El miércoles 3 de abril la policía militarizada de Italia reportó el desmantelamiento de una red de tráfico de narcóticos que operaba entre Latinoamérica y el Viejo Continente, liderada por Gabriele Puelo, procesado penalmente por tráfico de estupefacientes, y que coordinaría con mensajes encripatdos el transporte de la cocaína desde América.
De acuerdo con la información proporcionada por la agencia de noticias EFE, el operativo a través del cual se logró desmantelar la red habría interrumpido una carga de 670 kilos de cocaína cuyo país de partida aún no ha sido confirmado.
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Sin embargo, los datos oficiales arrojaron que la red de más de veinte personas movilizaba desde hace más de una década las sustancias a través de barcos que las recogían en varios puntos de América Latina, como Panamá, Colombia o República Dominicana y Venezuela, para luego ser llevadas al puerto de Génova. De la misma manera, se conoció que también transportaban los cargamentos por vía aérea y llegaban a los aeropuertos de París y Ámsterdam con destino a Italia.
El negocio habría traído ganancias ilegítimas por más de 25 millones de euros, fruto de un sistema de comercialización que, aunque ilícito, efectivo. La información confirmada por la agencia determinó que “los pagos por los cargamentos se hacía en efectivos, a través de intermediarios, con sistemas extrabancarios”. Además, los compradores recibían recibo por sus compras, como explicaron los Carabineros (policía) de la ciudad portuaria.
Los detenidos y las posesiones incautadas
El reporte oficial indicó que de las 22 personas capturadas, la mayoría, 12 en total, son italianas. Se trataría de los intermediarios y los implicados en Génova. Sin embargo también fueron detenidas dos personas de nacionalidad colombiana, una dominicana y siete albaneses. Como la agencia informó, estos individuos cometieron los delitos “entre los años 2014 y 2022″. A estos los acusaron de 9 delitos de tráfico internacional y 38 de “detención y cesión de droga con agravante de asociación mafiosa por colaborar con una facción de la ‘Ndrangheta” una mafia italiana de la región de Calabria.
También les imputaron delitos de manejo de otras sustancias estupefacientes como el cannabis y el hachís.
Las propiedades y bienes incautados incluyeron acciones en empresas, vehívulos, una cuenta corriente y un anillo de oro blanco con diamantes. Así mismo, en las requisas hallaron artefactos de fuego, entre esas, armas “semiuatomáticas, revólveres, pistolas y una granada de mano, además de armas blancas”.
Gabriele Puleo, el líder de la red, estuvo instalado en Colombia antes de ser capturado
La información de la investigación que se lleva hasta el momento apunta a que la red estaría encabezada por un narcotraficante de la mafia calabresa identificado como Gabriele Puleo. Este fue capturado en 2015 junto al hijo de uno de los mandos, o “padrinos” de la ‘Ngragheta, luego de que las autoridades conocieran un sistema de información encriptado que incluso operaba en celdas italianas.
Además, según datos de la Fiscalía italiana, este traficante habría residido en Colombia. Información publicada por El Tiempo indicó que la Fiscalía italiana, a través de la Europol y la Eurojust lograron determinar, tras una investigación, que Puleo usaba una fachada de empresario inmobiliario, pero que contaba con “una red de contactos con los narcotraficantes sudamericanos”.
Colombianos, traficantes de droga en Europa
Una difícil realidad es la de los ciudadanos colombianos que hacen parte del robusto de las drogas que se transportan desde el país a Europa. A finales de enero del año en curso se desarticuló una banda de narcos que movilizaban las sustancias desde el Valle del Cauca hasta Bogotá, para finalmente enviarlas a países como Francia, España, Inglaterra, Alemania y Países Bajos.
Fueron 8 los colombianos capturados. Según la Dijín, “dicho estupefaciente era adquirido en los departamentos del Cauca y Valle del Cauca, desde donde era transportado hasta la ciudad de Bogotá, en vehículos particulares y de transporte público, siendo custodiados durante su recorrido por los mismo integrantes de la organización o por sus familiares. Posteriormente, lo acopiaban en sus propias viviendas, apartamentos alquilados, bodegas o fincas dispuestas por la organización y camuflaje del alcaloide”.
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