El actor Diego Capusotto protagoniza, en el Teatro Nacional Cervantes, una obra muy esperada por la densidad del texto y por la expectativa que generó la puesta. Se trata de Tadeys, una novela del siempre revulsivo Osvaldo Lamborghini que se editó varios años después de su fallecimiento, y la versión es una realización de Albertina Carri y Analía Couceyro, quienes además están a cargo de la dirección del espectáculo. Si bien Capusotto es ya legendario por el rol de sus participaciones en Todo por dos pesos o en Peter Capusotto y sus videos, el proyecto realizado en la Televisión Pública con Pedro Saborido, su incursión en el escenario del Cervantes con una obra que habla de manera rupturista sobre el poder (transcurre en un barco en el que adolescentes que cometen delitos son “amujerados”, en un tratamiento perverso que no excluye la tortura y un planteo que podría ser denominado como demencial) le supone un desafío.

Sobre Tadeys, esta incursión, Racing y la política, Capusotto conversó con Infobae Cultura.
–Usted es un actor peronista. Lamborghini es un autor peronista cuya obra es una gran reflexión sobre el poder. Actuar en su obra, ¿lo llevó a pensar alguna cuestión en particular sobre el asunto?
–Esta obra habla sobre el poder en sí, más allá de que Lamborghini sea un escritor peronista porque no sé si la obra habla sobre el poder relacionado con el peronismo, que sí lo hubo. Creo que habla del poder en términos casi legendarios, en la obturación de los deseos, de la mirada inquisidora, de dividir a las masas para que no se junten y descalabren un plan contra el poder. Creo también que su mente afiebrada le dispara un montón de imágenes que no sé si son tan claras para él, sobre lo que se está diciendo.

–¿Anticipa la discusión sobre el control de las sexualidades y sobre el feminismo?
–Anticipa y hace anclaje sobre la discusión de hoy acerca de lo femenino. Estos adolescentes violentos son amujerados, llevados hacia este barco para convertirse en damas de compañía. Esta idea de lo femenino servicial. También uno de los personajes se pregunta sobre si el Estado es hombre o mujer y la respuesta es “hambre para todos”. La obra también hace anclaje no sólo en términos de derechos y en términos de lo femenino, sino también en términos de lo que ciertas políticas arrastran, que es “mal para todos”, donde probablemente la mujer se lleve la peor parte, pero donde también cae la mitad de la gente que hoy no está en vistas de ninguna protección que es hoy, para mí, un tema central.

–Usted proviene del under. Tadeys, con su contenido revulsivo, ¿lo regresa de cierta manera a esos ámbitos?
–Acerca de a qué lugares expresivos del teatro lleva, yo creo que me lleva a un lugar a invadir, si cabe la palabra. Hacía mucho que no hacía teatro de autor, la última vez fue en 1990 que hice Decir sí, de Griselda Gambaro. Después hicimos teatro con Pedro Saborido, Néstor Montalbán, Fabio Alberti en un lenguaje más conocido que, de alguna manera, trasladaba lo que hacíamos en televisión. Tenía ganas de hacer teatro en la medida que pudiera. Este año como no estoy haciendo el programa con Pedro tenía tiempo para hacerlo. Este, además, es un ciclo que dura dos meses y medio, con dos meses de ensayo previo y la convocatoria de Analía Couceyro y Albertina Carri. Entonces se juntan el respeto por quienes me convocan, pero también mi lugar ahí y de volverme a encontrar otra vez con la actuación más que con algún tipo específico de teatro. Inclusive tampoco la idea de que es el Teatro Nacional Cervantes porque no estaba en mis planes algún teatro en especial sino cualquiera donde se pudiera hacer. Tampoco estaba tan ansioso. Nos pasa todos los años que hacemos el programa con Pedro de estar grabando o en período de pensar las cosas y como hace dos años no hacemos el programa estuve involucrado en dos proyectos cinematográficos y este año apareció la propuesta para el teatro.
–En general el Cervantes o los teatros nacionales no estaban abiertos a experimentar con obras de esta naturaleza. ¿Le supuso algún desafío actoral?
–Siempre son desafíos porque uno es actor en la medida en que actúa. No estoy sentado en mi casa y digo: “Hola, soy actor”. En la medida que pongo el cuerpo en acción empiezo a encontrarme con el propio oficio. Estar con un grupo pensando, haciendo prueba y error y estos procesos que uno atraviesa con una obra cuando al principio está en la nada y después todo empieza a tomar cuerpo y después la obra está adentro de uno; esos procesos hacía rato que no los tenía. Los tuve cuando hicimos lo de Todo por dos pesos, pero con personajes que veníamos haciendo en televisión, pero con un lenguaje que uno tiene más incorporado, más cómplice.

