Madrid, 13 ago (EFE).- Superar el conflicto de coexistencia con algunas especies particularmente estigmatizadas a lo largo de la historia, como los grandes carnívoros -osos, lobos, linces-, hace pasar a la cohabitación, defiende la presidenta de la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco (FPA2) en España, Carol Portabella.
Lo explica en “Hombre y vida silvestre: de la coexistencia a la cohabitación”, un artículo en la blogosfera de EFEverde de la Agencia EFE con ocasión de la conmemoración, este domingo, del Día Internacional del Lobo.
Se estima que “de los 12.000 ejemplares de lobo que habitan en Europa, entre 2.000 y 2.500 se encuentran en España, reunidos en unos 297 grupos”, recuerda la máxima responsable de la FPA2 en España, quien asegura que se trata de “una especie clave de la cadena trófica y, por lo tanto, es también regulador de los ecosistemas”, aunque no exenta de conflicto con el mundo rural.
“Si la coexistencia es la existencia simultánea de dos o más especies en un mismo entorno, la cohabitación es el arte de encontrar el equilibrio adecuado entre ellas, incluida la especie humana, para su correcto desarrollo y supervivencia”, señala.
Para ello, es necesario comprender la importancia del rol imprescindible de todas y cada una de las especies en una red de interdependencias, para que el conjunto se mantenga sano y, por lo tanto, resistente y pueda perdurar.
En esta línea explica que diferentes gobiernos como los de Francia y España en Europa, acompañados por numerosas organizaciones como WWF, la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco y el Grupo Campo Grande, han empezado a trabajar por un escenario de cohabitación, reuniendo expertos de diferentes sectores para identificar herramientas que resuelvan el conflicto.
“El objetivo es presentar propuestas innovadoras y recomendaciones concretas para resolver o suavizar los efectos de la posible presencia de grandes carnívoros”, detalla.
Entre las múltiples propuestas Portabella cita el uso de mastines adiestrados que ya ha demostrado una eficacia muy elevada, las vallas electrificadas y los cerramientos nocturnos cuando son posibles, mientras se sigue investigando en nuevas formas de prevención y protección “sin olvidar la compensación por daños”.
El artículo completo de la presidenta de la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco en España está disponible para lectura y descarga en www.efeverde.com. EFE
al/ros
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