A sus 76 años, el “Jefe de Jefes”, Miguel Ángel Félix Gallardo, que desde hace más de tres décadas cumple sentencia en prisión por el asesinato del ex agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena, obtuvo este lunes 12 de septiembre el beneficio de la prisión domiciliaria.
Félix Gallardo, fundador del Cártel de Guadalajara junto a Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo, lleva encarcelado desde 1989 por el asesinato de Camarena, pero no recibió condena hasta 2017, cuando se le impusieron 37 años de prisión, aunados a los 40 recibidos por tráfico de armas y acopio de armas.
El pasado mes de mayo un juez federal rechazó un amparo promovido por la defensa del ex narcotraficante, que buscaba que las dos sentencias dictadas en su contra se juntaran en una misma, con lo cual le restarían menos de diez años en prisión.
Sin embargo, aquella vez el magistrado determinó que debía cumplir la primera sentencia dictada en su contra, la cual consta de 40 años y vencería en 2029, para posteriormente iniciar la segunda de 37 años.
Félix Gallardo cumpliría con ambas sentencias a los 120 años de edad, pues las autoridades judiciales del país le habían negado anteriormente reducciones de sentencia a pesar de padecer diversos problemas de salud, los cuales han sido agravados por su estancia en prisión, pero no ponen en peligro su vida.
El año pasado el capo concedió a la cadena estadounidense Telemundo su primera entrevista desde la cárcel, en la que apareción con un estado de salud visiblemente deteriorado.
“Mi salud es pésima, mi familia está haciendo un hoyo para yo ser enterrado en un árbol, no tengo pronóstico de vida alguno”, expresó Gallardo, considerado como uno de los peces gordos del narcotráfico en la década de los ochenta.
Sin embargo, el otrora “Jefe de Jefes”, reapareció ante las cámaras aislado en una celda de máxima seguridad, sentando en una silla de ruedas y “completamente” ciego de un ojo y sordo de un oído, mientras se apoyaba por momentos mediante un tanque de oxígeno.
Desde principios de siglo, sus abogados y familia señalan que padece de una infección en ambos oídos, lo que le hizo perder entre 50 y 70% de su capacidad auditiva, y por lo menos desde hace una década enfrenta también graves problemas de visión.
Félix Gallardo también dijo que lo han “tratado mal” en prisión, pues denunció que fue arrestado “sin ninguna orden de aprehensión” y criticó que 32 años en la cárcel eran “una eternidad para un hombre que no cometió ningún delito”.
Incluso aseguró que nunca conoció a los capos Ernesto Fonseca, liberado en 2017, ni a Rafael Caro Quintero, recapturado el pasado 15 de julio en Sinaloa, con quienes lideró el poderoso Cártel de Guadalajara en las décadas de 1970 y 1980.
“No los conozco. En la calle no nos conocimos. Estas personas y yo nunca hemos platicado al respecto”, afirmó. “Yo soy un cadáver el cual no espera más de ser enterrado en la raíz de un árbol. No le estoy pidiendo nada al señor”.
Félix Gallardo y sus socios Ernesto Fonseca y Rafael Caro Quintero fundaron y lideraron en las décadas de 1970 y 1980 el Cártel de Guadalajara, una de las primeras organizaciones criminales mexicanas que trabajaron con las mafias colombianas de las drogas.
El agente de la DEA Enrique Camarena y el piloto mexicano Alfredo Zavala fueron secuestrados por ese cártel el 7 de febrero de 1985 en Guadalajara, capital del estado de Jalisco, y posteriormente asesinados, y sus cadáveres fueron hallados en el estado de Michoacán.
Félix Gallardo fue detenido en 1989 y tras pasar más de 20 años encarcelado en el penal de máxima seguridad del Altiplano, en el Estado de México, fue cambiado a la prisión de máxima seguridad de Puente Grande, en Jalisco, de donde finalmente salió este lunes.
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