De la depresión profunda y los deseos más oscuros a conquistar al mundo con su “Buenas, buenas”: Chiky Bombom, la reina de las redes

“¡Buenas, buenas!”. Hablar con Chiky Bombom es como estar sumergida en cualquiera de sus videos. El universo de las redes sociales y el mundo real se fusionan en un mismo plano durante la entrevista. Lisette Eduardo, su nombre de nacimiento, y Chiky, su personaje, no tienen escisión.

“Soy Chiky Bombom 24 por 7, no hay ninguna diferencia. La personalidad que ven es lo que he sido desde el vientre de mi madre. Lisette y Chiky son la misma persona con diferente nombre”, le explica a Teleshow. “Gustosa, arrolladora, sobresaliente. Aunque no quiera llamar la atención, humildemente, la llamo, porque tengo una luz y una guasacaca rica que gusta”.

Exuberante como ninguna y con una energía especial, Chiky Bombom supo conquistar el mundo desde la pantalla de los celulares. Su mensaje de positivismo a la máxima potencia tiene una llegada total. Los números lo certifican: alrededor de 9 millones de seguidores en TikTok y más de dos millones en Instagram, mucho más que el sueño de cualquier influencer. “Hay que estar feliz aunque sea a la fuerza”, dice ahora, y es la síntesis del mensaje que esparce en su contenido.

Pero no siempre todo fue alegría. Nacida en República Dominicana y residente en los Estados Unidos, la mujer del “palito masticable” tuvo sus momentos de oscuridad, e incluso, llegó a pensar en la muerte. “Ahora entiendo que era necesario pasar por todo eso para convertirme en quien soy hoy”, reflexiona.

En la actualidad siente que su propósito en la vida se está cumpliendo: “Contagiar a la gente, mi amor, de lo rico y delicioso que llevo por dentro. Y que todo se puede”, revela en esta entrevista. Hoy, Chiky se prepara para su show en streaming, que podrá verse el 16 de octubre desde cualquier rincón del planeta.

—¿Cómo nace el “Buenas, buenas”?

—Surgió muy parecido a la primera frase. En ambas etapas estaba pasando por una depresión muy profunda y esto me tomó la decisión de poner de mi parte y ser feliz, así sea a la fuerza. De ahí salió el “Buenas, buenas”. Ese día me estaba muriendo en una cama. Depresiva, la vida me sabía a nada, no tenía deseos ni de bañarme, y tomé la decisión de pararme y luchar sin fuerzas. Me conecté en vivo y dije: “Buenas, buenas”. Ha sido una bendición no solo para mí sino para todas las personas que me siguen y que le encuentran la guasacaca a esa palabra, el sabor. Porque detrás de esa palabra hay algo rico que te hace sentir espectacular, que te levanta de donde quiera que te encuentres.

Hoy amanecí, mi amor, rica, sabrosa, deliciosa porque puedo, yo puedo. Me lo merezco

—Anteriormente, cuando inicié en Tik Tok, dudaba muchísimo de que mis frases gustaran. No planeo absolutamente nada, todo sale orgánicamente, sin fines de pensar en que se va a viralizar. Tengo la gracia de papá Dios encima para poder conectar con las personas.

—¿Cómo nació el “Dale licencia a tu odio”, por ejemplo?

—Hay personas que desde que se despiertan quieren destilar veneno en las redes sociales. O se encizañan en contra de otros por ningún motivo. Considero o le aconsejo que deben de sacarle licencia a ese odio para que lo sepan manejar.

—Con tus mensajes ayudás a mucha gente que está pasando por momentos muy oscuros, pero vos misma atravesaste tus propios momentos de oscuridad.

—Sí, y los sigo teniendo. Quiero que las personas tengan muy claro que no siempre la vida me sabe a frutas. No siempre es “buenas, buenas”. Es normal sentirte decaído, es normal tener problemas. Una vida sin eso es como un jardín sin flores. Ahora, lo importante está en que tú quieras cambiar eso. La felicidad, mi amor, es tu responsabilidad: tú eres quién decide si quiere ser feliz o no. Y aprender a luchar sin fuerzas.

—Más allá de que uno tiene días y días, en alguna oportunidad hablaste de una etapa muy difícil en la que fantaseaste con morir.

—La primera depresión que tuve fue hace seis años y el único camino que encontraba en ese momento era quitarme la vida. Me quería morir, pero tampoco quería que la muerte sea dolorosa. Cuando entendí que mis problemas eran míos, que nadie que me rodeaba tenía que ayudarme, que era mi responsabilidad pararme y sacudirme y salir a conquistar el mundo, todo cambió. Todo cambió. A veces entendemos que los familiares o amistades tienen que adueñarse de nuestros problemas y no es así, mi amor: tu problema es tuyo y tú tienes que sacar de donde no hay fuerzas para resolverlo. Todo es mental. Mientras estés pensando negativo, mientras te estés maltratando mentalmente, eso es lo que tú vas a traer. Todo es energía en la vida.

—¿Qué te angustiaba en ese momento?

—Lo que me mataba mi alma era que le había pedido a Dios nunca ser madre soltera ni lidiar con un hombre que estuviera en prisión, y fue exactamente lo que la vida me dio. No supe cómo manejar esa situación.

Sácale licencia a tu odio, sácale licencia a tu envidia, sácale licencia a tu mal vivir para que la sepas manejar o sino mastica hielo para los nervios

—Estamos atravesando un momento en el mundo en donde nos estamos todos amigando con nuestro cuerpo. Hay algo de eso en tus videos.

—Sí, muy importante. Aprendí a amarme muchísimo porque, especialmente en las redes sociales, las personas te quieren ver como ellos quieren, no como tú realmente eres, y se siente la presión. Uno siempre tiene que estar clarito de quien tú eres, de lo que quieres y de cómo te amas.

