Diego Domínguez, el piragüista que estará en los Juegos Olímpicos de París: “Le pedía a mi padre entre lágrimas que me desapuntara”

Diego Domínguez, tras conseguir la medalla de plata en Copa del Mundo de sprint Olímpico que se celebra en la ciudad húngara de Szeged (RFEP)
Diego Domínguez, tras conseguir la medalla de plata en Copa del Mundo de sprint Olímpico que se celebra en la ciudad húngara de Szeged (RFEP)

Diego Domínguez (Madrid, 21 años) atiende a Infobae España después de su entrenamiento de velocidad. Con 21 años representará a la selección española de piragüismo en los esperados Juegos Olímpicos de París. Su especialidad son las aguas tranquilas y, junto a su compañero Joan Antoni Moreno, competirán en la categoría C2 500.

Desde siempre, Diego fue un apasionado del fútbol, pero a los seis años su padre lo inscribió en piragüismo junto a su hermano, Noel Domínguez, también destacado en la disciplina a nivel internacional. “Le pedía, por favor, entre lágrimas, todos los años a mi padre que me desapuntara”, rememora Diego sobre sus primeros pasos en este deporte, en el que “lo normal no es empezar tan pequeño y todas las piraguas me quedaban grandes”. No fue hasta los “12 o 13 años cuando comencé a tomármelo más en serio”. Hasta los diez años, Diego entrenaba dos veces por semana, pero ahora su rutina incluye nueve sesiones de agua semanales, seis de gimnasio y seis de carrera, acumulando “unas cinco horas diarias”. Tras la Copa del Mundo, la intensidad disminuyó un poco, pero “ya estamos empezando a meter el ritmo de la competición”.

Nacido en Madrid, Diego se trasladó pronto a Galicia, al Centro de Tecnificación Deportiva, con el firme propósito de seguir mejorando. Permaneció allí hasta los 20 años, antes de mudarse en octubre de 2023 a Mallorca, donde reside actualmente. “En Madrid no se puede entrenar a un alto nivel, solo a nivel de club”, asegura contundente.

El sueño de ser olímpico

En 2021, obtuvo su primera medalla en el Campeonato del Mundo júnior. El año pasado, junto a Joan, se coronó campeón mundial sub-23. “Esta temporada fijé como objetivo los Juegos Olímpicos”, confiesa, admitiendo que “era una meta muy ambiciosa y difícil”. “Vimos que el barco tenía mucho potencial. En España, el C2 500 que había ido a los Juegos Olímpicos con Tano y Pablo gozaba del privilegio de haber clasificado el barco. No tenían plaza nominal, pero a nivel nacional, si no ganaban el selectivo, tenían otra oportunidad en la Copa del Mundo”, rememora el inicio de temporada que les llevó a la clasificación olímpica.

“A nivel de competencia, vencer a quienes habían sido terceros del mundo y clasificado la plaza te hacía pensar: ‘Cuidado, porque esta gente es top’. Pero yo confiaba en mis posibilidades. Si hay algo que me caracteriza es creer en mí mismo, así que lo intenté a tope y mira, ha salido bien”, dice, con una felicidad evidente en su rostro.

Ganaron el selectivo, viajaron a la Copa del Mundo en Hungría, lograron un segundo puesto -su primera medalla absoluta- y aseguraron la plaza olímpica, de la que ahora busca disfrutar. “Te sacas la mochila y piensas: ‘Me voy a tatuar los aros olímpicos, ya está’”, recuerda sobre el momento en que cruzó la línea de meta y supo que ya era olímpico. “Quiero disfrutar del proceso, que no se me pase de repente y me encuentre diciendo ‘se me han pasado los Juegos’. Quiero disfrutar día a día”, afirma, “aunque a veces es difícil porque entrenando a tope estás muy cansado”.

