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La demencia es un término que se utiliza para describir un grupo de síntomas que afectan la memoria, el pensamiento y las habilidades sociales y que son lo suficientemente graves como para interferir en tu vida diaria. No se trata de una enfermedad específica, pero hay varias enfermedades que pueden provocar demencia.
Aunque la demencia generalmente implica pérdida de la memoria, hay varias causas de la pérdida de memoria. El hecho de padecer pérdida de memoria no significa que tengas demencia, aunque a menudo es uno de los primeros signos de la afección.
La enfermedad de Alzheimer es la causa más común de demencia progresiva en adultos mayores, pero también existen otras causas de demencia. Según la causa, algunos síntomas de demencia pueden ser reversibles.
Síntomas
Los síntomas de la demencia varían según la causa, pero los signos y síntomas frecuentes son los siguientes:
Cambios cognitivos
Pérdida de la memoria, que generalmente es notada por otra persona
Dificultad para comunicarse o encontrar palabras
Dificultad con las habilidades visuales y espaciales, como perderse mientras se conduce
Dificultad para razonar o para resolver problemas
Dificultad para manejar tareas complejas
Dificultad para planificar y organizar
Dificultad con la coordinación y las funciones motoras
Confusión y desorientación
Cambios psicológicos
Cambios en la personalidad
Depresión
ansiedad
Comportamiento inapropiado
Paranoia
Agitación
Alucinaciones
Cuándo consultar al médico
Consulta a un médico si tú o un ser amado tiene problemas de memoria y otros síntomas de demencia. Algunas afecciones médicas tratables pueden causar síntomas de demencia, por lo que es importante determinar la causa.

Factores de riesgo
Muchos factores pueden eventualmente contribuir a la demencia. Algunos factores, como la edad, no se pueden cambiar. Otros pueden tratarse para reducir el riesgo.
Factores de riesgo que no se pueden cambiar
La edad. El riesgo aumenta a medida que envejeces, especialmente después de los 65 años. Sin embargo, la demencia no es una parte normal del envejecimiento y puede ocurrir en personas más jóvenes.
Antecedentes familiares. Tener antecedentes familiares de demencia te pone en mayor riesgo de presentar la afección. Sin embargo, muchas personas con antecedentes familiares nunca presentan síntomas y muchas personas sin antecedentes familiares sí lo hacen, pero hay exámenes para determinar si tienes ciertas mutaciones genéticas.
Síndrome de Down. Hacia la mediana edad, muchas personas con síndrome de Down presentan la enfermedad de Alzheimer de inicio temprano.
Factores de riesgo que puedes cambiar
Es posible que puedas controlar los siguientes factores de riesgo para la demencia.
Dieta y ejercicio. Las investigaciones demuestran que la falta de ejercicio aumenta el riesgo de demencia. Y aunque no existe una dieta específica que reduzca el riesgo de demencia, las investigaciones indican una mayor incidencia de demencia en las personas que tienen una dieta poco saludable en comparación con las que siguen una dieta de estilo mediterráneo con alto contenido de frutas y verduras, granos enteros, frutos secos y semillas.
Consumo excesivo de alcohol. Se sabe desde hace tiempo que el consumo de grandes cantidades de alcohol provoca cambios en el cerebro. En varios estudios y revisiones de gran envergadura se determinó que los trastornos del consumo de alcohol estaban vinculados a un mayor riesgo de demencia, en particular a la demencia de aparición temprana.
Factores de riesgo cardiovascular. Estos incluyen presión arterial alta (hipertensión), colesterol alto, acumulación de grasas en las paredes arteriales (ateroesclerosis) y obesidad.
Depresión. Aunque todavía no se entiende bien, la depresión en la tercera edad podría indicar el desarrollo de demencia.
Diabetes. Tener diabetes puede aumentar el riesgo de demencia, especialmente si está mal controlada.
Tabaquismo. Fumar podría aumentar el riesgo de desarrollar demencia y enfermedades de los vasos sanguíneos.
Contaminación del aire. Según los estudios hechos en animales, las partículas de la contaminación del aire pueden acelerar la degeneración del sistema nervioso. Y, según los estudios en humanos, la exposición a la contaminación del aire, particularmente por los gases de escape del tráfico y la quema de madera, se asocia con un mayor riesgo de demencia.
Traumatismo craneal. Las personas que han sufrido un traumatismo craneal grave corren más riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Varios estudios de gran envergadura hallaron que en personas de 50 años o más que tuvieron una lesión cerebral traumática, el riesgo de padecer demencia o enfermedad de Alzheimer es mayor. El riesgo aumenta en personas con lesiones cerebrales traumáticas múltiples y de mayor gravedad. Algunos estudios indican que el riesgo puede ser mayor dentro de los primeros seis meses a dos años después de la lesión cerebral traumática.
Alteraciones del sueño. Las personas que padecen apnea del sueño y otras alteraciones del sueño podrían tener un mayor riesgo de desarrollar demencia.
Deficiencias vitamínicas y nutricionales. Los niveles bajos de vitamina D, vitamina B-6, vitamina B-12 y folato pueden aumentar el riesgo de demencia.
Algunos medicamentos pueden empeorar la memoria. Intenta evitar los productos de venta libre que ayudan a dormir que contengan difenhidramina (Advil PM, Aleve PM) y los medicamentos usados para tratar las urgencias urinarias como oxibutinina (Ditropan XL).Limita también los sedantes y las pastillas para dormir y habla con tu médico para ver si alguno de los medicamentos que tomes puede empeorar tu memoria.

Diagnóstico
Diagnosticar la demencia y su tipo puede ser difícil. Para diagnosticar la causa de la demencia, el médico debe reconocer el patrón de pérdida de habilidades y funciones y determinar qué es lo que una persona todavía es capaz de hacer. Recientemente, se cuenta con biomarcadores para hacer un diagnóstico más preciso de la enfermedad de Alzheimer.
