Roma, 12 sep (EFE).- Cinco personas están siendo investigadas por la fiscalía de Florencia (norte de Italia), que lleva a cabo en varias bolsas de lona y otros objetos que les han incautado una búsqueda de restos de ADN de la niña peruana de 5 años Kataleya Álvarez, desparecida en junio pasado.
Estas investigaciones técnicas están “encaminadas a constatar la presencia de material biológico o genético y la extrapolación de posibles perfiles de ADN procedentes de bolsas de lona, carritos y de los grifos de las habitaciones del hotel y su posterior comparación con el de la víctima”, explicó la fiscalía, según los medios locales.
Por el momento se desconoce la identidad de los imputados, aunque hace unas semanas medio centenar de agentes detuvieron al tío materno de la pequeña y otros tres peruanos en el edificio donde vivía la menor y su familia, un antiguo hotel ocupado ilegalmente por numerosas familias peruanas y de otro países latinoamericanos.
Tres de los sospechosos fueron filmados por una cámara cuando salían con una bolsa de lona y dos carritos, respectivamente, que podrían haber ocultado a la niña debido a su tamaño, el día 10 de junio, y que fueron utilizados días después durante el desalojo del hotel, según los fiscales.
Los otros dos ocupaban habitaciones distintas del hotel y en los grifos de sus cuartos de baño se encontraron restos de sangre en el registro efectuado al día siguiente de la desaparición de la pequeña.
Además, en los próximos días, el fiscal tiene previsto realizar excavaciones en el perímetro del edificio para descartar rastros de la presencia de la pequeña.
La desaparición de Kata, que causó conmoción en el país, está relacionada con la denominada “extorsión de las habitaciones”, según los fiscales, que desde el principio consideraron la hipótesis de un secuestro relacionado con un chantaje en el alquiler de las camas en el edificio.
El tío de la niña, el último que la vio con vida, y los otros cuatro detenidos, que están acusados de extorsión, robo y homicidio, entre otros delitos, se dedicaban a la compraventa del “derecho de ocupación” de las habitaciones pidiendo un soborno o un “alquiler” de 600 a 700 euros, explicaron los investigadores cuando fueron detenidos.
Kataleya Álvarez desapareció el pasado 10 de junio de las 13.00 horas (11.00 GMT) cuando jugaba en el patio del edificio donde reside después de haberse peleado con algunos niños.
La voz de alarma la dio su propia madre cuando, después de volver del trabajo, no encontró a la pequeña en casa y denunció la desaparición ante la policía.
Rápidamente la comunidad latinoamericana de Florencia se volcó en la búsqueda, difundiendo numerosos llamamientos en las redes sociales y grupos de WhatsApp pidiendo la colaboración para buscar a la desaparecida en las calles del barrio donde reside, en el distrito de Novoli.
La madre de la niña tuvo que ser atendida por el servicio de urgencias de un hospital florentino ya que ingirió una pequeña cantidad de lejía tras su paso por la Fiscalía italiana, donde prestó testimonio por la desaparición. EFE
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