Cuando en septiembre del 2017 la Justicia condenó a los culpables de la muerte de la nena Candela Rodríguez (11), asesinada seis años antes en Villa Tesei, la jueza Raquel Reneé Lafourcade dejó abierta una puerta de misterio: “Tengo experiencia. (…) En el homicidio de Candela se entretejieron intrigas, política, delitos de toda calaña y fundamentalmente silencios. Lo relevante fue lo no dicho. Lo oculto“.
Quizá por eso, la trama de este crimen que mantuvo insomne a un país entrega ahora un nuevo capítulo: el narcotraficante Miguel Ángel “Mameluco” Villalba, un policía y otros dos imputados que ya tuvo la causa fueron citados a declarar como sospechosos del crimen.
La medida fue dispuesta por el fiscal de Morón Mario Ferrario, quien les endilga distintos grados de participación en la “privación ilegal de la libertad coactiva seguida de muerte” de la víctima, en base a las pruebas que surgieron durante el juicio oral que se realizó en 2017 y que terminó con tres hombres condenados.
Ferrario juntó más evidencia y por eso citó para la semana que viene a indagatoria a Villalba (54), quien como narco dominó el territorio de San Martín y quiso ser intendente de ese partido; al policía bonaerense Sergio Chazarreta y a dos imputados que ya tuvo la causa: Héctor “El Topo” Moreyra (50), conocido “buche” de la Policía (y primo de la esposa de Chazarreta), y Néstor Altamirano (59).
Por el crimen de Candela (11), el 20 de septiembre del año pasado el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de Morón condenó a prisión perpetua a Hugo Bermúdez (60) y Leonardo Jara (40) como “coautores” del mismo delito por el que ahora se cita al resto. En tanto, Fabián Gómez (46) fue sentenciado a cuatro años de prisión como partícipe secundario, pero permanece en libertad.
Ese fallo de 204 páginas de los jueces Diego Bonanno, Raquel Lafourcade y Mariela Moralejo fue clave para convocar como sospechosos a los nuevos imputados, ya que los magistrados analizaron las pruebas producidas durante los siete meses de debate y las múltiples irregularidades que hubo durante toda la investigación.
Para el Tribunal, el móvil del secuestro de Candela fue un “ajuste de cuentas contra el padre (de Candela), por algún ilícito que este cometiera”, en referencia a Alfredo “Juancho” Rodríguez, quien cuando secuestraron a su hija cumplía una condena por piratería del asfalto.
“Siempre se barajó la hipótesis de que había participado de un hecho contra algún personaje del narcotráfico y se sospechó fuertemente que esa persona podía ser Héctor ‘El Topo’ Moreyra, quien desde un comienzo estuvo vinculado e imputado en la causa, aunque después esta línea investigativa increíblemente se desactivó”, aseguraron los jueces.
Para el TOC 3, este “confidente” policial pudo haber sido el autor intelectual del secuestro de la nena y es el “eje” alrededor del cual giran el resto de los personajes, pero quedó libre en 2012 cuando la Cámara de Apelaciones de Morón dispuso la nulidad parcial del proceso.
De hecho, una de las pruebas fundamentales de la condena fueron entrecruzamientos telefónicos de los cuales surgió que todos los imputados reportaban a cuatro celulares pertenecientes a Moreyra.
Según declaró el padre de Candela en el juicio, “‘El Topo’ trabajaba con la Policía en la venta de estupefacientes, al tiempo que proveía de información a la fuerza”, mientras que el ex jefe de la Policía Bonaerense Juan Carlos Paggi dijo que ambos estaban enemistados.
Al parecer, Moreyra había acusado a Rodríguez “de marcar ‘ranchos’ para la (Policía) Federal a bordo de un helicóptero”, aunque otro preso declaró que aquellos dos habían compartido alguna actividad delictiva y que el segundo se habría quedado con una “parte que no le correspondía”.
Luego de que Rodríguez mencionó a “El Topo”, el por entonces superintendente de Investigaciones de la policía bonaerense, Roberto Castronuovo, aportó el celular de Moreyra para que sea intervenido y le dijo al fiscal que podía “contactarlo” y que se trataba de “un personaje interesante que conocía la zona de San Martín”.
En ese momento, en la Villa 18 de Billinghurst actuaba la banda de “Mameluco” Villalba, quien había sido detenido el 9 de agosto de 2011 (13 días antes del secuestro de Candela) por la Policía Federal y actualmente cumple una condena por narcotráfico.
Villalba declaró como testigo en el juicio por el crimen de Candela, pero terminó procesado porque evitó contestar la mayoría de las preguntas que le hicieron. En el debate, todos los jefes policiales coincidieron, además, en que el padre de Candela señaló al policía Chazarreta, quien estaba en pareja con una sobrina de Moreyra y aparentemente “daba protección a los narcos”.
Castronuovo, por ejemplo, declaró que Moreyra había “trabajado” con otro comisario mayor “para la detención de ‘Mameluco’ Villalba” en San Martín, donde el problema era “el narcotráfico y la contaminación policial y judicial”.
Candela fue vista con vida por última vez el 22 de agosto de 2011 en la localidad bonaerense de Villa Tesei, partido de Hurlingham -donde residía-, cuando esperaba a unas amigas para ir a la reunión del grupo de boy scouts al que pertenecía. Seis días después, su tía recibió una llamada extorsiva atribuida a Jara en la que pedían que la madre de Candela “devolviera la guita”.
Finalmente, el 31 del mismo mes, el cuerpo de Candela apareció en una bolsa, al costado de la colectora de la Autopista del Oeste. Estaba a unas 30 cuadras de su casa.
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FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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