Diego Domínguez y Joan Antoni Moreno (RFEP)
Diego Domínguez y Joan Antoni Moreno (RFEP)

“El sueño de mi vida ya está cumplido, yo voy a ser olímpico”

En el último año, Diego Domínguez ha tenido que distanciarse de la universidad, de su hermano -que reside en Galicia- y de su familia. “Aunque estaban en Madrid, era más accesible que mi padre fuera a vernos a Galicia”, comenta. Ha volcado toda su atención en el piragüismo y en asegurar su plaza para los Juegos Olímpicos. En este arduo proceso, confiesa que lo más gratificante fue que “mi padre estuviera en Hungría y correr hacia él para darle un abrazo, hablar con mi hermano y mi familia. Compartirlo con toda la gente es lo que más se disfruta”, sin olvidar que “la satisfacción personal es enorme porque has cumplido tu objetivo”.

No obstante, Diego reconoce que creía que “iba a tener unas sensaciones distintas a las que realmente tuve luego en la Copa del Mundo”.“Me imaginé tantas veces consiguiendo la clasificación olímpica que en el momento en el que crucé la meta y vi que iba a ser olímpico, fue una alegría muy grande, pero a los cinco o diez minutos estás igual que cuando ganas otra cosa”, reflexiona, para añadir que “te lo imaginas tantas veces en tu cabeza que luego cuando pasa no lo disfrutas tanto”.

A menos de dos meses del inicio de los Juegos Olímpicos, Diego afirma que no siente la presión de que “nadie me fuerce con la medalla”. “Es más una presión mía porque soy excesivamente autoexigente”, admite, asegurando que “el sueño de mi vida ya está cumplido, yo voy a ser olímpico”.

Su hermano, un pilar fundamental

Su padre los inscribió simultáneamente en piragüismo. Noel, también internacional, compartió con Diego un notable primer año como senior en 2022. “Tuvimos la opción de subirnos juntos en el C2 y se nos dio superbién”. Ese año obtuvieron cuatro medallas internacionales, compitieron en el Campeonato del Mundo absoluto y alcanzaron el cuarto lugar: “Fue un año brutal”. Este año, Diego se emparejó con Joan Antoni, pero asegura que “la relación con mi hermano es superbuena. Estamos muy conectados, nos ayudamos mucho el uno al otro, es para mí un pilar muy muy grande”. Fue precisamente su hermano quien lo inspiró a decantarse por la canoa en lugar del kayak: “Mi hermano hacía canoa y yo quería ser como él”.

Aunque no tiene ningún ídolo en particular, si tuviera que elegir a alguien, piensa en David Cal. “Tiene cinco medallas olímpicas, es el más grande de la historia española. Ojalá llegar a algo similar. Fue a tres Juegos Olímpicos y su primera regata fue un oro olímpico, recemos”, comenta entre risas.

El éxito en las redes sociales

Estudia Publicidad y Relaciones Públicas. Está en tercer año de carrera, y aunque hasta ahora “iba todo limpio” a curso por año, “este cuatrimestre se me ha complicado un poquillo”. Más allá de los estudios y del piragüismo, trata de buscarse “la vida por otros caminos”: “Estoy montando una empresa de una agencia de creación de contenidos para redes sociales”. Y es que, esto último no se le da nada mal.

“He subido no sé si 4.000 o 5.000 seguidores en una semana en TikTok”, revela. Intenta “darle mucha caña” a las redes para atraer patrocinios, pero todo comenzó cuando “nos llegó el barco nuevo con el que vamos a competir, monté un vídeo superguay, lo subí y lo reventó”. Esta explosión coincidió con la viralización de la selección española de rugby, y se dijo: “Hay que aprovechar el tirón”. Publicó un vídeo con la equipación para los Juegos titulado ‘El community manager de rugby es muy bueno, pero piragüismo lleva la mejor ropa para los Juegos’. Desde ese momento, varios vídeos se viralizaron “y ahora como que soy tendencia”.


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