Juan Manuel Ducler, hijo del financista fallecido Aldo Ducler, y sus abogados, Alejandro Sánchez Kalbermatten y Pablo Brugo, fueron detenidos (y liberados en tiempo récord) luego de extorsionar al empresario Sebastián Eskenazi. El chantaje se comprobó en medio de un importante operativo que incluyó “una entrega controlada” de dinero, cámaras ocultas y grabaciones de audios.
El procedimiento fue solicitado por la fiscal Cinthia Oberlander, cuyo dictamen solicitando la indagatoria de los sospechosos incluye detalles secretos sobre la “negociación” que intentó montar Ducler con el titular del Grupo Petersen. La declaración de los acusados fue postergada por el juez Rodolfo Cresseri para después de la feria judicial.
La primera reunión:
El 3 de noviembre, Pablo Brugo, ex cuñado de Sebastián Eskenazi, solicitó un encuentro. Con la creencia de que se trataba de una reunión para debatir cuestiones familiares, el empresario convocó al abogado a las 11, en su oficina. “Hola Sebas, mirá que esto es importante“, había advertido Brugo antes del cara a cara.
El encuentro se realizó el 8 de noviembre en Cerrito 740. Brugo indicó que acudía en nombre de Juan Manuel Ducler y de su abogado, Sánchez Kabelmatter. Y confesó que “estaban en la búsqueda de dinero con la intención de que Ducler hijo no siguiera declarando mediática y judicialmente contra la familia Eskenazi y el Grupo Petersen“.
Sorprendido por el tenor del encuentro, Sebastián Eskenazi le recomendó a Brugo que continuara el tema con el director de legales de la compañía, Mauro Dacomo.
Interín entre la primera y la segunda reunión:
Matías Eskenazi, Ezequiel Eskenazi y Mauro Dacomo se reunieron en privado y decidieron continuar “negociando” la propuesta que había realizado Brugo con la finalidad de entender qué es lo que estaba sucediendo. Arbitraron los medios necesarios para grabar un segundo encuentro y registrar el material como posibles medios de prueba.
En ese lapso, también hubo un nuevo intercambio de mensajes entre Eskenazi y Brugo, donde este último advertía: “Sebas, sin ganas de molestarte, te cuento que mañana está invitado a la mesa de Mirtha Legrand las dos personas que te comenté el otro día“.
La segunda reunión:
El 21 de noviembre, Brugo, Kabelmatten y Dacomo se reunieron nuevamente en las oficinas ubicadas en la calle Cerrito. En ese cónclave, los imputados solicitaron “20 palos” para “no filtrar información confidencial” que sería dañina para el “Grupo Petersen”. Expresaron los abogados que dicha documentación estaba en poder de Aldo Ducler (ex administrador de los fondos de la provincia de Santa Cruz) y ante su deceso quedaron en posesión de su hijo, Juan Manuel.
En la filmación de ese encuentro quedaron registrados diálogos que prueban los hechos denunciados. Por ejemplo, se escucha a Brugo diciendo: “Todo el mundo quiere agarrar a Juan Manuel para que largue la información, según lo que me comentaron, la orden es destrozar a los Eskenazi; cuando a mí me contaron esto, pedí que paren la mano y vinimos a verte“.
En otro momento de la conversación, Sánchez Kalbermatten amenaza: “Mirá que la SEC está interesada, el FBI también. Si no tenemos garantías, podemos replicar la misma causa allá“. La advertencia alude a las autoridades de la Bolsa de los Estados Unidos, a la agencia de inteligencia y a la posibilidad de que se inicie un expediente judicial que pudiera complicar los negocios internacional del grupo empresario argentino.
Tercera reunión:
El 5 de diciembre, nuevamente en Cerrito 740, piso 11, se reúnen Brugo, Sánchez Kabelmatter, Juan Manuel Ducler, Mauro Dacomo y Leonardo López. El encuentro fue grabado y certificado por el escribano público Mariano Donovan.
En esa conversación se insistió en la repercusión que podía tener la divulgación de la información que tenían y se hizo alusión a la necesidad de que mostraran una “luz” o “una reserva” como un gesto de buena voluntad. También llevaron un supuesto resumen de los documentos a los que hacían referencia y que podrían ser dañinos para la imagen del Grupo Petersen.
En ese encuentro, los imputados insistieron una vez más en la “presión” que tenían desde distintos sectores políticos para difundir la información.
En el registro de ese cónclave se escucha por ejemplo a Dacomo decir: “Si ustedes no llegan a un acuerdo con nosotros, probablemente divulguemos la información“.
Y Ducler agrega: “Tengo presiones varias, muchos me están pidiendo información; tengo la presión de Carrió, tengo la presión del Ministerio de Justicia que quiere que sea testigo protegido, tengo la presión del FBI de los Estados Unidos y también me están ofreciendo hacer libros con esta historia“.
El último contacto antes del operativo de ayer entre Brugo y Sebastián Eskenazi fue el 12 de diciembre. Los imputados reclamaban una compensación y se quejaban por la falta de respuestas.
El resto de la historia se sucedió esta semana. La Justicia organizó un operativo que terminó comprobando el chantaje y permitió la detención de los supuestos extorsionadores.
FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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