Miles de civiles huyen del este de Ucrania ante el temor de una ofensiva rusa en la zona, mientras Kiev se prepara para librar “grandes batallas” contra las fuerzas de Moscú.
Las evacuaciones se reanudaron este sábado desde Kramatorsk, en el este de Ucrania, donde un ataque con misiles dejó 52 muertos la víspera en una estación ferroviaria.
En tanto, el primer ministro británico, Boris Johnson, se convirtió en el más reciente gobernante occidental en visitar Kiev, donde exaltó la respuesta ucraniana a la invasión rusa y ofreció vehículos blindados y misiles antibuque.
Gracias al “invencible heroísmo y coraje” del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y del pueblo ucraniano, los “objetivos monstruosos (de Rusia) están siendo frustrados”, declaró Johnson.
Poco antes, Zelenski aseguró que su país se prepara para una arremetida rusa.
“Tristemente, vemos los preparativos para batallas importantes, algunos dicen que serán decisivas, en el este”, declaró el sábado en Kiev en una conferencia de prensa con el canciller austriaco, Karl Nehammer.
“Estamos listos para combatir y paralelamente buscar terminar esta guerra mediante la diplomacia”, agregó, en referencia a las negociaciones de paz con Moscú.
A su vez, el negociador ucraniano, Mijailo Podoliak, declaró que su país espera fortalecer su mano en las negociaciones después de vencer las batallas que se avecinan en el este y sureste.
“Ucrania está lista para grandes batallas, Ucrania debe ganarlas, incluido en el Donbás. Cuando eso ocurra, Ucrania tendrá una posición negociadora fuerte que le permitirá dictar ciertas condiciones”, declaró Podoliak citado por la agencia Interfax.
Johnson se comprometió a enviar armas a Ucrania, incluyendo misiles Starstreak antiaéreos y 800 misiles antitanques.
El líder británico aseguró que el hallazgo de numerosos cuerpos de civiles muertos en pueblos ucranianos que estuvieron ocupados por tropas rusas “contaminó permanentemente” la reputación del presidente ruso, Vladimir Putin.
A seis semanas del inicio de la invasión rusa, Moscú se centra ahora en el este y sureste de Ucrania, luego de que una dura resistencia frustró sus planes de capturar Kiev.
Con miles muertos en combates y más de 11 millones que dejaron sus casas o el país, el presidente ucraniano pidió a Occidente seguir el ejemplo británico con ayuda militar.
“Necesitamos más sanciones” contra Rusia, declaró Zelenski en un mensaje por video la noche del sábado. “Necesitamos más armas”.
– Llamados a evacuar –
Autoridades de la Unión Europea estaban reunidas con Zelenski el viernes en Kiev cuando se dio el devastador ataque sobre la estación de Kramatorsk. Entre las 52 víctimas había cinco niños.
El presidente estadounidense, Joe Biden, acusó a Rusia de estar detrás de la “horrorosa atrocidad” y Francia la condenó como un “crimen contra la humanidad”.
Moscú negó la autoría del ataque con cohete que dejó 109 heridos, según el último recuento oficial.
Por su parte, autoridades locales llamaron a los pobladores del este de Ucrania a salir de la zona ante el reagrupamiento de fuerzas rusas.
El alcalde de la ciudad oriental de Lysychansk, Oleksandr Zaika, urgió el sábado a los pobladores a evacuar ante el bombardeo ruso.
“Se ha vuelto muy difícil en la ciudad, los proyectiles enemigos ya están volando”, declaró Zaika por video. Aunque la ciudad dispone de ayuda humanitaria, “eso no significa que podrá salvar su vida si llega un proyectil enemigo”, agregó.
Cinco personas murieron el sábado en las localidades orientales de Vugledar y Novo Mikhaylovka, dijo en Telegram el gobernador local, Pavlo Kirilenko.
Mientras tanto, minibuses se congregaron en Kramatorsk para recoger evacuados de un edificio cercano a la estación de tren.
“Había entre 300 y 400 personas que fueron traídas aquí después del ataque”, dijo a ls AFP Yevgeny, de una iglesia protestante.
“Estaban traumatizados. La mitad se refugió en el sótano, otros querían salir lo antes posible y algunos fueron evacuados en autobús”, agregó.
La estación de Kramatorsk servía como principal punto de evacuación de refugiados de las partes de la región oriental de Donbás aún bajo control ucraniano.
Reporteros de la AFP en la estación vieron los restos de un misil con un mensaje pintado en ruso: “por nuestros hijos”, una expresión usada por los separatistas prorrusos para invocar sus bajas en los combates iniciados en 2014 en Donbás.
El gobernador de Donetsk aseguró que se usaron bombas de racimo en el ataque, un arma prohibida por tratados internacionales, según declaraciones publicadas por Interfax.
– “Todo este horror” –
Hablando el sábado desde Varsovia, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, reveló que se habían recaudado 11.000 millones de dólares en aportes internacionales para los refugiados ucranianos.
En otra señal de solidaridad occidental, el canciller austriaco Nehammer visitó el sábado Kiev y la ciudad vecina de Bucha.
Bucha, donde cientos de personas murieron según las autoridades, se convirtió en sinónimo de la brutalidad supuestamente infligida bajo la ocupación rusa.
Las autoridades ucranianas han dicho que encontraron aún más devastación en poblados vecinos.
Pero las tropas rusas parecen decididas a crear un enlace terrestre entre la Crimea ocupada y los territorios separatistas prorrusos de Donetsk y Lugansk, en el Donbás.
Moscú dijo que las tropas rusas dispararon a un navío ucraniano que intentaba evacuar a los comandantes del batallón de Azov en el asediado puerto sureño de Mariúpol.
Ese batallón combatía a las fuerzas rusas en Mariúpol, uno de los sitios más duramente bombardeados por Moscú.
El Ministerio ruso de Defensa aseguró también que sus fuerzas destruyeron un depósito de municiones en la región de Dnipro y que golpeó 85 blancos militares ucranianos en las 24 horas previas.
– Clamor por ayuda –
En tanto, surgieron nuevas denuncias desde Obukhovychi, noroeste de Kiev, donde los pobladores dijeron a la AFP que fueron usados como escudos humanos.
Moscú negó haber atacado civiles, pero la creciente evidencia de atrocidades fortaleció a los aliados de Ucrania en la Unión Europea (UE), que aprobaron un embargo sobre el carbón ruso y el cierre de sus puertos a los navíos rusos.
El bloque congeló 30.000 millones de euros (33.000 millones de dólares) en bienes de personas y empresas rusas y bielorrusas.
También sancionó a las dos hijas adultas de Putin luego de que Washington y Londres hicieron lo mismo.
Con las sanciones, la agencia clasificadora de riesgo Standard and Poor’s rebajó la clasificación de pagos en moneda extranjera de Rusia a “incumplimiento selectivo”, luego de que Moscú pagó esta semana en rublos una deuda en bonos tasados en dólares.
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