De los pies de los skaters al armario de Julia Roberts, pasando por las semanas de la moda de todo el mundo. ¿Por qué está todo el mundo tan obsesionado con las Old Skool?
¿Cómo acaba una zapatilla que vale 85 euros en el armario tanto de los críos skaters como en el de la élite de la moda? En una época como la actual, en la que tener estilo ―incluso en los círculos del streetwear― parece verse definido por la noción de poseer lo que los demás no pueden tener, el enorme atractivo de las Old Skool parece un soplo de aire fresco, traspasando las fronteras de algunos de los círculos de la moda más sagrados y elitistas.
Parte de su extendida popularidad se debe a lo fáciles que son de conseguir. Tanto si eres un estudiante de moda de 19 años como el rapero más importante del mundo, el icónico diseño de las Vans es algo al alcance de cualquier sueldo estándar que puedes comprar en cualquier zapatería.
Aun así, en más de una ocasión ha dejado atrás las tiendas básicas y se ha abierto camino hasta las pasarelas. La presentación de la temporada primavera/verano ’17 de Off-White fue donde la zapatilla hizo su aparición más reciente y sigue estando por todas partes, en los pies de cualquier entendido en street style.
Pero, ¿dónde comenzó todo? Diseñada a partir de un boceto creado por el cofundador de Vans, Paul Van Doren, la Old Skool fue la primera zapatilla de Vans en llevar la insignia de cuero a lo largo de sus paneles laterales, el rasgo que se convertiría en su característica más definitoria. Cuando se puso por primera vez a la venta en 1977, aquella tira de cuero se bautizó con el nombre de “ jazz stripe“, antes de convertirse en la sidestripe (o tira lateral), que es como la conocen los fans más acérrimos de Vans.
Completa con su corte bajo, su talón recubierto de cuero y sus pulidos paneles de ante, el diseño apenas ha cambiado en sus 40 años de historia, pero si repasas los anuncios antiguos de Vans que salpican los archivos de la compañía, te costará mucho encontrar alguna mención a la zapatilla Old Skool. Eso es porque, por aquel entonces, simplemente se la conocía como Style 36, la zapatilla por excelencia para los rebeldes skaters de la Norteamérica de los 70.
“La Old Skool en particular tiene un diseño basado en el skate que todo el mundo puede llevar sin miedo a que critiquen su estilo”.
Pero su finalidad original como zapatilla para practicar skate ―como sucede en gran parte de la cultura del deporte― se ha colado en la cultura mainstream últimamente. Con casi la totalidad del clan Kardashian llevando incongruentemente marcas como Thrasher y Supreme, la escena del skatewear ha sido un hervidero financiero durante la última media década.
Aunque hay fans arrogantes de esas marcas que temen que se produzca la disolución de su cultura, Vans ha sido ―y por lo que parece siempre será― una marca de moda mucho más democratizada. La Old Skool en particular tiene un diseño basado en el skate que todo el mundo puede llevar sin miedo a que critiquen su estilo.
A diferencia del clásico estilo de la Authentic, que todavía sigue pareciendo una zapatilla para las clases de gimnasia de primaria, la Old Skool posee un inconfundible aura más agradable. Simple como para llevarla con cualquier cosa, pero también capaz de captar la atención gracias a su impecable combinación de cuero, ante y cualquier color que el usuario pueda soñar, se ha convertido rápidamente en la zapatilla de referencia para cualquier celebridad creadora de tendencias que habita este mundo.
Tras salir del armario después de Blonde, nuestro músico escurridizo favorito Frank Ocean ha sido visto llevando este modelo en su clásico diseño blanco y negro y, anteriormente, llevó a su prima hermana de corte más alto, la Sk8-Hi, en la alfombra roja.
Mientras tanto, su colega de OFWGKTA, Tyler the Creator, ha afirmado que considera la Old Skool como el estilo “al que siempre recurre” e incluso colaboró con Vans en su popular y codiciada línea de zapatillas GOLF WANG hace unos años. Sin embargo, puede que eso haya cambiado, porque pasó a convertirse en imagen de Converse este mismo verano.
“Desde Marc Jacobs hasta Star Wars, desde Supreme hasta Toy Story, la Old Skool ha sido reinventada para satisfacer casi a cualquier usuario de zapatillas imaginable”.
Incluso Yeezy, famoso por su lealtad a muerte a Adidas, es incapaz de resistirse al tirón cósmico de la Old Skool (“Algunos días llevo mis Yeezys, algunos días llevo mis Vans”). A lo largo de los dos últimos años, se le ha visto llevando un par de Vans personalizadas. Y puede que estén un poco hechas polvo (aunque, sinceramente, ¿se pueden llevar de otro modo?), pero Kanye ha intimado enormemente con su versión personalizada, añadiendo la frase “Ojalá pudiera hablar con mi padre” en el lateral de una de las suelas.
Los raperos que abrazan el skate son algo que va prácticamente de la mano. Pero sabes que el momento álgido de las Old Skool ha llegado cuando se ve a Julia Roberts retomando el auténtico espíritu del Notting Hill de los 90. A principios de año se la vio llevando otra vez el modelo en blanco y negro (pero sin la alucinante suela de plataforma).
En el transcurso de cuatro décadas, el impecable diseño de la Old Skool prácticamente ha suplicado ser reinventado por quienes la llevan. Pero en la actualidad tienes tantas probabilidades de ver a una lujosa casa de moda poner su toque a esta zapatilla como de encontrar un par personalizado en el skate park.
Desde Marc Jacobs hasta Star Wars, desde Supreme hasta Toy Story, la Old Skool ha sido reinventada para satisfacer casi a cualquier usuario de zapatillas imaginable. La colaboración con Opening Ceremony estaba impregnada de los esquemas básicos de colores (aunque con niveles de brillantina capaces de inducir el coma) y se agotó al instante, mientras que se produjo una reacción similar por parte de los compradores cuando apareció la versión de Supreme.
¿Lo siguiente? Off-White. La famosísima marca de Virgil Abloh se va a tomar un descanso de su interminable colaboración con Nike para crear una bella versión de la Old Skool, que se lanzará en 2018.
Puede que cambien los colores, pero el diseño permanece intacto. De hecho, el único colaborador que cambió el estilo de la Old Skool ―y aun así, lo hizo solo ligeramente―fue Matthew Williams, de ALYX. Con la excepción de los ojales metálicos y un bordado en relieve en el talón, todo lo que hizo Williams fue regresar a la versión de la zapatilla con el empeine más corto, del tipo que se vio por última vez en las zapaterías en los días de la Style 36.
Sobre la pasarela, incluso Dior Homme ha rendido homenaje a esta emblemática zapatilla de skate, incluyendo un diseño similar en su colección inspirada en la cultura rave otoño/invierno ’17, que ya ha sido visto en los pies del representante incondicional de la marca: A$AP Rocky.
Son los homenajes como el de Dior Homme los que demuestran que las zapatillas de skate están en su propio “medio tubo”. Puede que la Old Skool apenas haya cambiado su estilo en los últimos 40 años, pero la disposición constante de Vans a ofrecerla como lienzo para posibles colaboraciones la convierte en un símbolo simple y democratizado de lo que todas las marcas deberían estar haciendo en 2017.
Publicado originalmente en VICE.com
FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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