La Feria de Santiago de Santander, en España, pudo tener un desenlace mortal para el torero peruano Andrés Roca Rey (27), quien sufrió este martes un politraumatismo en la rodilla izquierda y contusiones múltiples de “pronóstico reservado” a raíz de dos cogidas durante el cuarto día de corrida.
Según los partes del Servicio Médico de la Plaza de Toros de la capital cántabra, el matador de 26 años presenta un “politraumatismo que afecta a la rodilla izquierda” y “contusiones múltiples en cuello, cara, muslo derecho y rodilla izquierda”.
“Pudo haber sido fatal. Un milagro”, reseñó el diario El Mundo. “El mandamás peruano vuelve a nacer: prendido por su primer toro, pasa a la enfermería y sale para dar cuenta del último, que lo estampa contra las tablas”, anotó ABC. “No hizo caso el toro a la muleta y lo cogió de lleno, llevándolo encunado hasta las tablas. Horripilante el topetazo y la paliza posterior”, apuntó la cadena COPE Cantabria.
El incidente ocurre tres días antes de un viaje programado a Cajamarca junto al español David Galván y el francés Adriano Salenc. Roca Rey ya había sido embestido a inicios del mes pasado, cuando quedó con contusiones y hematomas.
Su director de comunicación, José Ramón Lozano, confirmó a la prensa española que, tras una noche de intensos dolores, fue trasladado a Sevilla para someterse a pruebas médicas adicionales y poder comenzar su recuperación desde su domicilio.
También refirió que ya no viajará al Perú y que espera su patrocinado estar repuesto para actuar el próximo agosto en las Fiestas Colombinas de Huelva. “Dependerá de la evolución, pero conociendo a Andrés seguro que intentará estar. Ojalá las pruebas y la evolución sean favorables”, mencionó.
En 2019, tras recibir la cornada de un toro en Madrid que lo mantuvo cinco meses alejado de las plazas, Roca Rey admitió a El Comercio que no le “gustaría morir por una cornada”.
“Algunos lo tenemos más asumido, otros menos. Creo que la muerte es algo que va a estar allí para nosotros. Es una de las verdades de la vida, pero claramente es verdad que no me gustaría morir por la cornada de un toro. ¿A quién le gustaría eso?”, dijo entonces, cuando llegó al país a presentarse en la plaza de Acho, el coso taurino del Rímac.
“Me gustaría morir de viejo y dormido, pero es verdad que si me dan a elegir entre una muerte en la carretera, en un accidente, a morir en una plaza de toros, está claro que elegiría morir delante de un toro y en una plaza de toros”, continuó.
Aunque cada año organizaciones animalistas protestan contra las corridas, en la misma entrevista el matador mencionó la razón por la que practica la tauromaquia.
“Me gusta torear porque lo he vivido desde muy niño, desde siempre me impactó el mundo de los toros, por la verdad que se demuestra en un ruedo […] es un mundo que te permite entregarte, vaciarte, no sé como explicártelo, puedes llegar a ser un artista en su máxima expresión, obviamente si estás dispuesto a morir”, señaló.
“La gente que dice que no es un arte será porque o no lo entiende bien o quizás no ha ido nunca. […] Un arte es cuando una persona es capaz de transmitir emociones: te hace reír, te hace llorar. Significa que sin hablar, sin siquiera mirarse, poder generar una conexión. En este mundo pasa eso: te pones en el ruedo delante de un toro con 20 mil o 40 mil personas y hay una conexión que se da sin hablar”, anotó.
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