secundario es larga y cubre países con distintos regímenes políticos como Ecuador, Nicaragua, Costa Rica, Brasil, México, Chile y Colombia.
Es preocupante comparar las cifras de la población estudiantil universitaria en América Latina, donde Argentina supera al resto de las naciones, pero cuando únicamente se presta atención a la matrícula estudiantil y no a la graduación final. La situación es distinta cuando se tiene en cuenta también la graduación. Los otros países tienen una graduación superior a la vigente en Argentina. Por ejemplo, Brasil gradúa anualmente un 80% más de universitarios, en proporción con la población, que Argentina. Además, el ritmo de aumento anual en la cantidad de graduados universitarios en Brasil es muy superior a la expansión de la graduación en nuestro país.
Para entender esta diferencia existente entre cantidad total de estudiantes y magnitud de la graduación anual hay que tener presente que Argentina es un caso notable, ya que no solamente carece de cualquier sistema de evaluación general del nivel de los conocimientos de los estudiantes secundarios antes de ingresar a la universidad, sino que además lo prohíbe expresamente en la ley nacional de educación vigente. En la última sesión del Senado de la Nación del año 2015 se aprobó la ley 27204, que establece, en su artículo 4: “Todos los alumnos que aprueban la enseñanza secundaria pueden ingresar de manera libre e irrestricta a la enseñanza de grado en el nivel de educación superior”. Es difícil de entender la razonabilidad de esta ley en un país que registra un muy bajo nivel de conocimientos de sus estudiantes secundarios.
El ingreso irrestricto consolida nuestro atraso, ya que desalienta el esfuerzo estudiantil en la escuela secundaria. Por esta razón la mitad de los estudiantes de universidades estatales no pudo aprobar más de una materia semestral después de estar un año en la universidad.
Cabe preguntarse quién se preocupa más por el futuro de los jóvenes. Son aquellos países como Brasil, que incitan a la disciplina del estudio y promueven el esfuerzo y la dedicación de los estudiantes del nivel secundario para ingresar bien preparados al nivel universitario, o las naciones como Argentina, donde la principal preocupación del último año secundario es el viaje de egresado a Cancún o Bariloche.
¿Quiénes se preocupan más por el futuro laboral de los jóvenes de hoy en el difícil mundo globalizado? Seguramente no son los países con pocos graduados universitarios. El principal beneficiado por los exámenes de graduación secundaria es el propio alumno, ya que esta exigencia lo estimula a estudiar mientras aún está en la escuela secundaria. Por eso, Brasil todos los años tiene muchos más graduados universitarios que nosotros, en proporción con la población. Claro que los fines de semana de noviembre son muy distintos en estas dos naciones.
FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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