Durante una intensa jornada, que tuvo lugar la Universidad Católica Argentina (UCA), el consumo y ventas de sustancias, además de las políticas de prevención y los tratamiento para los adictos en la Argentina, fueron puestos bajo la lupa de expertos. Desde una visión política, pasando por la académica y finalizando por la social, los números sobre adicciones en el país alarman.
“La drogadicción y el riesgo de convertirnos en un narco-estado debería ser considerado como prioridad en la toma de decisiones”, comenzó el doctor Miguel Ángel Schiavone, rector de la UCA. El experto fue responsable del inicio de la Segunda Jornada Nacional “Hacia una cultura Preventiva. Adicciones: una realidad que nos duele”. Según explicó, en solo 13 años, el consumo de sustancias tuvo un fuerte aumento. “El Sedronar y la OEA señalaron un incremento de la prevalencia del consumo en la Argentina”, indicó.
En ese sentido, el rector de la UCA aseguró que “si bien el alcohol registra el mayor incremento, el consumo de marihuana, en la población entre 12 y 65 años, creció del 1,9% en 2004 al 8% 2017; el de cocaína del 0,3 al 1,6; el de pasta base del 0,01 al 0,5; y el éxtasis del 0,01 al 0,3″. Al tiempo que señaló que “en 2019, un estudio del Sedronar a estudiantes universitarios sobre la prevalencia del consumo en el ultimo año indicó que el 34% consumió marihuana; el 2,5% cocaína; y el 2,7% éxtasis”, siendo que esta situación “afecta desde adolescentes a personas económicamente activas”.
“Las razones que explican este crecimiento son, en principio, la altísima rentabilidad del negocio de las drogas, el marketing positivo y los medios de difusión que lo presentan como algo inocuo. También colaboran algunas estrategitas terapéuticas, innovadoras y creativas que son poco aplicables a la realidad y nuestro contexto, como es el control del daño”, afirmó Schiavone, quien calificó esta situación como “una epidemia que altera el bienestar del enfermo y del núcleo familiar. Y que genera un efecto en la salud física, psicológica y espiritual que termina, en algunos casos, con la muerte del enfermo, con asesinatos vinculados a la droga o con delitos”.
La jornada de debate y reflexión “Hacia una cultura Preventiva. Adicciones: una realidad que nos duele” fue organizada en conjunto por UCA, la Mesa Nacional de Organizaciones que trabajan en Adicciones, la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera) y el Foro de Habitantes a Ciudadanos
Números que alarman y una realidad invisibilizada
“La adicción es una enfermedad de pérdida y estamos viviendo una mega barbarie planificada, que implica una masificación del consumo de drogas, un individualismo exacerbado y una errancia de los amores, con abandonos. Con lo cual, al ser masivo se transforma en un problema político”, afirmó el doctor en psicología y especialista en adicciones, Juan Alberto Yaria, durante la mesa que coordinó Juan Cruz Hermida, Director de Extensión y Participación Social de la UCA
En ese sentido, Solange Rodríguez Espínola, doctora en Psicología y miembro del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA- UCA), aseguró que “lo importante es empezar a trabajar en la prevención y no se esta haciendo nada”. “Ya a los 12 años ya es tarde, porque cuando entran en la adolescencia ya no escuchan a los adultos o los padres, sino a los pares”, dijo.
Según datos proporcionados por la experta sobre la ingesta de alcohol, “la frecuencia de consumo ocasional y frecuente en jóvenes disminuyó durante el primer tiempo de ASPO”, mientras que en el tercer trimestre del 2020 “superó los valores del tercer trimestre del 2019″, cuando los “los jóvenes decían consumir principalmente porque sus amigos o conocidos tomaban (40%) y porque era lo esperable cuando hay un evento, festejo o salida (20%)”
“Se consume con otros y los primeros consumos están dados a determinada edad, que suele ser en la primera adolescencia. Se tiene que empezar a trabajar, no solo en las escuelas, sino en distintos ámbitos”, afirmó la especialista de la UCA. Al tiempo que aseguró que “toda la información que no se tuvo de fuentes oficiales, también se tiene, porque que no haya datos y diagnósticos nos hace invisibilizar una problemática”.
