No se veía un fenómeno así desde hace cuatro décadas. En los últimos días, el ciclón Yaku ha generado intensas lluvias en Tumbes, Piura y Lambayeque, un panorama que puede extenderse a La Libertad, Áncash y Lima, según el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi).
El organismo ha indicado que Yaku está asociado al calentamiento de la temperatura superficial del mar y a la segunda banda de la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT). Su presencia en el Pacífico es inusual y los expertos lo han definido como un “ciclón de características tropicales no organizado”.
Para el meteorólogo Abraham Levy, conocido como ‘El hombre del tiempo’, el ciclón Yaku no llegaría a la costa del país, pero sí sus impactos, que ya se sienten con el peligro de inundaciones y deslizamientos de lodo, y las tormentas que han anegado calles y centros poblados.
Yaku presenta condiciones similares al fenómeno El Niño reportado en los años 1997 y 1982. “Un ciclón debe tener una temperatura superior a 26°C y el viento, una circulación cerrada a favor de las agujas del reloj. No se ha presentado una condición similar (en este caso), no exactamente como ciclón, pero sí similar″, dijo a RPP Benito Valderrama, especialista en Meteorología Aeronáutica del Senamhi.
Valderrama ha ratificado que es prácticamente imposible que Yaku devenga en huracán pues las proyecciones de la dirección del núcleo del ciclón indican que, en caso se pierda la intensidad de las temperaturas de donde se encuentra, se empezará a disipar.
Además, está previsto que se dirija al suroeste, donde el mar peruano no supera el mínimo requerido de 26,5° C , de modo que al llegar hasta allí el temido ciclón desaparecería.
Los huracanes, ciclones y tifones son el mismo fenómeno meteorológico: un sistema tormentoso. Sin embargo, los científicos llaman a estas tormentas de distinto modo según el lugar donde se producen, reseña National Geographic.
Cuando una de estas tormentas se produce en el Atlántico norte, en el Caribe y en nororiental del Pacífico, se denomina huracán. Cuando en el Pacífico noroccidental, reciben el nombre de tifones.
“Tenemos un ciclón que es un remolino de viento, no un huracán, que se ha configurado frente al norte del Perú y que hace que el aire circule norte a sur […] primero invadió Tumbes, ahora Piura y luego en los pocos días la costa de Lambayeque y La Libertad y trae los efectos clásicos del Niño”; matizó Levy.
El especialista indicó que este ciclón cambiaría la llegada del otoño, pues al momento que el sol llegue al equinoccio, y se vaya hacia el norte, la atmósfera comenzará a enfriarse, y las condiciones de precipitación con el mar caliente pueden generar una ampliación del periodo lluvioso al norte.
“Si este calentamiento se extiende un poco más de abril y demora en alejarse, las condiciones podrían ir deteriorando y la génesis de un fenómeno del Niño podría estar más cerca de lo que se anticipaba en los modelos climáticos en el segundo semestre de este año”, dijo Levy.
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