REUTERS/Luisa Gonzalez (LUISA GONZALEZ/)
El pasado domingo 1 de agosto, el conductor de una camioneta estuvo involucrado en un incidente vial que puso en riesgo la vida del general Jorge Luis Vargas, quien se encontraba en Sesquilé acompañado de su comitiva.
De acuerdo con el reporte entregado por la oficina de prensa de la Policía Nacional, el conductor realizó una maniobra peligrosa como lo fue adelantar en doble línea en lugar prohibido.
Como resultado de dicha maniobra, el general Vargas perdió el equilibrio y cayó de su bicicleta a un costado de la carretera de dicho municipio.
El hecho no pasó a mayores: el alto oficial no resultó con heridas y se reincorporó a su bicicleta para continuar en su actividad deportiva.
Sin embargo, el conductor del vehículo fue requerido por integrantes de la Policía de Tránsito que hicieron presencia en el lugar: el hombre fue multado con un comparendo por la realización de maniobras peligrosas, así como por adelantar en doble línea en lugar prohibido.
Aunque no se registraron hechos que lamentar, cabe señalar que la realidad de los ciclistas en las vías colombianas es preocupante: en lo que lleva 2021, son 226 ciclistas quienes han fallecido por distintas causas en Colombia.
En las últimas dos semanas, casos como el de Mary Luz Tamayo y el del niño Julián Esteban Gómez conmovieron a la opinión pública además de poner en evidencia el poco respeto de algunos conductores hacia los ciclistas en las carreteras del país.
Con respecto a la muerte de Tamayo, una mujer de 55 años, arrollada por un conductor en estado de alicoramiento que condujo a alta velocidad por la carretera que de Copacabana conecta con Medellín, Antioquia, Daniel Carmona, ciclista de dicho departamento, indicó: “Nos gustaría que en la vida y en las rutas haya más acompañamiento por parte de las autoridades competentes; Como la Policía, el tránsito. Deberíamos tener más señalización”.
La agonía de Tamayo, una dedicada ciclomontañista que entrenaba con dos compañeros cuando fue embestida por el vehículo, tuvo una duración de 14 días: la mujer fue ingresada a una unidad de cuidados intensivos en grave condición de salud y falleció el pasado 27 de julio.
La indignación aumentó cuando se supo que el conductor del vehículo continuó su trayecto unos cuantos metros hasta cuando la Policía pudo detenerlo, tal y como lo relató Juan Diego Álvarez, un activista de ciclismo, a Noticias Caracol: “Ellos venían desplazándose por una vía principal y un conductor en estado de embriaguez colisionó con ellos y no paró, sino que siguió. Metros más adelante lo pudieron parar”.
Otro caso que encendió las alarmas fue el de la muerte del niño de 13 años, Julián Esteban Gómez, arrollado por un camión en la vía que conduce de Zipaquirá a Cajicá, a la altura del kilómetro 17+200.
Reportes policiales señalaron que, al parecer, el menor perdió la estabilidad durante el entrenamiento que realizaba acompañado por un mayor de edad, y cayó al piso. En ese momento pasó el vehículo que le causó la muerte. A diferencia del caso Tamayo, los resultados de la prueba de alcoholemia practicada al conductor indicaron negativo.
Pese a lo anterior, las autoridades capturaron al hombre y lo recluyeron en una URI de Zipaquirá, donde entregó su primera versión de los hechos, pero posteriormente fue puesto en libertad.
Al momento de redacción de esta nota, la Fiscalía General investiga al conductor por el delito de homicidio culposo. En comunicado entregado a medios, el ente acusador destacó que: “El tractocamión fue inmovilizado y llevado al parqueadero dispuesto por la Policía de Tránsito. Por su parte, el conductor del camión fue trasladado a las instalaciones de la URI para realizar los actos urgentes adelantados por el delito de homicidio culposo”.
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