La Policía Federal detuvo este miércoles a un sospechoso vinculado al crimen de Johana Ramallo, la joven que desapareció a fines de julio de 2017 y cuyo cadáver mutilado fue hallado en las costas de Berisso en agosto de 2018. El detenido fue acusado por el juez federal de La Plata, Alejo Ramos Padilla, por los delitos de trata de personas y narcotráfico. Fuente del caso confirmaron Infobae que el acusado no está imputado por el crimen.
Se trata de Carlos Omar Rodríguez, alias “El Cabezón”, quien será indagado en las próximas horas por el juez Ramos Padilla. Según indicaron fuentes judiciales a Infobae, Rodríguez regenteaba la zona donde Ramallo se prostituía en el momento en que fue hallada asesinada.
Si bien “El Cabezón” no se encuentra imputado por el crimen, según confirmaron fuentes del caso a Infobae, los investigadores explicaron que Rodríguez tenía una “fuerte relación” con la mujer asesinada.
El sospechoso ejercía un rol jerárquico en la organización criminal de la que Johana dependía y “El Cabezón” era quien mantenía el vínculo con todas las mujeres que se prostituían para esta banda delictiva.
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La detención de “El Cabezón” fue llevada a cabo por el Personal del Departamento Trata de Personas de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la PFA, quienes esta mañana realizaron un allanamiento en un domicilio de un familiar del imputado.
Según la investigación contra Rodríguez, el hombre en el momento del crimen de Ramallo estaba a cargo de la “zona roja” en el barrio El Mondongo, en La Plata, donde Johana trabaja. El lugar, de acuerdo a la acusación en su contra, abarca desde las avenidas 1 hasta la 60 y entre la 122 y 72. Atraviesa La Plata, Berisso y Ensenada.
Allí, “El Cabezón” era el encargado de la distribución de la droga que la organización criminal vendía a través de las mujeres que ofrecían sus servicios sexuales. También la utilización, principalmente de cocaína, era usada por la banda para generarles una dependencia a las mujeres y así poder controlarlas psicológicamente.
Es decir, que el rol de Rodríguez era clave para el control y organización de la banda. Si bien “El Cabezón” no era el único que ejercía esa labor, los detectives le asignan una preponderancia. El hombre, además de distribuir la droga, ofrecía protección a las mujeres. Por eso, se sospecha, que había mantenido un “fuerte vínculo con Johana” y el resto de las mujeres que allí trabajaban.
Incluso, de acuerdo a la investigación, “El Cabezón·” tenía conocimientos de todas las “paradas” dentro de la “zona roja”: hoteles y los lugares donde estaban la mayoría de los clientes, las cuales poseían serios problemas de adicción. El escenario donde Rodríguez se movía para aprovecharse de las situaciones, era de una bajeza total.
Luego de la desaparición de Johana, 26 de julio de 2017, “El Cabezón” se alejó de la zona y bajó su perfil. Sin embargo, una vez que el juez Ramos Padilla tomó la causa, comenzó a llamar a declarar a testigos, a ex compañeras de Johana y así llegó hasta la figura de Rodríguez.
Personal de la división de Trata de Personas de la PFA le siguió el rastro y descubrió que Rodríguez dormía en una vieja pensión en La Plata y visitaba a un familiar en esa zona. “El Cabezón” circulaba con Fiat Cronos. Así, fue seguido por los detectives y finalmente hoy fue capturado tras la orden de arresto de Ramos Padilla.
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