—Se vienen abriendo hace tiempo puertas en otros medios por fuera de las redes. ¿Te sentís cómoda en esos nuevos espacios? ¿Cuál es tu mundo?

—Estoy descubriéndolo. Me considero todóloga: sé de todo un poco, lo que no sé me lo invento y lo que no me invento me lo sueño. Doy para todo. Simplemente fluyo y que papá Dios sea quien decida dónde voy a terminar.

—¿Cómo se lleva tu hijo con esta madre tiktoker con una energía maravillosa?

—Cartier es totalmente diferente a mí. Tiene 11 años y no le gustan los gritos. Me dice: “¿Por qué tú tienes que gritar? ¿Por qué tienes que estar feliz todo el tiempo?”. “¡Mi amor! ¡Porque de eso se trata la vida!”.

—¿Qué opina de que seas una estrella internacional del mundo de las redes sociales? ¿Pide hacer Tik Tok contigo?

—Feliz. Es mi fan, va a la escuela y le dice a la maestras y a los niños: “Sigan a mi mamá en Tik Tok”, pero no le gusta. Eso me da un dolor en mi corazón… O sea, cada vez que sale en un video, el video gusta muchísimo, pero a él no le gustan las cámaras. Y yo se lo pido: “Vamos a grabar”. Y me dice: “Es que yo no soy tú”. Y lo entiendo y lo respeto.

—¿Qué pasa en la calle cuando vas a un supermercado o cuando llevás a Cartier al colegio? Te deben pedir cientos de videos.

—Me piden muchos videos. Me piden fotografías. Pero algo que me llama mucho la atención es que las personas se detienen conmigo a contarme toda su vida y a decirme y a explicarme cómo yo he influido a sus cambios o cómo yo les he cambiado la vida. Eso me llena mucho.

—Qué importante saber que uno ayudo a una persona ya es un montón.

—Eso me hace sentir muy feliz. Yo quedo en shock.

—¿Qué le decís hoy a todos esos que te decían “la loca” cuando comenzaste?

—Los bendigo mucho porque son mis fans. No tengo rencor en mi corazón. Las personas siempre van a destilar un veneno y la mayoría de esas personas que destilan veneno nunca han construido ni un castillo de arena en la playa. Las palabras se toman de quien las dice.

—En algún momento de tu vida no tenías los medios para darle de comer a tu hijo y hoy sos requerida para trabajar por todos lados. ¿Cómo es tu vínculo con el dinero? Imagino que habrá cambiado mucho.

—Bastante. Ha sido maravilloso, no me puedo quejar, pero se trabaja. Porque se ve espectacular en las redes sociales, pero lo que sucede detrás de cámara… No se duerme, el cerebro se me funde de vez en cuando, a veces no tengo ánimos de conectarme y tengo que hacerlo. Es una responsabilidad.

—Vuelve a aparecer el no tener ganas de levantarse, de maquillarse…

—Me pasa muy a menudo. A veces me levanto que no quiero saber de nadie… Así normal, o sea, bipolar. Pero tengo el don de cambiarlo. Cuando me conecto me cambia todo. Esto es algo que va de ambas partes: los seguidores conectan conmigo, pero sus comentarios, sus mensajes, me llenan, y me hacen cambiar por completo mi estado de ánimo. Es una ayuda mutua.

—¿Cómo anda el amor? ¿Estás noviando? Imagino que deben llegar un montón de proposiciones a tus redes.

—Sí, muchas, pero estoy sumamente soltera y feliz. Porque una cosa es estar soltera y amargada. Soltera y feliz. Sumamente enfocada en mis proyectos. Me gusta estar soltera porque cuando me enamoro me desenfoco. Soy muy enamoradiza, me enamoro en media hora. En media hora te amo.

—O sea que los argentinos pueden mantener su esperanza de conquistar a Chiky.

—¡Claro que sí! Las puertas están abiertas, manden sus aplicaciones.

—Este éxito que estás teniendo te ha llevado a tener grandes momentos con tus propios ídolos. Compartiste escenario con Thalía. ¿Alguna vez lo hubieras imaginado?

—Jamás. Ese fue un sueño del cual todavía estoy en shock. Todo lo que me ha sucedido ha sido una bendición de Dios muy grande. Thalía ha sido un ángel. Mi amiga, la amo.

—¿A quién soñás conocer que todavía no hayas conocido?

—He conocido a tantas personas… ¡Sofía Vergara! Muero por conocerla.

—Tenés un vínculo muy importante con Dios. ¿Le agradecés por todo lo que estás viviendo?

—Todos los días. Siempre le digo: “Dios mío, ¿por qué tú me das tanto, si yo no merezco nada?”. Nosotros no merecemos nada, la Humanidad es malagradecida por ley. ¿Por qué me bendice tanto? Él tendrá sus razones. Con Él todo, y sin Él absolutamente nada. En la vida siempre hay que tener algo más fuerte que tú y debemos reconectarnos con eso. Soy muy creyente. No soy de ir a la iglesia, pero tengo una relación con Él al igual que tener una relación con una amiga o con un novio. Me conecto con papá Dios y pido, y Él me da y estoy feliz.

—¿Hoy hay algo que sientas que no podés?

—No, yo siento que lo puedo todo. Si pude salir de una depresión donde planeaba mi muerte y me le escapé a la muerte. Nosotros tenemos el poder de lograr todo lo que nos proponemos, siempre y cuando lo creas, y sin esperar que nadie crea en ti. Cuando inicié en las redes sociales nadie creía en mí y decían “la loca”. Y mira dónde estoy. Ahora entiendo que esa situación por la que yo pasé era necesaria para convertirme en la mujer que hoy soy.

Mirá la entrevista completa con Chiky Bombom:

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