Tokio, 7 ene (EFE).- El diputado de la Cámara Baja del Parlamento nipón y ex viceministro de Educación Yoshitaka Ikeda fue detenido este domingo por su presunta implicación en el escándalo de cobros irregulares que ha generado una crisis de Gobierno del primer ministro Fumio Kishida.
La fiscalía sospecha que Ikeda habría recibido un total de 48,26 millones de yenes (unos 308.000 euros) sin declarar a lo largo de cinco años, provenientes de eventos de recaudación de fondos de la facción a la que pertenece del gobernante Partido Liberal Democrático (PLD).
Ikeda formaba parte de Seiwaken, la principal subagrupación dentro del PLD y que estuvo liderada en su día por el exmandatario nipón Shinzo Abe.
Esta facción es una de las varias del PLD que está siendo investigada por la fiscalía nipona. El caso llevó al primer ministro nipón el mes pasado a forzar la salida de todos los miembros de su Gabinete que formaban parte de la subagrupación salpicada por el escándalo.
Ikeda, de 57 años, ejerció como viceministro de Educación entre octubre de 2021 y agosto de 2022, y ha sido detenido por considerar la fiscalía que había riesgo de que destruyera pruebas del caso.
Junto a él ha sido arrestado su secretario político, Kazuhiro Kakinuma, quien estaba a cargo de declarar los ingresos y gastos del diputado.
La fiscalía investiga cobros en negro de hasta 500 millones de yenes (unos 3,1 millones de euros) repartidos por la citada facción entre 2018 y 2022 entre diversos políticos integrantes.
Se cree que la mayoría de su aproximadamente un centenar de miembros habrían recibido cobros sin declarar, aunque Ikeda, el primer parlamentario del PLD en ser detenido por este caso, se habría embolsado una cantidad significativamente mayor que el resto, según los detalles del caso recogidos por medios locales.
La fiscalía continúa investigando la implicación de altos cargos del PLD tanto integrantes de Seiwaken como de otras facciones, entre los cuales muchos han prestado declaración de forma voluntaria.
El escándalo ha supuesto un nuevo varapalo para la popularidad de Kishida, cuya tasa de aprobación ciudadana se ha hundido por debajo del 20 % en las últimas semanas, según las encuestas más recientes, y a quien los analistas auguran poco futuro como primer ministro.
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