Por otro lado, Yaria destacó que “mientras la prevención espera, porque es aquello que reduce la prevalencia, se están desplegando como cultura y negocio las ideologías fundantes de la negación de daño. Mientras se pronuncia o se proclama, se propagandea la negación de los daños, por eso definimos a la adicción como una patología de la libertad, ya que es garantía de la posibilidad de optar. Mientras haya más dominados, más gente habrá dominada, por eso es conveniente que haya muchos adictos”.
“Las bases de la negación del daño son la crítica radical de todas las estrategias preventivas sociales: la llamada reducción del daño es la única estrategia posible. Esto implica la búsqueda de la legalización de todas las drogas mediante la promoción por distintas vías del ‘uso controlado’ de drogas, que no tiene en cuenta que el cerebro, cuando más chicos es, más depende de la sustancia. Cuanto más pequeño se empieza, más se llega a generar masas de esclavos. El uso cuidado tiene que ser cuidado con el uso, ya que las estructuras cerebrales no están aptas para un uso controlado”, dijo el doctor en psicología.
Por otro lado, el doctor en psiquiatría y especialista en adicciones, Gustavo de Vega, afirmó: “Hace 40 años, en la ciudad de Rosario, el problema de drogas ya era importante. La carencia de respuestas y contención era evidente. La situación actual, la realidad de nuestra ciudad y región precisamente es el resultado de una gestión que ha sido con continuidad de una políticas públicas y un modelo excluyente, fuertemente endogámico, con el eje puesto en la reducción de daños y en este concepto ‘modernoso’ del consumo problemático, que promueve y va en contra de la percepción de riesgo”.
“Se ha instalado el sinónimo de reducción de daños como si fuera sinónimo de no daño. Ninguno de nosotros estaría en contra si el derecho fundamental de la salud no fuera quedado dejado de lado. Son 30 años de un sistema de desplazamiento mediante un decir, y de un doble mensaje donde el hacer va de un lado para el otro”, dijo el experto rosarino.
Desde declarar la emergencia en adicciones hasta alcanzar políticas de Estado
La mesa política fue coordinada por Jorge Ruiz, Presidente de la Mesa Nacional de ONGs que trabajan en adicciones; y contó con la presencia de los Diputados Nacionales: Daniel Arroyo (Frente de Todos) y Diego Santilli (Juntos por el Cambio). Ambos políticos fueron protagonistas de una serie de concordancias sobre el consumo y venta de sustancias, además de la necesidad de establecer políticas de Estado que permitan un mejor abordaje de la problemática. Al tiempo que el referente social adelantó que presentarán un proyecto de ley de adicciones, este 29 de junio a las 17, en el Congreso.
“Es evidente lo que pasa, las estadísticas no son solo una cuestión de números sino personas, seres humanos y familias. Tenemos que recuperar muchas cosas y hay una discusión de valores: como son la educación y la cultura del trabajo”, afirmó el legislador del PRO. En ese sentido, aseguró que “está claro que los indicadores son malos para nuestro país, la edad de consumo bajo y si seguimos por este camino vamos a estar mucho peor”.
En palabras del ex funcionario porteño, “el primer problema es la responsabilidad que tenemos nosotros de pasar a poner en primer lugar que lo que más importa es la prevención. La segunda es la seguridad, le sigue la lucha a fondo contra el financiamiento y cierra la incautación de los bienes del crimen organizado. Lo que hay que cortar son es el circuito financiero, económico y sus bienes y eso tiene un efecto contundente”. “Esto no es patrimonio de un partido político, es un tema central en Argentina”, añadió.