El médico revisará tus antecedentes médicos y síntomas y llevará a cabo un examen físico. Es probable que este también le pregunte a alguien cercano a ti acerca de tus síntomas.
Ninguna prueba puede diagnosticar la demencia por sí sola, por lo que es probable que los médicos realicen una serie de pruebas que puedan ayudar a identificar el problema.
Pruebas cognitivas y neuropsicológicas
Los médicos evaluarán tu capacidad de pensamiento. Una serie de pruebas miden las habilidades del pensamiento, como la memoria, la orientación, el razonamiento y el juicio, las habilidades del lenguaje y la atención.
Evaluación neurológica
Los médicos evalúan su memoria, habla, percepción visual, atención, resolución de problemas, movimiento, sentidos, equilibrio, reflejos y otras áreas.
Exploraciones del cerebro
Tomografía computarizada o resonancia magnética. Estas exploraciones pueden verificar si hay evidencia de accidente cerebrovascular, sangrado, tumor o hidrocefalia
Tomografía por emisión de positrones. Estos estudios pueden mostrar patrones de actividad cerebral y si la proteína amiloide o tau, marcas características de la enfermedad de Alzheimer, se han depositado en el cerebro
Análisis de laboratorio
Algunos análisis de sangre permiten detectar problemas físicos que pueden afectar la función cerebral, como la deficiencia de vitamina B-12 o la hipoactividad de una glándula tiroidea. En ciertas ocasiones, se examina el líquido cefalorraquídeo para detectar signos de infección o inflamación, o marcadores de alguna enfermedad degenerativa.
Evaluación psiquiátrica
Un profesional de salud mental puede determinar si la depresión u otra afección de salud mental contribuye a los síntomas.
Tratamiento
La mayoría de los tipos de demencia no tienen cura, pero hay formas de controlar los síntomas.
Medicamentos
Los siguientes medicamentos se usan para lograr una mejora temporal de los síntomas de la demencia.
Inhibidores de la colinesterasa. Estos medicamentos, como el donepezilo (Aricept), la rivastigmina (Exelon) y la galantamina (Razadyne), actúan aumentando los niveles de un neurotrasmisor que participa en la memoria y el sentido de la realidad Aunque se usan principalmente para tratar la enfermedad de Alzheimer, estos medicamentos también se podrían recetar para tratar otros tipos de demencia, como la demencia vascular, la demencia por la enfermedad de Parkinson y la demencia con cuerpos de Lewy Algunos de los efectos secundarios pueden ser náuseas, vómitos y diarrea Otros posibles efectos secundarios son la disminución de la frecuencia cardíaca, desmayos y alteraciones del sueño
Memantina. La memantina (Namenda) actúa regulando la actividad del glutamato, otro neurotrasmisor que participa en las funciones cerebrales, como el aprendizaje y la memoria En algunos casos, se receta con un inhibidor de la colinesterasa Los mareos son un efecto secundario común de la memantina
Otros medicamentos. El médico podría recetarte medicamentos para tratar otros síntomas o afecciones, como depresión, alteraciones del sueño, alucinaciones, parkinsonismo o agitación
En 2021, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó el uso de aducanumab (Aduhelm) para el tratamiento de algunos casos de la enfermedad de Alzheimer. Este medicamento se estudió en personas que tenían la enfermedad de Alzheimer en fase inicial, incluidas las personas con deterioro cognitivo leve debido a la enfermedad de Alzheimer.
El medicamento se aprobó en los Estados Unidos porque elimina las placas amiloides del cerebro. Sin embargo, su uso no se ha generalizado porque los resultados de los estudios sobre su eficacia para hacer más lento el deterioro cognitivo son variados y la cobertura es limitada.
El lecanemab, otro medicamento para la enfermedad de Alzheimer, ha demostrado ser prometedor en personas con una forma leve de la enfermedad y con deterioro cognitivo leve debido a esta. Podría estar disponible en 2023.
En un ensayo clínico de fase 3 se comprobó que el medicamento hacía un 27 % más lento el deterioro cognitivo en personas con enfermedad de Alzheimer en fase inicial. El lecanemab actúa impidiendo que las placas amiloides del cerebro se aglutinen. Este estudio es el mayor realizado hasta ahora para comprobar si la eliminación de los cúmulos de placas amiloides del cerebro puede hacer más lento el progreso de la enfermedad.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) está haciendo una revisión del lecanemab. En otro estudio se está estudiando la eficacia del medicamento para las personas con riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, incluidas las que tienen un familiar de primer grado, como uno de los padres o un hermano, con la enfermedad.
Terapias
Varios de los síntomas de demencia y problemas de comportamiento podrían ser tratados inicialmente usando enfoques no farmacológicos, tales como los siguientes:
Terapia ocupacional. Un terapeuta ocupacional puede mostrarte cómo hacer que tu casa sea más segura y enseñarte estrategias de afrontamiento El propósito es prevenir los accidentes, como las caídas, controlar el comportamiento y prepararte para el curso de la demencia
Modificación del entorno. Reducir el desorden y los ruidos puede hacer que a una persona con demencia le resulte más fácil concentrarse y actuar Es posible que tengas que esconder objetos que puedan poner en peligro la seguridad, como cuchillos y las llaves del automóvil Puedes usar sistemas de monitoreo para que te avisen si la persona con demencia deambula
Simplificar las tareas. Divide las tareas en pasos más simples y concéntrate en el éxito, no en el fracaso La estructura y la rutina también ayudan a reducir la confusión en las personas con demencia
Con información de Mayo Clinic
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