Túnez, 6 sep (EFE).- Las autoridades tunecinas detuvieron anoche a dos altos dirigentes del partido islamista Ennahda, el actual presidente interino, Mondher Lounissi, y el presidente del consejo de la Shura- organo de direccion- Abdelkarim Harouni, por motivos que todavía se desconocen, informó el miembro de la formación política, Riadh Chaibi.
Lounissi encabeza el partido desde abril después de que su histórico presidente, Rached Ghannouchi, fuera condenado a sus 82 años a doce meses de prisión por “apología del terrorismo”.
Harouni, que ocupó la cartera de Transportes entre 2011 y 2014, fue puesto bajo arresto domiciliario el pasado domingo por un periodo de 40 días por orden del Ministerio del Interior.
Por otro lado, el miembro del partido y exprimer ministro, Hamadi Jebali, detenido también el martes, fue liberado horas después de haber sido interrogado sobre las nominaciones y contrataciones de personal durante su mandato en el Gobierno de la troika, explicó el abogado del comité de defensa, Samir Dilou.
En junio de 2022 Jebali fue detenido durante varios meses por orden de la Fiscalía como sospechoso de blanqueo de dinero y en el marco de una investigación sobre una red que enviaba jóvenes yihadistas a zonas de conflicto tras la caída en 2011 del régimen del dictador Zin El Abidin Ben Ali. En el mismo caso se encuentra también el ex primer ministro y vicepresidente del partido, Ali Laarayedh, actualmente en prisión preventiva.
Tras la caída de la dictadura, miles de tunecinos se unieron a grupos yihadistas en Irak, Siria y la vecina Libia; convirtiéndose en el primer “exportador” del mundo con cerca de 5.000 combatientes, según un estudio de Naciones Unidas. Los críticos de Ennahda le acusan de haber facilitado e incluso alentado su salida, lo que el movimiento niega categóricamente.
Estas detenciones coinciden con la reunión de la directiva del pasado domingo- pese a su prohibición por orden judicial y tras el cierre de todas sus sedes en el país- para abordar el próximo congreso nacional, anunciado para finales de octubre y que ha sido pospuesto en varias ocasiones desde 2019. Su celebración ha dividido a los militantes ya que algunos consideran que no puede llevarse a cabo mientras sus principales líderes se encuentran en prisión.
Ennahda es la principal formación política de la última década y la más votada del Parlamento clausurado en julio de 2021 por el presidente, Kais Saied, tras arrogarse plenos poderes “para preservar la paz social”.
Desde inicios de año la Justicia antiterrorista ha ordenado prisión provisional contra una treintena de figuras políticas, jueces y empresarios acusados de “complot contra la seguridad del Estado”. La disidencia acusa a Said de persecución judicial para paralizar las negociaciones que se llevaban a cabo con el fin de organizarse de cara a las próximas elecciones presidenciales de 2024, todavía en el aire. EFE
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