(Cualiacán| Enviada especial) La expectación que despertó Diego Armando Maradona desde su llegada a Culiacán, México, ha sido grande a pesar de que se le ha visto poco. Desde el sábado, su primer día en el estado de Sinaloa, fuera de su arribo al aeropuerto y el entrenamiento público del lunes, el astro vive en el hermetismo, rodeado sólo de su gente de confianza y su equipo de seguridad.
El director técnico del equipo local de Dorados vive prácticamente sin salir de su hotel, en el que no baja ni siquiera al restaurante o a la alberca, a pesar de que la ciudad tiene temperaturas superiores a los 30 grados.
El único indicio de que está en el hotel son las dos camionetas blancas en las que se traslada con su círculo cercano a los entrenamientos en el estadio Banorte, sede de Dorados, de los cuáles dos de tres han sido a puerta cerrada, y aunque ha habido acceso a la prensa minutos antes de iniciar las prácticas para hacer algunas entrevistas, se le pide salir del estadio antes de la llegada del técnico.
El piso 7 del hotel Lucerna, uno de los más lujoso de Culiacán, es un búnker desde la llegada del astro. Ahí solo se hospedan él y sus usuales acompañantes: su abogado, Matías Morla, y su representante Christian Bragarnik.
Aunque en el lugar no se aprecia en las afueras ningún dispositivo especial ni aficionados cazando las entradas y salidas del técnico en busca del algún autógrafo o fotografía, al astro nunca se le ve.
Algunos empleados del hotel comentaron que ni siquiera saben quiénes son los encargados de llevarle los alimentos hasta su suite o de la limpieza, otros aseguran que su equipo se encarga de llevarle todo lo que necesita.
Inmediatamente al llegar al piso donde se encuentran hospedados Maradona y su staff de confianza, cualquier persona es interceptado por guardaespaldas contratados por el club.
En el piso hay guardaespaldas todo el día.
Algunos empleados tanto del estadio como del hotel coinciden en que son entre tres y cuatro los guardaespaldas que siempre acompañan a Maradona.
Hasta ahora no puede decir si se ha portado bien o mal porque prácticamente no lo ven, cuando sale o regresa de los entrenamientos siempre está rodeado por toda su comitiva y por eso se sabe que va llegando o que va saliendo.
En el estadio algunos aficionados sí han tenido la oportunidad de obtener algún autógrafo. A la hora de finalizar los entrenamientos llegan a la reja del área de ingreso de los jugadores y antes de subir a su camioneta se acerca y da algunos autógrafos.
“Muchos se enojan porque no alcanzan a que les firme, se acerca rápido, firma unos cuantos y se va, pero ha de ser cansador tener que estar firmando todo el tiempo”, señala el mismo empleado del estadio.
Según sus comentarios, durante los entrenamientos se le ha visto tranquilo.
Al menos en el estadio, confirmó gente del club, no ha pedido ninguna excentricidad. Tiene un vestidor personal, pero fuera de ahí no se ha hecho ninguna adecuación por la llegada de Maradona.
Y durante los entrenamientos sólo bebe lo mismo que los jugadores: agua y sueros orales (para hidratar). No ha pedido ninguna bebida energizante en especial ni cualquier otra cosa diferente a lo que se da al resto del equipo.
Culiacán es una de las ciudades de México en las que se usa el halconeo (vigilancia que hacen civiles para reportar a los cárteles de la droga lo que pasa), pero según comentaron taxistas que pasan horas en la puerta del hotel a la espera de clientes, tampoco se ha visto en los alrededores ese tipo de actividad desde la llegada de Maradona.
La única polémica que ha levantado hasta ahora el 10 fue la que se registró en el exclusivo barrio de La Primavera, donde los residentes impidieron el paso de la mudanza que traía los muebles para adornar la que presuntamente sería su casa, pero que realmente pertenece a uno de los accionistas del club, quien la habría prestado para que fuera habitada por el técnico.
Como la casa iba a ser prestada a Maradona y no había de por medio ninguna transacción de compra o renta, nunca se notificó a la junta de vecinos ni a la administración de la zona residencial.
La única salida que se le conoce a Maradona por ahora fue para tramitar la visa de trabajo y poder poder debutar en el banquillo de Dorados en su partido del próximo lunes.
Como ocurre en la mayoría de los países, ese trámite hay que hacerlo en una dependencia consular. Así que Maradona decidió volar en un jet privado hasta Tapachula, en el sur de México, y de allí cruzar la frontera a Guatemala.
De allí se dirigió al consulado mexicano en Tecún Umán donde completó los formularios correspondientes. Su paso por el puesto fronterizo de migraciones y la oficina diplomática fue registrada por la prensa local.
En unas horas, ya estaba de regreso en Culiacán, y en su refugio del séptimo piso del hotel Lucerna.
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FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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