Luis Miguel Pascual
Combloux (Francia), 18 jul (EFE).- El español Carlos Rodríguez cedió el tercer puesto provisional del podio del Tour de Francia al británico Adam Yates, pero se mantiene a 5 segundos de ese anhelado tercer puesto que a falta de cuatro etapas para el paseo por los Campos Elíseos es ya cosa de dos.
Si en la lucha por el maillot amarillo las diferencias se agrandaron, la única crono del Tour dejó en todo lo alto la pelea por el tercer puesto que en los próximos días dará como resultado un mano a mano entre Yates y Rodríguez.
El español de 22 años aguantó bien el tirón del británico durante buena parte de los 22,4 kilómetros de la etapa, incluso llegó a recuperar algo de tiempo en las duras rampas del puerto de Domancy, de segunda categoría, pero se derrumbó en el falso llano ascendente de 2 kilómetros que conducía desde su cumbre hasta la meta.
Dos días después de haber atacado en el ascenso al Bettex, meta de la decimoquinta etapa, y haber recuperado 18 segundos, Yates salió decidido a limar la desventaja de 19 que todavía le separaba del tercer peldaño del podio.
El británico, de 30 años, partió lanzado en la crono y en los primeros siete kilómetros marcaba el sexto mejor tiempo, por delante de reputados especialistas como el belga Woud van Aert.
Pero Rodríguez seguía su estela y solo perdía un segundo en ese primer punto intermedio. Al pie de la cota, con 16 kilómetros ya recorridos, la renta era ya de 11 y parecía que el español podía guardar su margen y el tercer puesto.
El optimismo en el equipo Ineos fue superior cuando en los 2,5 kilómetros de escalada, con una pendiente media del 9,4 % y una rampa por encima del 15 %, Rodríguez recuperaba algo del tiempo perdido y coronaba solo 7 segundos por detrás de Yates.
Pero los cuatro últimos kilómetros fueron una losa para el granadino, al que se le hizo demasiado largo el esfuerzo de la etapa y que vio cómo los segundos iban cayendo en su contra para finalmente perder el puesto solo por 5.
FINAL ETERNO
“El final se me ha hecho eterno”, aseguró tras la etapa, aunque se quedó con una lectura positiva: “Pese a todo, aun estoy en la pelea”.
Yates, más regular en el esfuerzo, consiguió el objetivo que venía persiguiendo y dio al UAE la única alegría de una jornada en la que su jefe de filas, el esloveno Tadej Pogacar, cedió 1.38 minutos al danés Jonas Vingegaard y vio cómo el maillot amarillo se aleja ahora a casi dos minutos.
El británico, primer líder de este Tour, ganador de la etapa inaugural en Bilbao, tiene ahora por delante una doble perspectiva: su propia ambición o el trabajo de equipo.
Por un lado, el gemelo anhela afianzar su tercer puesto en París, que sería su primer podio en una carrera de tres semanas, tras haber sido cuarto en el Tour de 2016 y en la Vuelta a España de 2021.
Pero su tercera posición le coloca como un peón de peso en el ajedrez de la carrera que su equipo puede verse tentado de utilizar para agotar las últimas opciones que le restan de que Pogacar arrebate a Vingegaard el maillot amarillo.
Yates llegó a este Tour como el segundo líder de un equipo que albergaba dudas sobre el estado real del esloveno, que efectuó una preparación perturbada por una lesión de muñeca en la Lijea-Bastona-Lieja.
La etapa de este miércoles dará una primera indicación sobre el papel de Yates en la carrera. El Tour sigue en las rutas de los Alpes y llega a su techo, el Col de la Loze, una de las cimas más duras de uno de los Tour más montañosos.
Antes hay dos puertos de primera categoría y uno de segunda, todos ellos muy lejos de la meta, pero la etapa ofrece espacio a las estrategias y el británico puede verse obligado a sacrificarse por ellas.
La crono de Combloux casi descartó de la lucha por el tercer puesto al australiano Jai Hindley, que cedió algo más de un minuto a sus rivales por el podio y ahora se encuentra a 2.24 de Yates. EFE
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