Una compleja realidad se registra en la ciudad de Iquique, ubicada 1.700 kilómetros al norte de Santiago, donde decenas de familias, en su mayoría de nacionalidad venezolana, fueron desalojadas este miércoles desde un campamento montado en una de las playas de la zona en lo que amenaza con convertirse en una grave crisis humanitaria.
No contaban con ningún resguardo sanitario, sin baño y sin un destino claro. Llegaron a Chile a través de distintos pasos, muchos de ellos irregulares, caminando desde Perú y Bolivia. Se trata de cientos de ciudadanos venezolanos que en busca de una oportunidad de vida llegaron a Iquique, lugar que ocupan para pedir ayuda y tomar decisiones sobre su siguiente destino.
La región de Tarapacá, donde se encuentra esta ciudad costera, lleva meses recibiendo diariamente a inmigrantes que pasan ilegalmente a suelo chileno. Todo esto en medio de la crisis sanitaria que tiene a esta localidad con falta de camas críticas debido al fuerte impacto del COVID-19. A lo anterior se suma que, por estos días, el clima de esta zona es frio y lluvioso en la zona altiplánica, precisamente por donde transitan los venezolanos para llegar a Chile.
La situación más compleja se vivió este miércoles, momento en el que un grupo de familias, la mayoría de ellas venezolanas, que se encontraba acampando en una de las principales playas de esta ciudad, fueron desalojadas por personal de la Armada de Chile y la Policía de Investigaciones PDI.
Mediante un comunicado la policía civil chilena justificó la acción. “El Departamento de Migraciones y Policía Internacional Iquique fiscalizó a 62 ciudadanos extranjeros (quienes se encontraban con 11 menores de edad); en el borde costero de Iquique”, señaló el documento. Además, el informe agrega que “de los consultados, 59 eran de nacionalidad venezolana; dos de nacionalidad colombiana y uno de nacionalidad peruana, donde 31 de ellos ya se encuentran denunciados a la autoridad administrativa por Infracción al artículo 69 de la Ley de Extranjería”.
“La forma que ellos tuvieron de estar en el borde costero, no nos parece. Cuando uno llega a un país, tiene que respetar las normas de convivencia, y yo creo que ellos no la respetaron”, dijo el intendente de Tarapacá, Miguel Ángel Quezada.
Sin embargo, los establecimientos de albergue en esta ciudad, como en muchas otras del norte de Chile, ya no dan abasto debido, principalmente, a que muchos lugares que generalmente se utilizan para estos fines ahora están dispuestos como residencias sanitarias. Además, el número de inmigrantes que ha llegado a esta zona se calcula por los cientos, cada día. Según información de la misma intendencia regional de Tarapacá, hasta noviembre de 2020, se contaron más de 4 mil inmigrantes que cruzaron la frontera en sólo 3 meses.
Iquique, en particular, recibe diariamente a cientos venezolanos que ingresan ilegalmente por la frontera de Colchane ubicada a 237 kilómetros hacia el interior. Llegan buscando mejores expectativas de vida y huyendo del régimen de Nicolás Maduro. Buscan mejores perspectivas de trabajo y, la mayoría de ellos, ya probó suerte en Perú, Ecuador y Colombia.
Quienes llegan a Chile caminan por más de 12 horas desde las ciudades más próximas de Bolivia y se dirigen a pasos no habilitados o al centro fronterizo ubicado de Colchane. El viaje a pie es hostil al punto que, incluso, varios se quedan en el camino.
El pasado mes de Noviembre una mujer venezolana de 45 años murió mientras intentaba cruzar la frontera. De acuerdo a los antecedentes del caso, la víctima venía junto a su hermana y sobrinos, pero al llegar al límite entre Bolivia y Chile se habría empezado a sentir mal, desvaneciéndose en la zona. Fue trasladada hasta la Comisaría chilena de Colchane, pero no resistió y falleció.
Instalados en Chile, la mayoría dice tener contactos que los ayudarían a conseguir trabajo, pero es parte del discurso que les advierten que deben señalar al llegar a Chile. Con el paso de los días la realidad es que permanecen desocupados, debido a la compleja situación económica y laboral que se registra en el país andino.
El intendente de la región de Tarapacá, una de las que registra el mayor número de ingreso de ciudadanos venezolanos, explicó que “que por el momento estamos trabajando con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y otras ONG para darles alguna forma de albergue, donde puedan tener baños y residir mientras solucionan su problema”, anunció.
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FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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