–¿Cree que representar la puesta de una obra como Tadeys, tan difícil y polémica, lo pone en un lugar de responsabilidad?
–Es una responsabilidad, claro, pero es una responsabilidad colectiva aunque me toque más a mí que al resto. No hay manera de que el proceso salga sin un circuito cerrado de información donde el afuera empieza a existir una vez que la obra se estrena. Eso no me genera controversia sino todo lo contrario.
–¿Cómo valora el trabajo rupturista de Couceyro y Carri?
–Algunas veces me convocaron para obras que no tenían puntos de encuentro con esto, algunas no las pude hacer porque no me veía ahí aunque generalmente era porque estaba comprometido con el trabajo con Pedro. Creo que todo se conecta: la propuesta, quién te la hace y una empatía estética que tenemos con Albertina y Analía. A mí me mandó un mail Analía, a quien había visto trabajar en El corte, que era un trabajo colectivo con el grupo de Ricardo Bartís en el año 96. Luego vi varios trabajos de ella como actriz y siempre le tuve respeto enorme. Después el ex marido de ella, que es sonidista y músico, estuvo trabajando con nosotros en Peter Capusotto y sus videos. Ella me había llamado para una propuesta hace seis o siete años que no podía hacer porque estaba con el programa y siempre estaba el deseo de encontrarnos ambos en algún proyecto como compañeros de actuación o ella dirigiendo y yo actuando y fue lo que pasó. Y que pase con Lamborghini y esta obra es un lindo relampagueo.

–¿Qué significa para usted Tadeys, una obra que fue editada de manera reciente?
–Es un pensar afiebrado, con el que puedo tener puntos de contacto o no, pero hay una densidad en su escritura que es muy respetable y es ahí que uno se mete con un amigo peligroso. Es muy respetable para mí.
–Cambiando de tema, Racing salió campeón, ¿se encuentra feliz?
–Que haya salido campeón me da más ímpetu para esta obra y me pongo contento como cualquiera que sale campeón. Ahora, creo que hace cuatro años Racing cambió en relación a lo que venía siendo y eso me pone más contento porque no es casual que en cuatro años salga dos veces campeón. Hace mucho que no se daba.
Si estamos manejados por el Fondo Monetario ya está, chicos, no hay mucho para decir
–También se recuerda que Racing fue campeón en 2001 en medio de la crisis. Estamos en una situación política muy tensa. ¿Qué opinión tiene?
–¿Sobre si Racing sale campeón y cae Macri? No, aparentemente no, es una pena. Es una situación de obscenidad y depredación como hace mucho que no veía, con un Estado de ficción que les ha salido muy bien como medio de comunicación y para algunos sectores que tiene un antiperonismo vitalicio. Pero también para quienes votaron por un cambio para que sea para mejor, cuando a todas vistas es para peor. Si estamos manejados por el Fondo Monetario ya está, chicos, no hay mucho para decir. Hay muchos matices, sí, pero no soy politólogo, sólo digo el estado de las cosas.

–¿Tiene algo que ver con esto que no esté en la Televisión Pública?
–No, elegimos con Saborido estar en Turner. Hay algo ideológico ya que yo estoy tan cerca de este gobierno como del fisicoculturismo, pero estábamos en Turner y, que yo sepa, tampoco Turner es el rey del socialismo. Tenía que ver con la decisión de hacer el programa en media hora y no una hora. No sé si les interesa que hagamos el programa o no, evidentemente les debe interesar otra cosa, no si estamos nosotros en el medio o no. De hecho ahora el programa está en el canal 9, se repite y circula por internet. El problema para este muchacho es si los negocios le cierran, no si estamos nosotros o no. Plata nunca perdieron, plata van a seguir haciendo, y este es un país que nunca ve preso a nadie, bueno, sí, van presos algunos, pero otros no…
–Los chicos de veinte años continúan siguiendo a Peter Capusotto y a sus personajes en general.
–El programa trascendió y yo estoy de alguna manera ahí, con una banda de gente en la que yo participo, y tiene una matriz con Pedro y conmigo. Me parece que es producto de algo que está hecho con mucho amor de parte nuestra y que después es el resultado final de un recorrido con un montón de gente que empatiza y que tiene a la música y su lista que los hace felices. A mí me pasa con la música y me pasa con actores o actrices. El programa es impensable sin el imaginario de que el cuerpo lo pongo yo y lo hago yo, pero ahí hay un trabajo con Pedro, que empezó juntos y terminará juntos.
SEGUÍ LEYENDO
15 actividades culturales recomendadas para chicos y grandes para disfrutar en Semana Santa
Diego Capusotto: “El humor es el mejor medio para negociar con la realidad”
FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
Sé el primero en comentar en"Diego Capusotto: “Estoy tan cerca de este gobierno como del fisicoculturismo”"