“Si no trabajamos en los dos segmentos, que es la prevención en todos los estamentos del estado, y detectar cómo cambia el narcotráfico, como sus organizaciones mutan y se desarrollan de otra manera. Y otro tema es trabajar sobre la ley de salud mental. Muchas personas que sufren adicciones y una persona que tiene una adicción severa no esta en condiciones de tomar una decisión por si mismo”, aseguró Santilli y afirmó que “el narco avanzó sobre los barrios”. “Quiero dejar fijada esta visión, que no es uno contra el otro, sino que nos tiene que encontrar a todos unidos”, dijo.
Por su parte, el exministro de Desarrollo Social respaldó los dichos del diputado del PRO y instó a “quitar la problemática de las adicciones del debate político de la grieta y construir políticas de Estado. Hay un modelo agotado de escuelas secundarias, de problemas sociales… hay que encarar otro esquema y no es tirando lo que tenemos, sino a partir de ahí hacer una transformación profunda”, ya que en la Argentina se “agudizó el vacío”.
“La relación entre la sociedad y la política está quebrada porque la gente siente que la política no vive la vida cotidiana, que el debate que no tiene que ver con lo diario. En la pandemia, se lastimaron otras dos representaciones: la escuela, que es el mejor lugar donde los chicos pueden estar y el segundo es la religiosidad y la espiritualidad. Lo social y lo trascendente también fue limitando por la pandemia, que lo hizo más difícil y complicado”, dijo Arroyo y agregó: “Hay un desenganche fuerte y un vacío y lo primero que hay que recuperar la cultura del recuentro”.
Una vez más, el diputado nacional apuntó contra el rol que están tomando los narcotraficantes y explicó: “Esta claro que un barrio que el que vende droga gana más que el que trabaja, pero hay otro problema que es que termina dando crédito. Entonces el narco, y no solo de las grandes bandas, termina dando crédito y asistencia social, transformándose en un actor importante del barrio”.
“El estado hace muchas cosa sueltas y fragmentadas. Es un rompecabezas y es muy complicado porque tenemos una contradicción fuerte. Por eso, el primer desafío es una política de verdad de lucha contra el narco con un único espacio articulado. En la Argentina, la sociedad civil se está haciendo cargo de gran parte del problema de la atención de la vida cotidiana y de gran parte de los mas chicos en los jardines y guarderías”, afirmó el ex funcionario nacional.
Para finalizar, Arroyo enumeró propuestas que, posteriormente, contaron con el respaldo de Santilli. “Hay que declarar la emergencia en adicciones; hacer una reforma profunda de la escuela secundaria y ir hacia una escuela del SXXI; generar un fondo de fortalecimiento de la sociedad civil, para transferir recursos a las organizaciones que trabajan sobre temática adicciones; y generar un crédito no bancario, porque si no desendeudamos a las familias, no se va a acomodar la situación social en los barrios”.
Para finalizar, también tuvo lugar una mesa de abordaje de tratamientos, de la cual participaron comunidades terapéuticas y fue coordinada por Guillermo Fernández, del Foro de Habitantes Ciudadanos. Durante esta presentación, expusieron Diego Celli, Pastor Evangélico y presidente del Programa Vida; Fabián Tonda, Presidente de FONGA (Federación de Organizaciones No Gubernamentales de Argentina para prevención y tratamiento del uso de drogas); y Fabián Belay, Sacerdote Católico, representante del foro provincial de adicciones de Santa Fe.
Los distintos referentes sociales dieron detalles del trabajo que realizan en los barrios, cuál es la real situación de los jóvenes adictos, los desafíos a los que se enfrentan y cuál es la realidad que deben afrontar para volver a ser “parte de la sociedad”.
SEGUIR LEYENDO:
“Tomá poquito”: el peligro de los mensajes parciales
Sé el primero en comentar en"Cómo aumentó el consumo y la venta de sustancias durante la pandemia, según datos de la UCA"