Las redes Wi-Fi son una de las maneras más comunes de los ciberdelincuentes para infiltrarse en cualquier dispositivo y robar información de los usuarios, y pese a que estas pueden incluir contraseñas y otros métodos de seguridad, existen algunas malas prácticas por parte de los usuarios que permiten a los cibercriminales acceder sin problema.
Las malas prácticas no solo involucran que el usuario no haya establecido una clave segura o una exclusiva para la señal Wi-Fi, sino que además, tienen relación con el desconocimiento de las consecuencias que generan entregar datos a terceros.
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Usar una contraseña débil o no tener ninguna
El primer paso para tener una red Wi-Fi segura es establecer una contraseña para la señal de internet que emite el router. Una red sin clave puede ser aprovechada por cibercriminales para usarla como puerta hacia la conexión de otros dispositivos como computadores, laptops, celulares, televisores o equipos de sonido.
En general, no es necesario que una clave de acceso a la red sea extremadamente larga, pero sí tiene que existir algún nivel de seguridad.
Claves como “contraseña” o “qwerty” son muy comunes y fáciles de adivinar como para siquiera considerarlas como opciones dentro de las posibles contraseñas. Por lo tanto, se sugiere incluir en ella una palabra o frase con un número de caracteres superior a los 12, además de contar con mayúsculas, minúsculas, números y caracteres especiales.
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Uso de un router antiguo
Al igual que un celular antiguo deja de tener actualizaciones o parches de seguridad luego de cierto tiempo de uso, el router que provee señal de internet, también tienen un periodo de vida útil similar.
Siempre se debe tener claro en el mundo de la tecnología que si un dispositivo antiguo sigue funcionando, no quiere decir que lo haga de forma adecuada o segura.
En el caso del router, los modelos antiguos dejan de recibir actualizaciones de soporte, lo que se traduce a menos seguridad. Con el tiempo, aún cuando la contraseña de la señal Wi-Fi se mantenga vigente y el servicio siga en funcionamiento, la seguridad con la que opera decae drásticamente y ya no protegerá a la red de nuevas amenazas.
Es por eso que los usuarios deben mantenerse informados sobre cuándo las empresas fabricantes de estos dispositivos dejan de emitir actualizaciones para ellos y cambiarlos cuando sea adecuado.
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Usar contraseñas “aleatorias”
En el caso de las claves de acceso para las conexiones locales a internet, estas tienen programadas unas contraseñas predeterminadas compuestas por una combinación de letras en mayúsculas y minúsculas, y números. Sin embargo, aún cuando estas no formen palabras o frases concretas, no son realmente seguras.
Usualmente, las compañías que fabrican estos dispositivos tienen un sistema de generación de contraseñas que no es aleatorio en realidad, por lo que no se puede asegurar que no puedan ser vulneradas por cibercriminales. Es preferible modificar esta contraseña por otra personalizada que tenga en cuenta los criterios adicionales de seguridad que se indicaron previamente.
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